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Incrédulos.

Todos se encontraban incrédulos ante las palabras que aquella mujer mayor pronunció con dolor y lágrimas.

No podían creerlo.

No querían creerlo.

El primero en reaccionar un poco fue el tercero de los hijos de esa familia, cogió el teléfono que aún colgaba frente a la mujer que estaba de rodillas y lo posicionó otra vez en su lugar correspondiente.

Todos observaron en silencio como su hermano mayor se colocaba a la misma altura que su madre, abrazándola, dándole apoyo, queriéndole transmitir un poco de tranquilidad con palabras consoladoras, de comprensión.
Cuando notó a su madre un poco mas tranquila la ayudó a levantarse, tenían que dirigirse al lugar citado.

-Choromatsu, llama a papá y dile que lo esperaremos allá, trata de no ponerte nervioso y darle la noticia lo mejor que puedas, sé que puedes... Ichimatsu, trae un cambio de ropa para todos. Jyuushimatsu, ve por dinero, lo necesitaremos. Todomatsu, llama un taxi y luego come algo, te ves pálido.- abrazaba a su madre, acariciándole la espalda mientras dictaba las ordenes pero las decía con un tono de voz tranquilo, viendo como uno a uno iba cumpliendo sus palabras sin objeción alguna.

Seguía escéptico ante las noticias pero sentía la necesidad de calmar y cuidar de sus hermanos menores, de su madre, de su familia, sintiendo una intranquilidad que no se quitaría hasta ver a todos bien... A todos.

Cada uno había cumplido su parte y ahora el taxi llegó, llevando a todos los presentes a su destino.

Quien Soy? (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora