capítulo: I ..Pregunta, pues antes te digo tu mente te engaña..

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Sophia se despertó alterada, tenía la respiración agitada, trató de levantarse con brusquedad pues una terrible sensación la recorrió, tenía vendas por todo el cuerpo y un poco de sangre se dejaba ver atraves de la herida en sus caderas, se recosto con dolor.

<<¿que me ha pasado?.... A estas alturas debería estar muerta.>>

La chica no podía recordar nada después de lo susedido, jamás imagino la realidad de la situación.

Una mujer la cual Sophia nunca había visto, entró por la puerta, la edad había marcado su rostro, su ropa estaba malgastada, su hermoso cabello plateado llegaba asta su cintura tejido en una trenza,

con lentitud avanzó hacia la chica.

Fue asta entonces cuando Sophia se percató de el ambiente en el que se encontraba, la humedad entraba por las paredes de la pequeña habitación sin más muebles que la cama en la que se encontraba, una mesa y una silla de madera  que tenía aspecto de no haber sido utilizada desde hace tiempo.

-¿Como te sientes pequeña?,- dijo con un tono dulce.

-b....bie..n,- tartamudeo la chica con esfuerzo, y con un gesto de de dolor en su bello rostro.

La mujer se quedo pensando y después de un poco rato se alejó asta la pequeña mesa diciendo con el mismo tono dulce.

-Si te sientes tan bien, ¿podrías venir?

La chica trató de hacer lo que la anciana le decía, se levantó con lentitud, una terrible sensación le recorrió el cuerpo, la vida le había enseñado a resistir todo y más del dolor que su cuerpo podía resistir he iba a demostrarle a la anciana que podía hacerlo.

Puso sus manos sobre la pared, y de a poco empezó a moverse, pudo ponerse de pie, tomo un poco de aire para relajarse y empezó a caminar, se mordia con fuerza el labio inferior

por el dolor provocado, dio el primer paso, el segundo, uno más y el dolor se apoderó de su cuerpo, calló al suelo y soltó un grito que había querido salir desde hace tiempo.

La anciana fue hacia ella y la ayudó a levantarse.

-Te quedarás aquí asta que te recuperes por completo,- dijo un poco molesta, en verdad no pensaba que la joven le hiciera caso.

-No puedo, tengo que regresar.

La realidad era que la chica no tenía donde quedarse desde hace tiempo pero eso no era problema para ella, excepto en esas condiciones.

-Sin peros, cuando te traje aquí tenías un aspecto terrible, así que ahora no repliques.

La anciana se sentó a su lado y trató de acariciar su largo cabello color marron, Sophia no estaba acostumbrada a ese tipo de afecto y con el primer tacto, se estremeció, al notar la reacción de la joven decidió respetar su decisión, se levantó muy despacio para no lastimarla y se acercó a la puerta.

-Sophia, puedes sentirte con libertad, yo vivo sola y la casa es muy grande, traeré un poco de agua para limpiar tus heridas.

Sophia..... es un lindo nombre.- diciendo esto se dio la vuelta y se fue.

Sophia quedó inmersa en sus pensamientos.

<<Sophia... Sophia... Sophia... hace tanto que nadie me llamaba con ese tono lleno de .... lleno de ¿amor?...

¿¡Como sabe mi nombre!?.

olvide preguntar su nombre y también que fue lo que pasó>>.

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