Capitulo 4

14 3 0
                                    

¿Por qué no?
Aquella pregunta resonaba con más fuerza a medida que me iba acercando a mi ventana, iba tambaleándome, ni estaba segura de hacerlo, solo podía pensar en las consecuencias que tendría aquel acto, la repercusión que tendría sobre los demás.
¿A quién iba a engañar? No tendría ninguna repercusión a nadie le importo, nadie me quiere, nadie notara mi ausencia, simplemente he sido, soy y seré una boca más que alimentar, una persona más a la que mantener, una ciudadana más de cientos de miles, en mi caso, esto se resume a soy un estorbo más.

Me di la vuelta y cogi la foto de mi madre.

- Mamá, al fin estaré juntas para siempre - susurre mientras acariciaba el marco y lo dejaba en su sitio.

Coji mi diario y un boli y comencé a escribir.

Querido diario, esta es la ultima hoja que te escribo, sé que siempre has sido secreto pero hoy me valdrás de hoja de despedida.
A todos aquellos que estéis leyendo esto, que serás solo mi padre porque eres el único que se ha interesado mínimamente por mi. No llores, no estés triste, no están culpa, es mía por creer que podría encajar en este mundo, por ser una ingenua y creer que alguien podría quererme. Soy una marginada, un desperdicio, una persona que a intentado ser una copia de cualquier adolescente normal. Estoy llena de dolor, ese dolor que me causó la muerte de mama y mi situación, porque no soy una persona agradable de ver, ni con la que la gente quiera hablar. Tú y la psicóloga me habéis intentado convencer de que estoy delgada y no gorda, sé que es mentira, al verme al espejo siempre he visto lo mismo, la misma adolescente bajita, fea y gorda, por lo menos todos mis compañeros y yo coincidimos en eso, por qué por si aún no te has dado cuenta... Soy una víctima más.

Me levante de la silla, pasa ambas piernas por las ventanas, me senté y mire hacia atrás

- Adiós... - susurre mientras hice un impulso y deje caer mi cuerpo hacia el vacío.

De un momento a otro, todo se volvió borroso, solo pude escuchar unas voces que parecían lejanas.

- ¡Socorro!
- ¡Qué alguien llame a una ambulancia!

En aquel momento todo se volvió negro, se acabo...

Me llamo Ainoha, y esta es mi historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora