Capítulo 8

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-¡Por supuesto! Pero dejame avisarle a Pedro. -le envíe un mensaje a mi hermano.

Empezamos a caminar. Erick iba a un lado de mi sin decir nada. Era un día muy caluroso. Sin querer lo estaba observando, realmente tenía un perfil muy interesante, Lupita tenía razón, era bastante atractivo, sólo que lo escondía muy bien bajo esa apariencia.

-Hace mucho calor - dijo y me saco de mis pensamientos, sacudí un poco la cabeza y le respondí.

-Así es.

-Te debo una salida ¿cierto?

-Si.

-¿Quieres ir por un helado?

-¿Es en serio?

-Si. Conozco un lugar unas calles antes de la nuestra. Tienen muy buenos helados ahí.

-Pues entonces vamos.

Caminamos unas calles mas y llegamos a una pequeña cafetería. Hicimos nuestro pedido y nos sentamos en una pequeña mesa uno enfrente del otro.

Erick comía su helado y se veía muy lindo. Realmente no se por qué pensaba eso pero era verdad. Entonces pensé que sería bueno intentar conocerlo.

-¿Tienes hermanos?

-Si, tengo una hermana.

-¿Como se llama?

-Dulce. Tal vez cuando venga a casa te la pueda presentar.

-¿No vive con ustedes?

-No, yo vivo solo con mi mamá. -noté que se puso un poco triste y no quise preguntar más, preferí cambiar el tema.

-¿De que es tu helado? -le pregunté.

-De vainilla. ¿Y el tuyo?

-De chocolate, es mi favorito. Amo todo lo que tenga que ver con el chocolate.

Estuvimos hablando de nuestros gustos y algunas cosas más, era una persona muy agradable, no entendía por que no tenía mas amigos.

Al terminar fuimos a nuestras casas. Nos detuvimos frente a la mía.

-Gracias por el helado. -le dije.

-No hay de que. Además te lo debía.

-Me gusta mucho tu forma de ser. Deberíamos salir más seguido.

-Tal vez, pero prefiero estar en casa. Por cierto, ya me tengo que ir. -Este chico era bastante raro. Decidí ignorar esto y le dije.

-Claro, nos veremos después. Prometo resolver pronto lo de Dylan.

Me dio un beso en la mejilla y se fue.

Entré a casa, mi mamá estaba en la cocina.

-Hola mamá.

-Hola hija. ¿Como te fue en la escuela?

-Muy bien. ¿Ya llegó Pedro?

-Si, hace como 5 minutos. ¿Por qué no viniste con él?

-Cuando tiene entrenamientos me aburro esperándolo, por eso decidí caminar.

-¿Tu sola?

-No mamá, otra vez vine con Erick.

Entonces se me ocurrió algo.

-¿Puedo venirme con el los días que Pedro tenga entrenamiento? -le pregunté.

-Pues parece un buen muchacho. Por mi parte es un sí. Pero preguntale a tu papá.

-¿Ya llegó?

Por Toda La Eternidad - Erick IbarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora