Santa Claws

Continuación II: Diciembre 1

La Detective Benitez todavía seguía pensando en el trágico escenario que, aunque pareciera extraño, todo indicaba que Santa Claus lo hizo. De chiquita tenía un odio a Santa, al descubrir que era un farsante, eso hacía que la escena del crimen le causara intriga. Ella, al igual que Smith sabían que todo apuntaba a Santa; pero se necesitaba una evidencia más sólida ya que se trata de un ser ficticio, aunque todo apuntara a que existe. Benitez y Smith tomaron fotografías y muestras que sirven de evidencia; pero aún sería imposible.

- Benitez, ya deja de pensar que Santa tuvo que ver en ésto.

Expresó Smith.

- No dejaré de pensar en eso. Debe ser él, por más absurdo que se escuche.

Responde Benitez.

- Escucha, sé lo que vimos hoy en la casa de los Schumacher, no lo voy a negar; pero estamos en diciembre, justo cuando Santa llega. Todos los niños son locos con Santa Claus, solo piensa si esto sale a la luz.

Aclaró Smith.

- Smith, ¿Qué carajos importa los niños? ¿A caso no piensas que ésta navidad podría terminar como Michael Schumacher? Hay que informarle a los padres de éste lugar que Santa Claus es peligroso.

Discutió Benitez.

- No te niego que tienes razón; pero tengo un hijo de siete años que cree en Santa. ¿No has pensado en el impacto cultural que causará en la historia de la navidad y en la vida de un niño? Ya Santa sería una historia de horror, un ser que nadie quisiera ver y el diciembre veinticinco se convertirá en un viernes trece, el cual todos temen. De veras yo no quiero eso para mi hijo Jake. Yo quiero te tenga una mejor infancia que la que yo tuve. Mis padres eran muy religiosos y no creían en la navidad, privándome de ella. Yo no permitiré que eso pase con mi hijo. Mantendremos éste caso confidencial y punto. No quiero hablar más del tema, Sully.

Decidió Smith.

- Está bien. Solo acuérdate de lo que estás ocultando.

Añadió Sully Benitez.

Cuando llegaron a la comisaría, Smith y Benitez se dirigieron directamente a la puerta del jefe del departamento de policía. El jefe estaba bebiendo una taza de café. Los mira y les dice:

- ¿Cómo les fue en el primer caso de rapto infantil?

- Sobre eso, jefe, hay que mantenerlo confidencial hasta esclarecer el caso.

Dijo Smith.

- ¿Confidencial? ¿Estás loco? Benitez, por favor, dime que está loco. Smith, no sé si lo entiendes, pero éste es el primer caso del mes y el primer caso de un posible rapto infantil. Nos dará un auge inmensamente grande. ¿Cómo crees semejante estupidez?

Responde el jefe del departamento.

- Smith está loco, en eso no te equivocaste, jefe.

Confirmó Benitez.

- A ver, ¿A qué te refieres, Benitez?

Pregunta el jefe del departamento.

- Benitez, por favor, no lo digas.

- ¿Que no diga qué? Smith, ¡Cierra el pico!

Dijo el jefe.

- A lo que me refiero es que éste caso es más enorme de lo que se creía. Se podría confirmar que es un rapto.

- ¿Pero?

- Pero ese rapto es causado por Santa.

Informa Benitez.