Cap II

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Era por la mañana, y la pareja de recién casados se encontraba ya en el aeropuerto, por desgracia la llamada no había sido para bien, sin embargo la eriza no imagino que fuese tan peligrosa ni tan precipitada.
-¿Por qué ahora Shadow, por qué?.- sollozaba la eriza en brazos del azabache.- ¿Por qué justo ahora te tienes que ir?.- dijo abrazandole más fuerte.
- Yo tampoco quiero irme Rose pero he de hacerlo, no puedo dejar a mis camaradas en plena batalla.- dijo el erizo acariciando el pelo de la eriza.
- Se que eres un gran soldado, el mejor de tu promoción, pero no puedo con la angustia de pensar que puedo perderte.- dijo la eriza separándose un poco y mirándole a los ojos.
- Rose te prometo volver con vida.- le dijo el erizo dándole un corto y casto beso en los labios.
- Las promesas no siempre se cumplen Shadow.- dijo la eriza a la que ya le quedaban escasas lágrimas, sin embargo el dolor continuaba presente.
- Pero tampoco se rompen.- dijo el erizo tomando del mentón a su adorada esposa.
- Eso no es verdad.- dijo la eriza con los ojos cristalinos fijando sus orbes jades en los carmesí de este.
- Nuestra promesa si Rose,claro su tu estas de acuerdo.- le dijo este con una pequeña y casi imperceptible sonrisa.
-¿Qué promesa?-dijo la eriza con su atención puesta en el erizo.
- Yo prometo volver con vida, si tu prometes esperarme.- dijo el erizo en espera a una respuesta por parte de la eriza.
- De acuerdo, prometo esperarte Shadow.- dijo la eriza para después inclinarse un poco y darle un corto beso en los labios.
- Se ruega a los pasajeros del vuelo seis que por favor se presenten en el avión, quedan cinco minutos para salir.- se oyó una voz proveniente de uno de los megáfonos del aeropuerto.
- He de irme ahora .- dijo el erizo acariciando por última vez el rostro de la eriza.
- Adiós Shadow.- dijo la eriza, ambos se dieron un abrazo y el erizo se marchó con su maleta hacia el avión.
- Supongo que es hora de ir a casa...sola.- dijo la eriza algo triste.
Comenzó a caminar hacia su hogar cuando se encontró a un joven erizo de púas azules al parecer algo perdido y nuevo en la ciudad pues estaba parado mirando al parecer un mapa de la ciudad.
- Disculpe,¿le puedo ayudar en algo?- pregunto amablemente la eriza al desconocido.
Al escuchar las palabras de la eriza, el erizo se giró y la chica pudo observar sus hermosos ojos aceituna, al verlo de frente pudo observar que el erizo era realmente apuesto, ella sacudió la cabeza ante esos pensamientos inapropiados de una recién casada.
- Uh, Ah si verá señorita soy nuevo en esta ciudad y en estos momentos me dirigía a casa de un amigo, sin embargo creo que sus indicaciones no eran del todo claras.- dijo el erizo rascándose la nuca mientras decía aquello.
- Yo lo puedo ayudar, pero digame,¿quien es su amigo?- pregunto cordialmente la eriza, no por curiosidad sino por ayudar al erizo.
- Se llama Knucles el equidna,¿lo conoce?- pregunto el erizo con el mismo tono que la eriza.
- Pues resulta que es un muy buen amigo mio, si quiere le muestro donde es.- le dijo con una sonrisa al azulado.
- Claro pero por favor no me trates de usted señorita...- dijo el erizo pues no sabía su nombre.
- Amelia Rose, pero todos me llaman Amy.- dijo la eriza extendiéndole la mano.
- Encantada Amy.- dijo el erizo estrechándole la mano.- Soy Sonic Speed.- dijo el azulado soltándole la mano.
- Bueno caminemos.- dijo la eriza seguida a su lado por el erizo.
Por el camino conversaron de diversas cosas como por ejemplo de sus empleos,mientras que ella trabajaba junto a la murcielaga en una tienda de moda el erizo azul era deportista y a veces corria en carreras,aunque también ayudaba a su pequeño "hermano" un zorrito de dos colas llamado Tails, y asi siguieron hablando hasta llegar a casa del equidna.
- Que raro.- dijo el azulado con la mano en el pomo de la puerta principal.- la puerta está abierta.- dijo empujando a la misma con suavidad.
-¿Crees que esperará visita?- pregunto la eriza también extrañada ante la situación.
- No lo sé, pero si no es así será mejor averiguar.- dijo el azulado, a continuación ambos se introdujeron en la oscura casa del equidna, no vieron nada sospechoso pero oyeron murmullos provenientes del piso de arriba por lo cual decidieron echar un vistazo.
Los murmullos provenían de nada más y nada menos que de la habitación del echidna, abrieron la puerta sin titubear para enfrentarse al intruso, sin embargo la sorpresa reflejada en sus caras lo explicaba todo, el equidna se encontraba en boxers en su cama abrazando por la cintura a una murciélaga blanca solamente cubierta por las sábanas de la cama.
-¡Fuera de aquí ambos!- grito el equidna al mismo tiempo en el que tanto él como la blanquecina se tornaban rojos cual tomates, los erizos cerraron la puerta de golpe y salieron corriendo de la casa hasta llegar a un parque cercano donde recuperar el aliento.
Allí ambos se miraron a los ojos y soltaron las carcajadas retenidas durante el trayecto, ambos estaban colorados ante la escena encontrada pero por suerte no fue ningún intruso.
- Sabes, creo que me han echado de la casa sin ni siquiera llegar.- dijo el erizo con una pequeña sonrisa.
- ¿No tienes otro lugar a donde ir?- pregunto la eriza.
- Por desgracia nuestro amigo el tomatito era mi única opción.- dijo él en tono divertido.
La eriza quedó pensativa por unos minutos y finalmente a decidió.
- Entonces vendrás a vivir conmigo hasta conseguir un lugar donde vivir.- dijo está algo sonrojada pue sestaba invitando a un hombre a vivir con ella.
- No quisiera causarle molestias además.- dijo el erizo rechazando amablemente la oferta que la eriza le ofrecía.
- Insisto.- dijo está tomando ambas manos del erizo provocando algo de rubor en sus mejillas haciéndola sonreir pue según ella era lindo.
- Supongo que no tengo elección.- dijo el erizo para regalarle una sonrisa sincera a la eriza.
Esa promesa entre los recién casados no se rompería por el momento, pero quien sabe,uno nunca sabe que camino le deparará el destino, y puede que una promesa lleve a un nuevo comienzo.
Continuará

SONAMY- ROMPIENDO UNA PROMESA #SonamyAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora