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Tristán's POV

Después de mi extrañamente no desagradable encuentro con Susan, volví al día siguiente a la escuela bastante animado. Por una vez no le tenía miedo. Entré en el aula 3 para dar clase de Historia. Normalmente, a primera hora de la mañana, ese aula estaba completamente vacío hasta pasados unos minutos después de que llegara el profesor. Ese día fue la excepción. 

Esa mata de cabello fuego estaba, por primera vez, despeinado y alocado. Tenía la cabeza bajada y su pelo impedía ver su rostro. Estaba sentada casi en la última fila, lugar en el que nunca se sentaba. Le gustaba estar a la vista de todos. 

Intenté esquivarla y me senté, como siempre, en primera fila. Sin embargo, es difícil evitar a alguien cuando estás solo con esa persona en una habitación. Me giré y la vi, en la misma posición que antes. 

—Hey...—saludé con la voz quebrada. La miré por un rato, pero ella no se movió, ni habló. ¿Estaría muerta?

Volví a girarme y miré al frente. Nada fuera de lo normal. Todo perfectamente aburrido. 

—Hey—oí detrás mía. Inmediatamente volví a voltear, y esta vez, ella me miraba con esos profundos ojos negros. 

Me costaba sostener la mirada. Pero más me costaba apartarla. Sus ojos eran duros, fríos e incluso crueles. Pero también eran hechizantes, hipnóticos e inocentes. Me levanté y, poco a poco, me fui acercando a ella como si fuera un animal herido. Ella me observaba sin hacer nada. Al fin llegué al asiento a su lado. 

—Emm...—carraspeé.— Esto... yo... ¿estás  bien?

Me miró inexpresiva. Por unos segundos no dijo nada. 

—Sí—contestó finalmente. 

—Pues... no lo parece. Es decir, no me quejo de que no me insultes, pero es extraño que no lo hagas. Parece... esto... parece que el castigo te afectó mucho...

Ella emitió una carcajada fría, bastante falsa. 

—Si esto fuera por ese absurdo y ridículo castigo...

—Entonces, ¿por qué...?

—Escucha, Thomas...—me dijo, mirándome muy seriamente. No me atreví a corregirle.— No quieras que vuelva a ser la de antes. A ti y a todo el mundo le conviene tenerme así. Es mejor de esta forma. Nadie sufre, nadie es lastimado, nadie tiene que soportarme. La vida no tiene por qué ser cruel con todo el mundo.

Sus palabras me llegaron hondo. No sé si fue lo que dijo o cómo lo dijo. Su mirada se perdió entre sus pensamientos y yo decidí volver a mi asiento. 

«La vida no tiene por qué ser cruel con todo el mundo». «Nadie tiene que soportarme». No podía pensar en otra cosa. Tan absorto estaba que no me había dado cuenta de que el profesor había depositado su vista en mí y tenía expresión ceñuda hasta que dijo:

—Señorito, si no le interesa mi clase puede irse a dormir en los laureles en otro sitio.

—Oh...—musité bastante avergonzado. Nunca me habían llamado la atención.— Perdone, profesor, no volverá a ocurrir. 

Por supuesto, volvió a ocurrir. No podía concentrarme en nada. Por bendita fortuna, no se volvió a dar cuenta, o al menos, actuó como si no se hubiera dado cuenta. Sólo era capaz de pensar en la penetrante mirada de Susan y en cómo sus palabras estaban impregnadas de dolor y rabia. Pero también de advertencia. Como si realmente ella hubiera sufrido y no quisiera que nadie más lo hiciera. ¿Qué había cambiado?

—Tristán McCall— Por un momento me asusté, antes de que dijera:—, tu trabajo será con Susan Whitermore. Vuestro tema será la política en América Central tras la colonización. 

Eché una mirada hacia atrás y mis ojos castaños se toparon con unos negros. 

El timbre sonó. Me dirigí inmediatamente a su mesa, pero, misteriosamente, ya no estaba. Cuando quería podía tener a todo el colegio admirándola, y cuando no, podía escabullirse sin ser vista. Bien jugado, lo admito. 

*********

A la salida del instituto, al fin conseguí atrapar a aquel espécimen llamado Susan Whitermore. 

—¿Esta tarde en tu casa?—le pregunté. 

—¡No!—gritó, casi desesperadamente. Rápidamente se apresuró a aclarar:—Quiero decir, que no quiera humillarte no significa que deje a pardillos como tú internarse en mi familia. Sería de locos. A las cinco en tu casa. 

Y tal como vino, se fue. Cada día entendería menos a esta muchacha. 

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¿Qué pasó mientras tanto con los gemelos? Averígualo en la cuenta de soysensiblejdr


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