Sombras

TE DESEÓ

Tu hombre que emana virilidad,
De ojos profundos
Y altura sin igual.

Me paras los vellos de saberte cerca,
No se si mis hormonas traicionan
O mi mente se conmociona
Por los gritos de mi alma
Que no hallan calma.

No lo puedo creer,
Yo no soy así
Ser descarada no es lo mio,
Ser una necesitada no va conmigo.

Una sola presencia tuya,
Hace vibrar mi alma
¿Nos volveremos a ver?
Esto solo fue perder
Mi locura, que ella me daba la desidia
Para no caer ante hombre como tú,
Ni palabra me has dirigido y pienso...
¿Como seria tu gruesa voz llamándome?

Se vieron por unos segundos,
Las puertas de nuestra alma
Y lo sentí como algo intenso,
Largo y codicioso...

Hubiera deseado más,
Pero tampoco te llamaré.

Ni se tu nombre,
Y poco tengo de verte
Como para que ya anhele tenerte.

Estos deseos no son mios,
Son de largos suspiros,
Y decadentes estímulos;
Que embargan mi anatomía
En una sola sinfonía,
La tensión yo la sentía
Pero tu evadías,
Y cuando menos sabía
Tu mirada
Atravesaba mi calma.

¿También te sentiste potente?
Como si rozara nuestras almas
En el vaivén del deseo,
La atracción de ambos cuerpos
Nunca experimentada por mi
Subconsciente,
Das vueltas en mi mente
Y no se como detenerme.

¿Será este, un nuevo grado de locura?
¿O una atracción que perdura?
Una colisión de vestidura,
Roja: de pasión,
Morada: del misterio,
Verde: tu mi paz y armonía.

Quisiera saber...
Lo sentiste, o solo fue
Esta loca mente necesitada,
Ninguna presencia masculina
Causo lo que tu poca estadía en mi surgió.

Emergió el deseo, no el sexual,
Si no el deseo de que nuestras almas se encontrarán
En una danza alzada,
Por un instante infinito,
En el vacío que existen
Entre seres eternos