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Todo está absolutamente oscuro, el cielo está repleto de nubes alrededor de la blanca y reluciente luna. Nos encontramos a algunos metros de un pequeño pueblo, las casas son de madera vieja llenas de agujeros, algunas de dos plantas, las demás de tan sólo una, otras con ventanas rotas.



Parece que está despoblado, las casas tienen las luces apagadas, no hay personas a la vista y ningún tipo de movimiento dentro de las casas. Se escuchan búhos, y grillos haciendo sonidos que para nada me agradan. Hay muchos pinos tan altos que parecen rozar el cielo. Tengo mucho frío, el suelo está repleto de neblina, y nuestros pies están cubiertos por ellas.



Arthur toma mi mano y me sonríe. Me arrastra y mientras más nos acercamos al pequeño pueblo se va reflejando una casa diferente a las demás, esta es blanca y bien cuidada. Cuando estamos en el porche frente a la puerta principal Arthur se detiene y voltea a mirarme.



- Lista para la mejor parte de todo, Ev?.- Yo casi muerta por la intriga asiento enérgicamente. Lo próximo que hace es abrir la puerta y transportarme a un lugar diferente al que está detrás de nosotros.



Avanzo con grandes zancadas, casi corriendo, con pura emoción por lo que mis ojos captan. Arthur me llama a lo lejos y trotando llega hasta mi.



- Evleen, acaso estas loca? Aquí nadie sabe quien eres, te toman como intrusa y al instante acaban contigo, pendeja.



- Arthur puedes cerrar la boca?, déjame admirar esta maravilla.- hago una seña para que guarde silencio y suspira.



Esto es una fantasía. Grandes estructuras de cristal negro, con muchos detalles modernos, de la parte inferior de estas salen luces neutras que logran abarcar toda la edificación. Personas van y vienen de distintos lugares, están sumidos en ellos, todos usan ropa oscura, ninguno tiene algún rastro de colores llamativos. Miro a mi alrededor y me encuentro en un parque, detrás de nosotros hay una gran fuente blanca y de ella salen chorros de aguas con una sincronización perfecta. La fuente también está iluminada con distintos tonos de colores. Hay algunos árboles, que adornan el parque junto con unos cuantos asientos de hierro. Siento una gran mano en mi hombro y me giro con premura. Es un hombre robusto, de piel morena y rapado casi de cuarenta, con gafas negras.



- Venga conmigo, señorita Lo Russo.- me dice educadamente. Rápidamente trató de observar todo a mi alcance para encontrar a Arthur que no está junto a mi. Lo visualizo hablando animadamente con una muchacha de cabello castaño y ojos verdes. Me volteo a ver al hombre que está delante de mi.



- Claro, voy con usted.- y le lanzo una sonrisa falsa. Cuando avanzo un par de pasos delante del señor, me desvío de forma inmediata en dirección a Arthur, corriendo como si mi vida pendiese de un hilo.



- Arthur!- grito con todas mis fuerzas, asustada.- Este hombre me quiere llevar con el!- digo aún lejos de el.- Ayúdame, y deja de estar utilizando tus dones de galán ahora, Imbécil.- susurro eso último.



- Señorita, venga conmigo, sus padres lo ordenaron, vengo a por ustedes.- dice el moreno corriendo detrás de mi, tratando de alcanzarme.


- Está loco?- Me detengo a mirarlo pero  salgo corriendo de nuevo, se suponía que me estaba persiguiendo, ya iba a entablar una conversación con el, giro los ojos y cuando estoy cerca de Arthur el moreno agarra mi brazo con fuerza y en un auto reflejo lanzo fuego de mis manos. Veo como el moreno cae al suelo inconsciente y abro los ojos a más no poder. Me acerco y lo remuevo, sus gafas fueron a parar al otro lado del parque, está desprendiendo humo, asustada y divertida a la vez creyendo que lo había matado le doy una gran cachetada y reacciona algo perdido.



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⏰ Última actualización: Sep 13, 2017 ⏰

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