Capítulo 1

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Virginia no creía que existieran malas personas, solo malas circunstancias y malas decisiones. Detrás de cada "criminal" que había estudiado, siempre había un momento en el que su mundo daría un cambio, esa decisión, esos segundos de duda, irrelevantes a veces, de los que dependía su futuro próximo o lejano. Y por eso decidió decirle a su amiga Leire que el vestido de sus sueños no le quedaba bien, aunque lo más lógico hubiera sido una mentira piadosa teniendo en cuenta lo ilusionada que estaba su amiga:

-Lo siento Leire, pero no me convence...

Su amiga la miró fijamente y Virginia casi pudo leer los sentimientos que cruzaron por su mente, primero la decepción, luego la furia y por último la tristeza. Leire dio un grito desgarrador antes de entrar en el probador de nuevo, soltando numerosos insultos y maldiciones, algunos contra Virginia, pero la mayoría contra los dueños de la tienda que no tenían una talla más para que pudiera caminar sin parecer un salchichón embutido. Virginia se limitó a suspirar aliviada, tampoco había sido para tanto, no entendía como podía estresarse tanto por un trozo de tela, en Madrid habían demasiadas tiendas como para frustrarse de esa manera por un vestido.

-Ayúdame con la cremallera -exigió Leire.

Virginia resignada se levantó y entró en el probador. La observó por el espejo y se dio cuenta de que estaba a punto de echarse a llorar. Se guardó un par de reflexiones sobre la superficialidad y se mantuvo en silencio.

-No me mires así darling, sé lo que piensas y no estoy exagerando, quiero que mi vestido sea perfecto.

-Hay más tiendas...-contestó sonriendo levemente - Y mucho tiempo...

Intentó sonar animada, pero no estaba segura de estar preparada para otro par de horas de "búsqueda". Además todavía quedaba muchísimo para la graduación, todo un curso nada menos, y seguramente ella elegiría su vestido un par de días antes.

-Que tú te conformes con un simple vestido blanco no significa que yo no tenga que buscar el "mío" - Leire resaltó la última palabra con un poco de furia.

Mientras salían de la tienda, Virginia se dio cuenta de que su amiga casi podía leerle los pensamientos. Tenía razón, ella no se preocupaba mucho por la ropa, se conformaba con colores claros y lisos, al contrario de su amiga, que vivía comprándose las últimas tendencias y "experimentando" como ella decía. Realmente no le parecía algo muy importante.

-Ya sé que quieres el vestido perfecto darling, pero es que vamos, tú hasta con un saco de pap... patatas estarías preciosa -dijo intentando animarla.

Virginia intentaba evitar en la medida de lo posible el vocabulario que pudiera llegar a confundir a su entorno aunque era incapaz de reprimir el seseo típico de las islas Canarias. Había palabras que eran propias de su dialecto y que su amiga catalana no entendería. No se avergonzaba para nada de su acento, a pesar de que ya había soportado alguna que otra burla, nada que no se pudiera arreglar con una buena contesta, de esas que dejan sin palabras, tenía un talento natural para ello, curtido en sus años de instituto. Además su amiga siempre le decía que estaba considerado de los acentos más sensuales de el país porque "hablaban cantando", pero tampoco era algo que le importara mucho.

-¿Quieres un helado? -propuso sabiendo que Leire no podría resistirse, en septiembre todavía se notaba el calor del verano y esa tarde el sol todavía brillaba.

-No, no quiero -contestó enfurruñada como una niña pequeña -Quiero irme a casa a por un buen maratón de Teen Wolf...

Virginia pensó que el enfado todavía le duraría unos minutos más, pero que esa serie podría ayudar a solucionar la pequeña crisis.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2016 ⏰

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