El pacto de noviazgo falso.

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Después de una gran batalla, los Mugiwara salieron victoriosos, pero horriblemente sucios, la navegante no podía soportar eso, por lo que al momento de pisar el barco salió corriendo en busca de una buena y larga ducha, detrás sigilosamente iban Sanji y Brook, que cuando la pelinaranja dio un portazo para encerrarse en el baño éstos pervertidos salieron con un gran golpe en la nariz.

- Fu fu fu~ Al parecer Nami les ha ganado la ducha. - Comentó la pelinegra a todos sus compañeros que igualmente esperaban darse un baño.

- ¡Tardará milenios en salir! Y yo huelo horrible. - Dijo el francotirador alzando un brazo y oliendo su axila, acto seguido hizo un gesto de asco.

- Necesito un SUPER baño. - Protestaba el ciborg haciendo su típica pose.

- Tú... ¿Puedes ducharte? - Todos a excepción de la arqueóloga y el espadachín quedaron perplejos abriendo sus parpados completamente.

- No se hagan los tontos, que bien saben que puedo, mi SUPER cuerpo también tiene que oler bien. -

Después de horas de espera, la navegante salió de la ducha y entre los chicos comenzaron a pelear por el baño, aunque de todos el peliverde decidió quedar por último y Robin detuvo al pequeño doctor para que no saliera herido o ella tendría que romper los huesos de sus nakamas. El cocinero ganó, por lo que éste tomó una ducha rápida para después irse a preparar la cena, siguió el francotirador, pero antes de que entrara, el capitán estiró su mano hasta los pantaloncillos del narizón y lo jaló, entrando el menor volando.

-¡Oe, Luffy! ¡Yo había ganado el baño! -

- Shi shi shi, Lo siento, Usopp, pero yo lo necesito más que tú. -

El narizota comenzó a golpear la puerta muy furioso, mientras que el capitán sólo reía. El baño del pelinegro fue muy rápido, por lo que el chico de hebras rizadas agradecía eso, y entró volando antes de que Brook o Franky le ganasen. Minutos después, cuando terminó el menor, entró el huesudo y así hasta que el músico salió y entró el ciborg.
Chopper estaba sentadito en el columpio del Sunny esperando su turno hasta que la arqueóloga y el espadachín se acercaron.

- Chopper, ¿Quieres ducharte con...migo? - Dijeron el peliverde y la pelinegra al mismo tiempo, que quedaron en silencio al saber que el otro preguntó lo mismo.

- Tch, bueno, puedes bañarte con Robin. - Comentó el chico dándose media vuelta para irse a entretener con sus pesas.

- ¿Eh? Uh... ¡Zoro! ¡Zoro! - Decía el renito bajándose del columpio e intentando llamar la atención del espadachín, lo que logró que éste se diera la vuelta. - Y si... ¿Nos duchamos los tres juntos? Sería más divertido, ¿No crees? Así no tendrías que esperar otros dos turnos. -

La bella inocencia del doctor provocó en las mejillas del mayor un ligero rubor, mientras éste fruncía el entrecejo y su corazón latiera descontroladamente.

- ¡Por supuesto que no! ¿¡Estás loco!? Tch, yo me largo. - Dio pasos fuertes y anchos hasta llegar a sus pesas.

- No le agradó la idea... - Comentó triste el renito mientras bajaba lentamente su cabecita.

- Vamos, Chopper, tal vez será para la próxima. - Animó la arqueóloga. Se inclinó, tomando al pequeño doctor en sus brazos, yéndose al baño, ya que el peliceleste ya había salido.

En la ducha

- ¿Por qué Zoro no habrá querido bañarse con nosotros? - El pequeñín aún no lo entendía y seguía preguntándose lo mismo. Por otra parte, la pelinegra tallaba con suma delicadeza la peluda espalda del renito, de vez en cuando acariciaba su cabecita dándole ánimos.

como una familia | zorobin›chopper.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora