Capítulo 7

23 3 2
                                    

A veces solo necesito el abrazo de alguien, solo necesito a alguien que me escuché y que me diga la verdad con un par de consejos. Lo que no necesito es un psicólogo al que realmente no le importo. Después de mentirle con que ahora soy mucho más feliz, mi madre y yo vamos hacia la parada del autobús, donde este ya había llegado dispuesto a marchar.

-¿Qué tal ha ido hoy? ¿De qué habéis hablado?

-Pues ha ido como siempre y hemos hablado de lo de siempre -Digo con mi voz entusiasta (nótese mi ironía)

Hoy estoy especialmente sensible y no sé por qué.

Llegamos al instituto donde ya habían empezado las clases y llego a la hora del patio, distingo a lo lejos a Joe con Brittany, una chica un curso mayor que yo. Observo que él la envuelve por los hombros con su brazo y voy a paso más rápido a donde espero se encuentren mis amigas: en el baño. Pero no están, así que supongo que estarán en la biblioteca por que las habrán echado, pero, es demasiado tarde para salir, oigo pasos y me encierro en el último cubículo.

-Besas muy bien, sabes -Oigo la voz de Brittany.

No, no puede ser...Escucho un gemido de hombre, pero estos se ven interrumpidos por una profesora que abre la puerta.

Mis llantos son inaudibles por el griterío que acaban de montar.

Salgo fuera y me lo encuentro con Matt, otro amigo suyo, que sinceramente no me cae nada bien, utiliza en cierto modo a Joe. Tenía unos ojos azules súper claros y un pelo negro y rizado la mar de bonito; me fije en su mochila, la cual lleva colgada de un solo hombro y llena de parches de marcas de ropa.

Los ojos de mi novio se juntaron con mi mirada y su rostro cambió a un estado de preocupación al ver que tenía la cara roja de haber llorado. Intentó seguirme pero la multitud interrumpió sus pasos dejándole atrás.

Estuve en silencio durante toda la clase y que el profesor no me preguntase nada ayudó bastante. En el cambio de clase, Des se acercó a mí y me preguntó que pasaba pero yo me derrumbé. Empecé a llorar y tuve que ir al baño con mi ventolín ya que ni siquiera podía respirar. La vida no es para mí, decía. Mucha gente piensa que la vida es para los valientes, claro, pero la muerte también, la muerte voluntaria es para los no cobardes a esta. Todos somos cobardes y valientes solo que cada uno en una cosa diferente.

Empecé a vomitar y lo peor de todo es que no había comido nada desde hacía dos días. Lo que me provocaba vomitar más todavía. Era un ataque de ansiedad pero nunca me había dado uno tan fuerte desde antes de que me ingresasen en el hospital. Estuve el resto de clases (que no eran pocas) en el mismo cubículo con los cascos puestos escuchando el "soundtrack" de "Sala Samóbójcow". Mi cara no expresaba ningún sentimiento exactamente, tal vez si me mirabas detenidamente a los ojos podrías ver un rastro de decepción incurable.

Des vino al sonar el último timbre, no era solo lo de Joe, yo ya no podía con nada. Era una carga para mis padres, la culpa de todo la tenía yo, de que discutiesen o de que se enfadasen conmigo. Y mientras salíamos del baño me preguntó si estaba bien.

-Claro -Intenté sonreír.

-Estás llorando -Me dijo con una voz muy tensa.

Una de las peores sensaciones que he tenido en la vida ha sido esa, que me cayesen lágrimas sin yo siquiera notarlas, eso significaba que no podía controlar mi cuerpo.

"Siempre antepones tus sentimientos ante los nuestros"-Mamá

"Me da igual, no me importa"-Papá

"Eres una niñata egoísta a la que se lo consentimos todos y tenemos esto a cambio"-Mamá

"Vete a la mierda, no me interesa lo que pienses"-Papá

Estas y miles de frases más me decían cada día y eso era lo que realmente me hundía en la miseria, pero ellos parecían no darse cuenta. Podría acabar con esto ahora mismo pero tenía que ver lo que me quedaba por vivir.

Ese mismo día decidí teñirme el pelo entero de rojo, quería hacer un cambio y ese día también empecé a escribir un relato corto.

Recibí un mensaje de Joe:

-¿Qué ha pasado?

-Menudo cumpleaños.

-Lo tengo todo preparado para mañana.

-Genial...

-¿Qué te ocurre? No nos hemos hablado en toda la mañana, estás muy rara.

-¿Qué tal con Brittany? Claro, ella no estará rara.

-Jajaja, ¿en serio crees que te he engañado con ella por rodearla con el brazo?

-Estaba en el baño y lo he oído todo.

-Espera, ¿eras tú la que estaba en el baño?

N/Autor: Hacía mucho tiempo que no actualizaba pero los trabajos y el estrés me pueden, a demás tengo otros proyectos en mente. Espero que os haya gustado, no sé cuando volveré a actualizar (espero que pronto).

A los Ángeles también les gustan los dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora