Hoy el chico rubio ha vuelto a casa.
Su nombre es Yoongi.
Taehyung intentó toda la tarde ocultar su corte en sus nudillos, pero Yoongi observaba todo, y se percató de aquello, obligando a tae a mostrarle sus manos.
Yo me quedé en la escalera, sin bajar, sólo sentado ahí, mientras observaba a Taehyung dejarse curar po rel rubio.
Me sentía algo triste, Taehyung nunca me dejaba tocarle una herida, siempre era yo antes, aún no entiendo el por qué de aquello, era amable, pero me dolía verlo mal.
Aunque ahora por las noches, cuando llora y golpea cosas, me da miedo ayudarle.
Luego de la sesión médica que tuvieron aquellos dos chicos, [cabe decir que estaba celoso, demasiado] se levantaron, Taehyung le invitó a Yoongi un café, y éste aceptó algo eufórico, mientras se sentaba en el sofá y sacaba de su mochila un libro grande y marrón.
Gracias por el fuego, Mario Benedetti.
Se leía en la tapa, mis ojos se abren como platos, aquél libro era el favorito de Taehyung, ¿cómo sabía Yoongi que era así?
Cuando el castaño vuelve, las tazas de café casi caen cuando logró divisar la portada de aquél libro, Yoongi sonríe orgulloso, pude notar como sus mejillas se sonrojaron.
―Te lo regalo—. Dijo, y lo dejó arriba de la pequeña mesa de centro que había entre medio de los dos sofás.
―¿Qué...?― Logró dejar escapar Taehyung, atónito, mientras dejaba las tazas cuidadosamente arriba de la mesa y tomaba el libro entre sus manos. ―Yoongi, si esto es una broma, ten en cuenta que es de muy mal gusto.
Yoongi ríe, mientras negaba y se dedicaba a tomar un sorbo de café. ―no sería una broma, Tae; sé cuánto te gusta ese libro.
Mi ceño se frunció, podía sentir un cosquilleo en mi estómago, ¿de dónde había recolectado esa información? ¡se suponía que sólo yo, Jeon Jeongguk, lo sabía!
Bajo más las escaleras, quedándome tras una columna que solíamos tener antes, esas columnas que Taehyung adoraba por alguna extraña razón.
Éste, anonadado, se sienta en su sofá,con el libro en las manos, leyendo éste con una sonrisa cuadrada.
Oh, esa sonrisa, ¿cuántas veces le dije que amaba aquella?
―Gracias, Yoongi. Realmente, gracias―. Taehyung parecía emocionado, Yoongi negaba mientras seguía tomando el café. en unos momentos, deja la taza sobre la mesa y saca otro libro, no logro leer el título, pero Taehyung deja el de él a su lado y toma la taza entre sus manos.
―¿Te gusta García Márquez?
―Sí—. Responde afirmando, Yoongi se dedica a leer líneas y eso dura unas cuántas horas más.
Yoongi leyendo, Taehyung escuchándole atento, mientras pequeñas sonrisas se posan sobre sus finos labios.
. . .
Quizá ha pasado una hora, o media, pero Yoongi y Taehyung se levantan de sus asientos, caminando por los pasillos, donde están nuestras fotografías.―¿Quién es él?― Pregunta el rubio, señalando mi foto.
―Oh... él. Es él―. Responde algo tímido, su aura eufórica pareció cambiar de un segundo a otro. yoongi hace una mueca y deja escapar un inaudible "lo siento." ¿Qué era lo que sentía?
¿Acaso a Taehyung le daba pena hablar de mí?
No... no. ¡No!
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párrafos
Fanfictiontaegguk, taegi. feel easily defeated, why's it gotta be like that? O2POETICA, 2016