LA NUEVA VERSION DE LA MADRASTA

CAPITULO 6 POLOS OPUESTOS

Narrador

Una mañana como cualquier otra en la casa San roman, donde todos se reunian para el desayuno, en donde Alba siempre se encargaba de los preparativos, o mejor dicho de asegurarse que el personal hiciera todo a su gusto y antojo, asi es, a Alba le encantaba tener el control de todo y todos, ese era su estado natural, tener el control era su pasa tiempo favorito, aunque claro ella era una mujer de porte y alcurnia.

Su piel era blanca, sus ojos eran color miel, su cabello era lacio lo tenia a la altura de sus hombros, solo que la mayoria del tiempo lo usaba en un recojido que no dejaba ver el verdadero largo de su cabello.

Rebeca-señorita Alba el desayuno ya esta listo, servimos cuando usted lo diga
Alba-muy bien Rebeca, informale a todos los demas y hazlos pasar al comedor.

Como siempre Rebeca obedece sin hacer preguntas, la fiel Rebeca, era el ama de llaves de la familia San roman desde hace tantos años que ya nadie recuerda como fue que llego, claro esta que era una mas de las aliadas de Alba, era logico a nadie le convenia tener a Alba como enemiga.

En el comedor

Alba- Rebeca ¿acaso no hiciste lo que te pedi?
Rebeca-pero por su puesto que si señorita Alba, faltaba mas, lo que pasa es que ya conoce usted a las muchachas
Alba-esas mal educadas jamas obedecen
Esteban-¿ya tan temprano refunfuñando tia?
Alba- Esteban, buenos dias
Esteban-buenos dias
Alba- Sientate por favor ya sabes que tu lugar es el extremo derecho

Desde que María fue condenada Alba tomo e hizo suyo el titulo de dueña y señora de la casa, Esteban acepto el apoyo que Alba le dio, en la casa, con las labores y al cuidado de sus hijas.

Carmela- Buenos dias
Alba- Carmela, el desayuno comenzo hace mas de cinco minutos ¿donde diablos estabas?
Carmela-ay Albita, no me grites que la cabeza me explota
Alba-lo que me faltaba, ¿estubiste bebiendo de nuevo?
Clarissa-bueno ya basta no, creo que mi tia Carmela esta lo bastante grandecita como para decidir si bebe o no
Alba-ja mira nada mas quien habla ,me sorprende que puedas estar de pie despues la tremenda parranda que tuviste anoche
Esteban-bueno ya por favor no empecemos, buenos dias Clarissa
Clarissa-buenos dias papi
Esteban-tu y yo tendremos una larga conversacion Clarissa, pero sera mas tarde, espero que tu boleta de calificaciones me demuestre aquello que me aseguraste hace tiempo
Alba-y ¿se puede saber que fue aquello que te aseguro Clarissa?
Clarissa-es personal tia, no seas entrometida

Clarissa se incoorpora al comedor donde ya estan sentados Alba, Carmela y Esteban. Clarissa se sienta justo a lado de su padre

Alba-ese no es tu lugar clarissa
Clarissa-Alba no empieces
Alba- Esteban
Esteban-por favor Clarissa vamos a darle gusto a tu tia

Clarissa se cambia de asiento a regaña dientes, si habia algo que Clarissa odiaba era que alguien sea quien sea le dijera que hacer, era bastante caprichosa y lo que tenia de rebelde lo tenia de hermosa, ella sabia el poder que tenia con su belleza, su piel blanca, su cabello castaño y ojos color miel le hacian sentir tan segura, ademas su vanidad estaba por ensima de todo

Aria-buenos dias, lamento la tardanza, es solo que me estaba poniendo al corriente con unos papeles que necesito llevar a la empresa
Carmela- Ari querida, si sigues trabajando como mulita te nos vas a enfermar, ¿si o no Albita?
Alba- Carmela tiene razon, tu no deberias estar tan metida en la empresa, ese es trabajo para hombres, deja que Leonel se encarge, para eso esta el y tu padre
Aria-no, no tias disculpenme, pero estan muy equivocadas, en esta epoca tanto hombres como mujeres tenemos el derecho y la obligacion de trabajar
Clarissa-no te esfuerzes, nuestras tias nunca entenderan
Carmela-callate, no cabe duda que por eso son mellizas ustedes dos, Ari y Clarissita las dos nacieron el mismo dia y tienen esa forma de pensar tan liberal y mundana
Esteban-tia no te equivoques, aunque Aria y clarissa nacieran el mismo dia y aunque sean muy parecidas fisicamente, son muy diferentes, en cuanto a su forma de ser, pensar y actuar, pueden observarlo solo en la manera tan distinta de ser de cada una.