La semana en el instituto había transcurrido bastante rápida para Simona, algo que agradecía profundamente. El chico nuevo parecía estar cada vez más presente, Simona no era muy sociable y aun no lo consideraba su amigo pero le agradaba su compañía aunque no se lo hacia saber.
Eran las cinco de la tarde en punto cuando decidió hacer su hobbie favorito, ir al leer al pequeño parque del vecindario, cuando llego se acomodo bajo la sombra que proyectaba un gran árbol, saco el libro de su mochila y enseguida encendió un cigarrillo, trato de leer, releyó primera palabra fe la pagina unas cinco veces pero le era imposible concentrarse, sus pensamientos llegaban a flote en los momentos menos indicados, odiaba que eso pasara, Simona sin dudas era una chica complicada o al menos así lo había dejado entre ver su mejor amiga cuando le dijo que era imposible de entenderla incluso si tuviese un manual de instrucciones incluido, río ante el nostálgico recuerdo mientras daba una calada a su cigarrillo.
-Fumando eh, ya comprendo porque te dicen la chica mala
Simona se sobresalto pero enseguida reconoció la particular voz. No se equivocaba, Eduardo estaba parado mirándola a unos pocos metros de ella.-Además de espía resultas ser también un psicópata, que combinación mas perfecta-dijo Simona en tono de broma mientras apagaba el cigarrillo en una piedra.
-Relajate, no eres tan especial como para ser el centro de atención de un asesino serial- soltó Eduardo riendo- Vivo por acá y quise conocer un poco los alrededores, al parecer el destino nos quería juntos
Se acerco a Simona mientras se agachaba a su lado sin dificultad.
-¿Por qué estas tan solitaria?-Un libro es una gran compañía, muchas veces mejor que una persona.
Eduardo río y luego asintió otorgándole razón-Y tu que hacías-pregunto Simona con interés.
-Estaba tomando fotos con la cámara de mi padre, pero ya acabe el rollo.
Se miraron un largo rato a los ojos lo que despertó un cierto nerviosismo en Simona.
-Vamos, cuentame algo interesante-Dijo Eduardo acomodándose hasta quedar recostado en pasto
-Que quieres saber
-No lo sé, hablame de ti.
Simona sonrió ante la idea de ser una persona interesante para Eduardo.-No tengo nada que contar
-Anda Simona, todos tenemos una historia que contar
-Pero no todos son capaces de contarla sin despedazarse en el intento.
Eduardo no dijo nada, ella llevaba razón pero no le gustaba la idea de que aquello le sucediera a Simona, no la conocía lo suficiente, casi nada y para muchos aquella repentina preocupación que el sentía por ella podía bordear los estupido, sin embargo, a Eduardo le basto una semana para saber que Simona no era una chica feliz, veía como las personas la miraban con rareza y como murmuraban a sus espaldas. Simona merecía ser feliz, así lo pensaba el, todos merecían serlo, la felicidad no era un privilegio ni mucho menos, era algo gratis, esos pequeños regalos que te da la vida pero que como seres humanos no sabíamos ocuparlo. Sentía la necesidad de querer proteger a Simona.-Lo siento si soné algo melodramática hace un rato, a veces solo digo las cosas porque me nacen en el momento
-No, no, esta bien-dijo Eduardo-me gusta como piensas.
Simona le rogó a los dioses para evitar sonrojarse otra vez.Estuvieron un largo rato hablando de esto y aquello, Simona se dio cuenta que la sonrisa de Eduardo le comenzaba a gustar cada vez más y eso le preocupaba. Hacia bromas sin dejar de lado su inteligencia, le hablo de el y le pregunto sobre ella, Simona le encantaba saber que alguien dedicaba algo de su tiempo en una simple charla.
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Caos Fantástico
RomanceSimona esta lejos de ser la hija perfecta, es casi un imán de líos, callada y solitaria por esencia y naturaleza. A su desordenado mundo llegara alguien que pondrá las cosas "patas arriba" o al menos así lo piensa ella. Dos estrellas que encuentra...