Capítulo 1 : La Fuente

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Una noche, en el que el invierno ya nos estaba dejando para que entrará la primavera. Me encontraba sentada en el borde de la fuente de agua de una plaza que estaba muy vacía, me encontraba sola con los ruidos lejanos de los autos y de la noche, mire mi reflejo en el agua y casi no me reconocí, solo vi máscaras, máscaras que con el correr del tiempo se habían hecho parte de mi haciendo olvidarme de mi verdadero yo.
Me preguntaba ¿cuándo fue la última vez que sonríe? Obviamente sin formarme a hacerlo, ¿cuándo dejé de demostrar mis emociones?, ¿cuándo me empecé a sentir tan... Vacía? Preguntas como estas venían una y otra vez a mi mente, no me supe responder, en realidad para mi suerte no encontré una respuesta lógica en ninguna.
Retrocedi unos años atrás cuando estaba en el colegio secundario, en ese entonces mi única prioridad fue complacer a todos y siempre dar mi mejor impresión, era buena con todos aunque se que aveces nadie lo era conmigo. Me doy cuenta que perdí de vista a la persona más importante, nunca hice lo que ella quería y nunca la deje elegir, yo... Me amolde a lo la sociedad me decía, lo que me decía mi familia y mis amigos. Sin duda que había cumplido los sueños de todos, pero nunca cumplí mis sueños.
Esa noche también recordé cuando mi padre se fue de casa, yo tenía 6 años en ese entonces y aún era inocente ante la relación que mis padres tenían. Los gritos subían por la escalera y se ahogaban en mi puerta, nunca lograba escuchar que se decían. En ese momento yo estaba en mi habitación, unas luces iluminaron toda la habitación y luego se escuchó el motor encender, me asomé a la ventana y vi como mi padre hacia marcha atrás en su auto. Bajé por los aires las escaleras y fui a la sala note que mi madre no estaba ahí tampoco, fui afuera mi padre se alejaba ya en su auto, lo perseguí y corri tanto como mis fuerzas me lo permitieron, no lo alcancé, ni siquiera miro por el retrovisor, mis lágrimas mojaban mi pijama favorito era color amarillo patito, lloraba sin consuelo mi padre se había ido y no sabia el porque, estuve unos minutos sola llorando hasta que mi hermano salio a buscarme me tomo en sus brazos y me llevo adentro, ese día el me dio consuelo y me dijo que papá iba a volver pronto, me canto una canción que en este momento no recuerdo su letra pero en aquel entonces esa letra y la voz de mi hermano me habían calmado, hasta dormirme. Ese día mi papá me rompió el corazón.
Mamá nunca menciono a papá y él tampoco dio noticias de él no después de 12 años, cuando mi hermano ya se había ido de casa hace mucho y yo ya estaba por cumplir los 18, su regreso me sorprendió mucho pero la relación de padre a hija nunca volvió, el tenia otra familia, no me molesto pero tampoco lo acepte completamente, lo único que cambio fue que mamá tenia otra entrada de dinero, nada más que eso.
Me resulta un poco chistoso que el quisiera comprar mi amor y mi cariño con dinero.
Ya eran las 23:35p.m de la noche y me estaba dando frío, había salido a dar unas vueltas muy fuera de mi rutina pero necesitaba tomar aire, camine sin rumbo hasta que llegue a esta fuente de agua, me pareció atrayente y hermoso a mis ojos como los colores se fundían en el agua y como los chorros iban y venían de un lugar a otro todos juntos sin salpicar una gota fuera de la fuente, tal vez ya era peligroso que estuviera sola ahí en esa plaza así que decidí volver a mi departamento, me coloque mis auriculares y sonó el tema de Passenger -Let Her Go-.
Esperaba que al llegar a mi departamento mi vecina la chusma no me lanzará ningún comentario por llegar tan tarde pero era obvio que no sería así.
Llegue a las 00:21a.m no podía creer lo lejos que había estado de mi departamento, realmente me deje llevar por la música y mis pies sin seguir rumbo alguno de todas formas no había perdido mi tiempo ya que esa plaza, con su hermosa fuente me dejaron cautivada, tal vez empezara a ir más seguido porque a pesar de tanta soledad y peligro que pudiera existir en ese lugar... Yo me sentía tranquila y segura, mis pensamientos que aveces eran como aguas turbias en mi cabeza se serenaban y pensaba con claridad.
Subí las escaleras y con sumo cuidado para no hacer ningún tipo de ruido me acerqué a mi puerta, saque la llave que llevaba siempre en mi collar, ya que era tan distraída que aveces la perdía, abrí la puerta y entre. Todo tan callado y vacío, no tenía muchas cosas en mi "hogar" solo mi cama,una biblioteca con su silla y una mesa, no tenía cocina así que siempre pedía comida o utilizaba el refrigerador y congelaba algunos embutidos, el baño era tan pequeño que causaba claustrofobia estar por mucho tiempo en el. Deje mi morral en la mesa, me saque las zapatillas y de un salto me senté en la ventana que daba a la ciudad, los autos a pesar de ser tarde iban y venían con sus luces rojas y amarillas, que al pasar dejaban solo líneas al ir con tanta velocidad, toda la ciudad estaba iluminada con sus luces artificiales pero aún así la luna nos regalaba sus tan bellos rayos de luz. Bajé de la ventana y me prepare para dormir apague la luz del baño me acerqué a cerrar las cortinas de la ventana pero la luna y sus estrellas eran tan hermosas que me arrepienti y las deje abiertas, me acosté aunque no tuviera señal de tener sueño. Con los auriculares puestos me volví acomodar en la cama y me obligue a cerrar los ojos y dormirme. Volví a abrir los ojos mirando al techo aunque ya me pesaban y de mi boca salieron las palabras -Para muchos un día más de vida, para mi uno menos a la tortura del tan solo tener que vivir.- y poco a poco caí profundamente dormida.

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