BrArgChi: Después de la final

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Después de unos dos días de espera, llenos de tensión y nerviosismo (desde el partido Chile vs. Colombia) finalmente llegó el gran día de la final Argentina vs.Chile, la revancha del año pasado (2015).

Salieron los jugadores a la cancha y cada equipo cantó con orgullo su Himno Nacional, al terminar, los capitanes de cada equipo se acercaron al árbitro quien, esta vez, era Luciano Da Silva.

—Bien—dijo el de tez tostada una vez que Martín y Manuel se acercaron.

Ellos dos estaban bastante enérgicos, cada uno tenía fe en que iba a ganar y tenían sus propias razones para querer la copa.

Manuel lo hacía para que Tincho dejara de tratarlo como inferior en fútbol y, de paso, quitarle otra copa para hacer que deje de presumir las 14 que éste tenía. Martín lo hacía para acabar con sus 23 años de sequía, de estar sin victorias y por aprovechar la tercera oportunidad de ganar la copa con este equipo, y más que nada, tener una revancha con Chile ya que fue bastante humillante que alguien tan "aficionado" como Manu le ganara al "profesional".

Preparados? —Preguntó Luciano con su acento brasileño.

—¡Si,capitán estamos listos! —exclamó Tincho en el tono de los niños que aparecen al principio del programa Bob Esponja.

—Weón vai' a perder —sonrió confiado el chileno.

—Seguí flasheando, boludo, así te parto la jeta —respondió sonriente y divertido el argentino, quien le tocó el trasero al más bajo—. Te voy a violar pero fuerte...—le dedicó una mirada entre lujuria y terror, pues el ojiverde se tomaba muy seriamente los partidos, tanto en fútbol como en cualquier otro deporte.

Al de ojos marrones le recorrió un escalofrío y lo miró mal cuando hizo aquel gesto, le molestó, más que nada, que lo hiciera frente a la cámara que justo pasaba grabando ese ángulo y los enganchó haciendo eso.

Lo que ninguno sabía era que Lucho los observaba con ciertos celos hacia Manuel pues, no podía negar que sentía algo inexplicable hacia el argentino, pero no quería admitir que era amor, no se lo permitía. Sentía una presión en su pecho pero no dejó que nadie lo supiera, por lo que siguió con su expresión neutral.

Iniciaron el partido con normalidad pero no hubo gol rápido de parte de Tincho y Manu atajaba todos esos intentos de gol, las faltas las contaban casi todas aChile. Lucho les daba una ventaja, por más que lo hacía sin darse cuenta, a Argentina.

Por dentro él tenía un debate sentimental, apoyaba a Argentina por más que fuera su rival en fútbol y también le desagradaba que el chileno estuviera siempre con Martín, sentía celos, muchos, a decir verdad.

Por otro lado, los dos equipos que jugaban no paraban de tirar órdenes el uno al otro, tratar de meter goles y atajarlos, se esforzaban por conseguir la victoria pero terminaron el primer tiempo 0-0.

El rubio, frustrado, se sentó en la banca para tomar agua, analizar sus jugadas y planificar su próxima estrategia.

—Están jugando bien, pero tenemos que esforzarnos en meter por lo menos un gol y defender a Lio —miró el ojiverde a su compañero que estaba llevándose la mano al pelo—, es obvio que quieren bloquearte ¿o me equivoco? —Aunque iba dirigido a Messi todos asintieron.

Mientras los de la Selección Argentina se arreglaban, los chilenos, además de hacer lo mismo —a su estilo—, también estaban felicitándose más de lo que hacían los argentinos.

—¡Bien conchetumare'! No nos metieron ni una wea, sigamo' así, capaz y le' volvemo' a ganar, weón —Decía el castaño palmeando a los compañeros que tenía cerca.

Hetalia One-shoots~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora