Prólogo

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17 de julio, 2008.

Cada segundo, cada minuto y cada instante de nuestras vidas es algo valioso para recordar. Siempre he pensado que recordar es la mejor manera de mantener cada momento que has creado, vivo en tu memoria. 

—Lo has logrado—dice una voz a mis espaldas que hace que voltee de inmediato.

—Pensé que no vendrías— le digo antes de abrazarlo.

—¿Y perderme uno de los momentos más importantes de tu vida? Eso suena como que seria un muy mal amigo si no hubiera venido— declara haciéndome reír un poco, se separa de mi y me sonríe— Estoy orgulloso de ti, Nora.

—Lo he logrado— susurro aún sin creerlo, miro la medalla que cuelga de mi cuello y sonrío aún más—¡Lo he logrado!— le digo con felicidad y él ríe.

—Lo has logrado, bellísima Nora. Estoy más que seguro de que todos están muy orgullosos de ti.

—No creo que mi familia lo éste. Aunque no lo digan, se que no les gusta la carrera que elegí— recuerdo sus rostros de disgusto cuando les dije que quería ser escritora. Aunque me duele que no me apoyen en mi sueño, eso no cambiará nada. Seré una gran escritora y nada me hará cambiar de opinión.

—Está es tu vida y son tus decisiones. Si ellos no te apoyan, yo siempre estaré aquí para hacerlo— me asegura y yo lo abrazo nuevamente.

—Eres como el hermano que siempre quise tener— digo.

—Y el más caliente y encantador— agrega haciéndome reír.

—¿Quieres ir a comer conmigo y con mamá? Ella quiere llevarme a cenar— pregunto y él asiente separándose de mi para comenzar a caminar hacia mi mamá.

—Y dime ¿A cuál universidad decidiste ir?— pregunta pasando un brazo por mis hombros.

—Lo he pensado bastante estos últimos días y decidí que quiero ir a esa universidad en Nueva York. Tienen un programa grandioso y lo mejor de todo es que cuando termine puedo pedir empleo en alguna editorial—cuento con emoción.

—Tenia la sensación de que elegirías esa universidad. Te veías muy feliz cuando recibiste esa carta de aceptación.

—Si, yo en el fondo también lo sabía. Solo que...— suspiro— aún no asimilaba la idea de irme— digo encogiendome  de hombros. Nunca sentí que este fuera mi lugar, realmente jamás me sentí en casa aqui. Ahora tengo la oportunidad de buscar un lugar que si se sienta como un hogar, lo único que me duele de irme es dejar a Jhon aquí, la única persona que siempre ha sido más que un amigo para mi. Él es mi familia.

—Te irá genial allá, ya lo verás— dice besando mi frente. Llegamos hasta donde mi mamá y ella saluda a Jhon con una sonrisa.

—Qué bueno verte, Jhon. Me alegra que si hallas podido venir— le dice mamá.

—Lo mismo digo, señora Ana— saluda Jhon.

—Bueno ¿Vamos a comer? Esto ya se ha acabado— dice refiriéndose a la graduación. Ambos asentimos antes de seguirla al auto para ir a comer.

22 de agosto, 2008.

*Pasajeros con destino a Nueva York por favor abordar en este momento*

La voz que avisa que debo subir al avión resuena por todo el aeropuerto. Suspiro y me levanto de la silla en la que llevaba un rato esperando para subir al avión. Los únicos que habían venido conmigo al aeropuerto eran mi mamá y Jhon, con el resto me había despedido en casa.

—Te voy a extrañar, tonta— susurra Jhon abrazandome con fuerza al terminar de despedirme de mi madre. Yo lo abrazo con la misma fuerza y apoyo mi cabeza en su pecho sintiendo ganas de llorar.

—¿Estas seguro que no quieres venir conmigo? Aún hay espacio en mi maleta— digo sorbiendo mi nariz al sentir las lágrimas caer y él ríe por mi comentario.

—Sabes que si pudiera lo hiciera, pero no puedo dejar la universidad. Además, este es mi lugar. No podría irme de forma permanente— dice y yo asiento. Esa sería una petición muy egoísta de mi parte sabiendo cuanto le encanta México, además de que aún le falta un año para terminar su carrera—Oye, no lo dije para que te pusieras asi— dice tomando mi rostro entre sus manos y limpiando las lágrimas de mis mejillas.

—Lo sé, es solo que... me harás mucha falta. Eres mi mejor amigo— mi voz se quiebra en la última palabra y contengo las lágrimas que están deseosas por salir, como detesto las despedidas. Él me mira con ternura y me abraza nuevamente.

—Y tu eres mi mejor amiga. Ya no llores ¿Si? Prometo ir todas las veces que pueda. Este es tu momento y debes aprovecharlo al máximo, es tu turno de vivir la vida— dice.

—Siempre sabes que decir para hacerme sentir mejor— susurro y escucho nuevamente la voz llamando a los pasajeros.

—Lo sé, soy genial— bromea y yo rio—Ya, ve. Vas a perder el vuelo.

—Hasta pronto— lo abrazo una última vez antes de separarme— Los llamaré en cuanto llegue— digo caminando y ellos asienten sonriendo. Me despido una última vez con la mano antes de abordar el avión.

Me siento en mi asiento junto a la ventanilla viendo como todos ocupan el suyo. Una mujer se sienta a mi lado y yo le sonrió en modo de saludo, ella hace lo mismo y se acomoda en su lugar. Recuesto mi cabeza y cierro los ojos cuando una sonrisa aparece en mi rostro.

Si, definitivamente estoy muy ansiosa por este nuevo destino. Una nueva etapa en mi vida.

Amor en Grecia [PROXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora