Capitulo 4
Encontré el reloj en la pared y di golpecitos con mi lápiz a tiempo con el segundero. Plante mi codo en la mesa y apoye la barbilla sobre el puño. Solté un suspiro.
Genial. A este ritmo iba a suspender.
Tenía los ojos clavados delante, pero oí el suave deslizamiento de su bolígrafo. Estaba escribiendo, y quería saber qué.
Diez minutos de sentarnos Juntos no lo cualificaba para asumir nada sobre mí. Lanzando una mirada de reojo, vi que en su papel había varias líneas, y creciendo.
― ¿Qué estas escribiendo? ― Pregunte.
― Y habla. ―Dijo mientras lo garabateaba, cada movimiento de su mano al mismo tiempo suave y descuidado.
Me incline tan cerca de él como pude, intentando leer lo que había escrito, pero doblo el papel por la mitad, ocultando la lista.
― ¿Qué has escrito? ― Exigí.
Estiro la mano hacia mi papel sin usar, deslizándolo a través de la mesa hacia él. Lo arrugo formando una bola. Antes de que pudiera protestar, lo lanzo a la papelera al lado del escritorio del Entrenador. El tiro entro de lleno.
Me quede mirando a la papelera un momento, dividida entre la incredulidad y el enfado. Después abrí mi libreta en una página en blanco.
― ¿Cómo te llamas? ―Pregunte, el lápiz preparado para escribir.
Alce la vista a tiempo para ver otra sonrisa oscura. Esta parecía retarme a sonsacarle algo.
― ¿Tu nombre? ―Repetí, con la esperanza de que fueran imaginaciones mías el que mi voz temblara.
― Llámame Patch (El apodo de zayn sera patch pero su nombre sigue siendo zayn luego entenderan el porque del apodo :B ) . Lo digo en serio. Llámame.
Me guiño el ojo al decirlo, y estaba bastante segura de que se estaba riendo de mí.
― ¿Qué haces en tu tiempo de ocio? ―Pregunte.
― No tengo tiempo libre.
― Asumo que este trabajo es para nota, ¿así que me haces el favor?
Se inclino hacia atrás en su asiento, doblando los brazos detrás de la cabeza.
― ¿Qué clase de favor?
Estaba bastante segura de que era una insinuación, y busque desesperadamente la forma de cambiar de tema.
― Tiempo libre. ―Repitió, pensativo―. Hago fotos.
Escribí Fotografía en mi folio.
― No había terminado. ―Dijo―. Tengo toda una colección sobre una columnista de eZine que cree que hay una verdad en comer orgánico, que escribe poesía en secreto, y que se echa a temblar ante la idea de tener que escoger entre Stanford, Yale y.... ¿cuál es esa grande con la H?
Me quede mirándolo un momento, sacudida por qué acertado estaba. No tenía la sensación de que fuera una suposición afortunada. Lo sabía. Y yo quería saber cómo―justo ahora.
― Pero al final no iras a ninguna de ellas.
― ¿Ah, no? ―Pregunte sin pensar.
Engancho los dedos bajo el asiento de mi silla, arrastrándome más cerca de él. No muy segura de sí debería apartarme y mostrar miedo, o no hacer nada y fingir aburrimiento, escogí la ultima.
Dijo:
― Incluso aunque triunfarías en las tres escuelas, las desprecias por ser un cliché del éxito. Juzgar es tu tercera gran de debilidad.
― ¿Y mi segunda? ―Dije con rabia muda. ¿Quién era este chico? .Era esto
¿Algún tipo de chiste perturbador?
― No sabes cómo confiar. Retiro eso. Confías... solo que en toda la gente equivocada.
― ¿Y mi primera? ― Exigí.
― Mantienes a la vida atada muy corto.
― ¿Qué se supone que significa eso?
― Tienes miedo de lo que no puedes controlar.
Se me puso de punta el pelo de la nuca, y la temperatura de la clase pareció bajar.
Normalmente habría ido derecha al escritorio del Entrenador a solicitar una nueva asignación de asientos, pero me negaba a dejar que Patch pensara que podía intimidarme o asustarme. Sentía una necesidad irracional de defenderme y decidí, en ese mismo momento y lugar, que no me echaría atrás hasta que lo hiciera el.
― ¿Duermes desnuda? ―Pregunto.
Mi mandíbula amenazaba con caerse, pero la mantuve en su sitio.
― Difícilmente eres la persona a la que se lo diría.
― ¿Alguna vez has ido al psiquiatra?
― No. ―Mentí. La verdad es que estaba yendo a sesiones con el psicólogo del instituto, el Dr. Hendrickson. No era elección mía, y no era algo sobre lo que me gustara hablar.
― ¿Has hecho algo ilegal?
― No. ―Saltarme ocasionalmente el límite de velocidad no contaría. No con el―. ¿Por qué no me preguntas algo normal? Como....mi música ¿favorita?
― No voy a preguntar lo que puedo adivinar.
― Tú no sabes el tipo de música que escucho.
― Barroco. Contigo, es todo sobre el orden, el control. Me apuesto a que ¿tocas....el chelo? ―Lo dijo como si lo hubiera adivinado de la nada.
― Incorrecto. ―Otra mentira, pero esta envió un escalofrió por mi piel que me dejo los dedos temblando. ¿Quién era el en realidad? Si sabía que tocaba el chelo, ¿qué más sabia?
― ¿Qué es eso? ― Patch dio un toquecito con su bolígrafo en la parte interna de mi muñeca. Me aparte instintivamente.
― Una marca de nacimiento.
― Parece una cicatriz. ¿Eres suicida, ____________? ―Sus ojos conectaron con los míos, y podía sentirlo riéndose―. ¿Padres casados o divorciados?
― Vivo con mi madre.
― ¿Dónde está tu padre?
― Mi padre falleció el año pasado.
― ¿Cómo murió?
Me encogí.
― Fue... asesinado. Esto es territorio personal, si no te importa.
Hubo un momento de silencio y la acidez de los ojos de Patch pareció suavizarse un poco.
― Eso debe de ser duro. ―Sonaba como si lo dijera en serio.
Sonó el timbre y Patch estaba en pie, de camino a la puerta.
― Espera. ―Grite. No se giro―. ¡Disculpa! ―Salió por la puerta―. ¡Patch!
No conseguí nada de ti.
Se dio la vuelta y camino hacia mí. Tomando mi mano, garabateo algo en ella antes de que se me ocurriera apartarme.
Baje la vista a los siete números en tinta roja sobre mi palma e hice un puño a su alrededor. Quería decirle que de ningún modo iba a sonar su teléfono esta noche. Quería decirle que era culpa suya por gastar todo el tiempo interrogándome a mí. Quería un montón de cosas, pero me limite a quedarme allí de pie como si no supiera como abrir la boca.
Al final dije:
― Esta noche estoy ocupada.
― Yo también. ―Sonrió de oreja a oreja y se fue.
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Bueno espero les allá gustado este nuevo capitulo, voten y comenten Besos.