Capítulo 1

5 2 0
                                    

Despertar otra mañana más para hacer lo mismo de siempre, esa es mi rutina diaria de cada día, de cada semana, de todos los años que llevo viva. Empiezo a tener la impresión de que estoy perdiendo el interés por todo. Tal vez se deba a que estoy creciendo, o que simplemente la vida se esta volviendo mas asquerosa.

-¡Cessi! -. Escucho el grito de mi madre que me saca de las garras de mis pensamientos.- ¿No piensas venir a comer?

Regreso la mirada hacía la hoja frente a mi, las inusuales líneas trazadas allí formaban a las criaturas de mis sueños en una nueva faceta; una de ellas era la criatura con forma de humano pero con garras y colmillos de animal, su belleza era inescrutable a pesar de no tener un rostro totalmente definido, solo una cara sin nada que detallar. Esta vez estaba sentado viendo a un punto en blanco. Y la otra que por el contrario, se diría que es más un animal que un humano, cubierto por un extenso pelaje en diversas zonas de su cuerpo, lo cual por extraño que sea, no le quitaba ni un poco a su atractivo. Solo veía al otro sin ninguna expresión que demostrara lo que estaba pensando.

-¡Cessi!.- Dice nuevamente.

-¡Voy!.- Cierro el cuaderno de bocetos con el número 57 en el.

Salgo de mi cama después de haber lanzado el cuaderno dentro de mi bolso, y recorro el largo pasillo hasta la cocina; mi casa a diferencia de las demás de este vecindario tiene solo un pizo, para mi desgracia, por ello vivo en nuestro techo dibujando y viendo las estrellas - Cosa que le desagrada a mi madre - Dice que un día de estos terminaré mudándome allí, o caeré sin más hacía una muerte segura.

-¿Qué tiene que hacer una madre para que su hija acuda a su primera llamada?.- Sonrío al verla decir aquello, mientras tomo haciendo y miro el emparedado frente a mi.

-Tal vez, solo debas llamar una vez, y esperar a que ella llegue.- Sonrío mostrando toda mi dentadura antes de clavarla en el emparedado.

-O no llamarla y dejar que se vaya sin comer a su colegio.- Dice enarcando una ceja.

Odio cuando hace eso y mi expresión lo demuestra al parecer ya que deja de hacerlo.

-No entiendo por qué te molesta tanto eso, solo es un gesto.- Dice sin más.

-Un gesto que no puedo hacer.- Recalco.

-No todo lo que te guste debes poderlo hacer, o tener.- Vuelve hacer su gesto y yo aparto la mirada.

Termino mi desayuno y vuelvo a mi habitación por mi bolso, lo agarro para salir y siento como algo se cae, regreso y veo que se trata de mi cuaderno de bocetos.

-Podría jurar que te e guardado...- Digo mientras lo recojo y guardo nuevamente.- Cuaderno escurridizo.- Sonrío y salgo.

Vuelvo a la cocina después de recorrer el largo pasillo y me despido de mi madre.

-¡Cessi!.-Vuelvo la mirada hacía donde estaba, destras de la isla de la cocina.-¿Podrías algún día vestir normal?, ¿y no como si estuvieras de luto eterno?

Bajo la mirada hacia mi ropa, un par de converse completamente negras, jeans rasgados con las botas dobladas hacía arriba, una franela de nirvana y una chaqueta de cuero negra, ¿Qué tiene de malo mi atuendo?

-No veo qué tiene de malo mi atuendo, me gusta el negro.- Subo mi cara con gesto desconcertado hacía ella.

-¿Así cómo me dijiste que te gustaba tanto el azul-celeste, que decidiste pintarte el cabello de ese color?, ¿o solo lo hiciste para que fuera del mismo color de tus ojos?.- Nuevamente alza su ceja malasangrona, haciendo que mi cara pase de desconcierto a desagrado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 23, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El principio de otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora