Boom

3

Llegó el sábado, y a primera hora de la mañana, oí toques en la puerta de mi casa. Mi familia se fue el día anterior por la tarde, y vendrían el domingo por la noche.

Me levanté, y pesadamente me dirigí escaleras abajo, resbalando por el pasamanos. Lamentablemente, había un paraguas al final que me hizo pegarme la ostia del siglo, aunque me incorporé de inmediato. Oí una risilla al otro lado de la puerta, y otra voz, masculina, cuchicheando algo.

Abro la puerta y me encuentro a Mia, con un chico. Aiden.

-Hola, Mia, pasa. Hola, acoplado. A ti no te he invitado, así que largo.
-Oh, vamos. -dijo Mia- Dejad las disputas a un lado.
-Ha dicho "putas" -dice Aiden con una risilla de lo más molesta.
-¿Ves por lo que lo detesto? Es más estúpido que apagar una vela con la lengua.
-Tus razones tendrás. Me lo he encontrado por la calle, y había pensado que podríamos montar la fiesta los tres.

No, no y no. Por eso si que no pasaba. Conociendo a Aiden, se metería debajo de mi cama a cotillear.

-Oye, Mia... ¿Podemos  hablar un momento a solas? -agarro del brazo a la chica y con una sonrisa, la meto dentro de casa, dejando a Aiden fuera.

Este se queda con cara de pasmado, y se sienta en el escalón del porche.

-¿A que ha venido eso, Nadia? -dice algunas molesta.
-Es un pesado, y no hará más que molestar. Y si no, no puedo andar en bragas por la casa.

Se ríe y niega con la cabeza.

-Vale, le diré cualquier cosa.

Abre la puerta y le dice a Aiden:

-Lo siento, Nadia quiere ir en bragas por SU casa. Así que adiós, y disculpa.

Cierra la puerta, y yo ya estaba retorciéndome de risa en el suelo.

-Es lo que querías que dijese, ¿no?
-Si, justo eso. Te ha faltado un "mamarracho" o algo peor, pero está genial.
-Bien, en ese caso empecemos. Voy a prepararte un desayuno que te vas a cagar.
-No quiero cagarme, ¿eh? -dice con una risilla.
-Tu de eso no te preocupes.

Vamos a la cocina, y saco la sartén, y todo lo necesario. Preparo mis famosas tortitas con pepitas de chocolate y plátano seco, zumo de naranja natural y fruta fresca. Mejor un desayuno sano para las guarradas que vamos a comer después.

-Esta todo buenísimo, Nadia.
-Me alegro. Todos los domingos preparo el desayuno. Creo que es el único momento en el que mi hermana no da el coñazo.
-Pero eso es algo natural. Los hermanos se pelean, creo que es algo implícito en las relaciones fraternales.
-Tu y tus tecnicismos. -le enmaraño el flequillo pulcramente cortado y lineal.

Seguimos desayunando y cuando terminamos recogemos y fregamos todo.
Después, subimos a mi habitación. Me tumbo en la cama y ella curiosea.

Cuando se acerca peligrosamente al escritorio, recuerdo que ayer me puse a dibujarla a ella. Me levanto de golpe, lo que hace que ella pegue un respingo.

-¿¡Que pasa!? -dice con la mano en el pecho.
-Esto.... -digo mientras me interpongo en su camino hacia el escritorio.
-Oh, vale. Ahí tienes el porno. -dice con una risita.

Le doy un golpe en el brazo, y ella me lo devuelve.

-¿Y que hacemos ahora?
-No se... ¿Escuchamos musica?
-Es muy pronto aún. Podríamos ver una película.  -Dice cerca de donde estaban las películas.
-Ya las hemos visto todas. -Me tumbo en la cama.
-¿Que hacemos entonces? -dice Mia con la mirada fija en la estantería, supongo que leyendo los títulos de los libros.

Entonces, se me ocurre una idea.

-Bien, lo tengo. -me levanto y le agarro de la mano, tirando de ella. Le señaló la escalera.

-¿Que te parece que usemos esto como tobogán?
-¡Estás loca! Nos partiremos la crisma...
-Hm... bueno, pues... ¿Que ideas puedes aportar?

Instantes después, teníamos puesta la música a tope. "Tear In My Heart" resonaba por toda la casa, mientras nosotras nos encontrábamos en la cocina bailando como locas. Cojo una cuchara de palo y finjo que canto. Entonces veo que Mia me esta grabando.

La mato.

-Borra eso ahora mismo antes de que te tire el teléfono por el váter... -Le amenazó señalandola con la cuchara.
-¿Tu y cuantos más? -dice vacilandome.

Con un movimiento rápido, doy al teléfono con la cuchara desde abajo, y este sale despedido hacia arriba.