Capitulo 22

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El día pasó aburrido, o al menos para casi todas las personas, la o el escritor de las cartas, estuvo demasiado nervioso, había escrito dos veces la misma carta. Una de ella las dejo dentro del casillero de Marinette, pero estaba vez se aseguró de que entrara bien y la otra simplemente la dejo bajo el escritorio de Marinette durante el recreo, teniendo las esperanzas de que leyera alguna.

Llego el momento, y Marinette se encontraba guardando sus cosas de su pupitre, cuando una carta la llamo la atención, era la misma carta que le entrego el o la anónimo antes de ayer, entonces cuando estaba a punto de leerla recordó lo que decía la carta de ayer, así que sacudió su cabeza tratando de borrar esa memoria, pero no, aun así siguió ahí.

Tomo la carta, y empezó a leer lo que decía, lo bueno, es que ya no había nadie en el salón, a excepción de ella, y un chico o chica encapuchada que miraba disimuladamente por la ventana para ver las reacciones de la chica.

Sus reacciones fueron positivas, por lo que sonrió, pero en ese momento Marinette recordó la carta anterior, y la saco rápidamente para comprobar algo, y efectivamente, tenía razón.

Al estar enamorada del o la autora del libro olvido por completo el hecho de que su casillero estaba desordenado, las cartas no eran las mismas, y la ortografía y caligrafía eran totalmente diferentes, ahí noto que alguien había revuelto su casillero sacando la carta original del o la anónimo, y la había remplazado vilmente por otra diferente, ofensiva y desmotivadora a lo que era su amor.

Resignada y dolida por pensar mal de su anónimo, la llevo a abrazar la carta, no sin antes susurrar un lo siento, como podría él o ella ser ofensiva, si era demasiado amable, siempre intentaba ser lo más delicado posible, o al menos así era al principio, se notaba antes que era más introvertido y tímido, y ahora en su cartas se le mostraba más abierto, mas "libre".

Termino de guardar sus cosas y se dirigió a su casillero donde tenía que asegurarse de algo.

Una vez que llego ahí, se encontró con otra vez lo mismo que ayer, con todo desordenado, y efectivamente otra vez la misma persona intentaba bajarle los ánimos y romperle el corazón, pero era obvio que no lo lograría sabiendo que el anónimo, jamás la dejaría de amar.

Ahí encontró otra vez la misma carta de ayer, una hoja escrita de ambos lados, toda machucada y arrugada esperaba ser abierta por ella, pero ella lo único que hizo fue tomarla y leerla, aunque pensaba que algunas cosas eran verdad, no le dolían tanto ahora, ya que sabía que ese era el deseo de otra persona verla destruida y sabía perfectamente que él o la anónimo la estaba viendo en ese momento, así que sonrió arrugo más esa hoja y la tiro en el cesto de basura que se encontraba en aquel pasillo ahora casi desolado de no ser por Bridgette quien esperaba ver una reacción de tristeza y llanto, por Marinette que se encontraba alegre y mejor que nunca y aquella persona que escribe las cartas, bueno, esa persona se encontraba feliz, porque al fin entendía porque estaba tan mal su querido autor o autora anónima.

Marinette con una radiante sonrisa salió del establecimiento del colegio yendo directamente a su casa la cual como todos sabemos, se encontraba en la cuadra de al lado.

Ya veremos lo que le esperara a Marinette en la próxima carta.

Cartas Anónimas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora