El dragón de los ojos azules (Larry Stylinson) [Pausada]

Capítulo 6

Se despertó solo, no lo provocó ningún ruido, tampoco una pesadilla, sólo despertó, abrió los ojos y estaba en su cama, mirando al techo y oyendo su respiración, calmada. ¿Qué horas serian? ¿Las seis de la mañana? Él usualmente se estaría despertando dentro de unas dos horas, para levantarse a desayunar y posteriormente abrir la panadería, pero no tenia sueño, sabía que no podría volver a dormir aunque quisiera, de modo que se levantó silenciosamente para no despertar a nadie, desayunó lo usual y salió a la calle. Necesitaba caminar, pensar en lo que había pasado con Louis.

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- Está bien, si no vas a decirme nada, vete. - espetó Louis tomando por sorpresa al joven de rizos.

- ¿Qué?

- Oíste bien, vete. Ya me siento mejor. No necesito que estés aquí. - repitió sin cambiar el tono de su voz.

- Está bien. Me iré, grandísimo idiota. - dicho eso Harry agarró el resto de sus cosas y saltó al agua.

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Malagradecido... 

Sintió algo chocar su hombro mientras caminaba con la cabeza gacha, al alzar la vista se encontró una cabellera rubia escandalosa, Tom pareció no darse cuenta a primera vista de que se trataba de Harry, pero luego de un rápido vistazo a sus ojos pudo reconocerlo.

- ¿Harry? ¡Hola! Disculpa, no te vi, iba distraído. - habló el chico de los ojos azul marino con cara de felicidad hacia el rizado.

- ¿Tom? Hola... descuida, fue mi culpa, no veía por dónde iba. ¿Cómo estás? Hace mucho no nos vemos. - el ojiverde sostenía un rostro de entre sorpresa y molestia.

- Bien, bien, por suerte. Si... ha sido un largo invierno, ¿Verdad? - Tom pareció notar la incomodidad de Harry al estar hablando con él. - ¿Cómo estás tú? ¿Y Gemma y los chicos?

- Muy largo... - hizo una pequeña pausa y tomó aire para volver a hablar. - Bien, ellos se encuentran bien, gracias por preguntar. ¿Sabes? Tengo que irme, mi turno empieza en un rato y... debo alistarme, fue un gusto volver a verte, Tom.

- El gusto fue todo mio, Harry. Saluda a tu hermana de mi parte, dile que la extrañé.

- Claro, le diré. Adiós.

- Hasta luego, Harry. - dicho eso el rizado dio media vuelta sobre sus tobillos y emprendió marcha desapareciendo de la vista de su viejo amigo al doblar en una esquina.

Siguió caminando un par de cuadras más, sin rumbo aparente, puesto que todavía faltaba rato para abrir la panadería, lo que había dicho allí era para poder escaparse del muchacho. No quería lidiar con él en estos momentos. Mientras iba sumido en sus pensamientos logró ver a su amigo Liam recogiendo unos troncos y pedazos de madera cortados, poniéndolos en una vagoneta azul que supuso era de Fionn. Al ver que el castaño esbelto no había notado su presencia decidió acercarse.

- Hola, Li. - habló el joven de ojos verdes cuando estuvo a una distancia audible.

- Hazz, hola. ¿Qué haces despierto tan temprano? ¿Pasó algo? - respondió con tono de preocupación su amigo.

- ¿Acaso tiene que pasar algo para que yo esté despierto a esta hora? Ni siquiera es tan temprano. - se defendió el rizado cruzándose de hombros y levantando una ceja, poniendo un rostro de molestia notablemente forzado.

- Harry...

- Ya, está bien. Es sólo que me desperté temprano y no pude volver a dormir, preferí salir a caminar antes que quedarme encerrado. - dijo el rizado aceptando una falsa e inexistente derrota.