Capítulo 1

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Escuchaba las voces y los sonidos a mi alrededor como si estuvieran a miles de kilómetros de mi; ahogados en el silencio que me rodeaba

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Escuchaba las voces y los sonidos a mi alrededor como si estuvieran a miles de kilómetros de mi; ahogados en el silencio que me rodeaba. Mis ojos permanecían cerrados mientras mi cuerpo flotaba en la nada.

Rochelle

Escuchaba mi nombre, pero no quería responder.

Rochelle

Todo estaba tan tranquilo.

¡Rochelle!

Abrí los ojos y un montón de figuras extrañas bailaban a mi alrededor. Sentí como una de ellas tomaba mi brazo y tiraba de el obligándome a salir hacia la superficie. Al salir jale todo el aire que mis pulmones me lo permitieron y mire divertida a Savannah.

—¡Carajo Rochelle! ¿puedes dejar de intentar suicidarte? Si no lo haces por ti mínimo hazlo por mí —exclamó molesta mientras salía de la piscina y tomaba su toalla para secarse

Tener nuestras fiestas de alberca privadas se había hecho tradición desde que éramos pequeñas; con una evolución de jugos de manzana a margaritas a lo largo de los años. La casa de los Monroe era de un gran tamaño y después de tantos años se había convertido en mi segundo hogar; los padres de Savannah me veían como su hija al igual que mi madre y hermana con Sav.

Mamá sabía que cada fin de semana del verano estaría en casa de los Monroe haciendo que los dedos de mis manos se terminaran como pasas por tantas horas dentro de la piscina. Amaba nadar, podía pasar horas y horas dentro del agua sin aburrirme y sumándole un par tragos podía estar la vida entera ahí.

—¿Rompí un nuevo récord? —le sonreí mientras peinaba mi cabello hacia atrás recargándose en la orilla de la piscina tratando de normalizar mi respiración.

Me miró de reojo y volvió su vista al frente. Extendió la toalla que usó momentos antes sobre el respaldo y volvió a tumbarse sobre el camastro.

—Si —dijo tajante colocándose sus gafas de sol. Llevaba un traje de baño completo Tie-dye en color verde que hacía que su cabello luciera aún más rojo. Por mi parte llevaba un bikini negro sencillo.

—¡Lo sabía! —exclame feliz mientras salía de la piscina pasando frente a la pelirroja que ahora me ignoraba — ¿Por qué eres tan gruñona?

—No soy gruñona. —respondió sin siquiera voltear a mirarme.

Asentí levemente, algo estaba pasando aquí.

—¿Ethan y tú han follado recientemente?

Mi pregunta la hizo ponerse roja cual tomate y atragantarse con su propia saliva. Reí mientras le pasaba el termo con el jugo y vodka que me había encargado de preparar. Subió sus lentes a su cabeza para poder darme su mirada de reproche mientras tomaba un largo trago.

—Acerté ¿cierto?

No pude evitar el tono de burla en mi voz.

—Cualquier persona se molestaría si su mejor amiga tuviese delirios de sirena e intentara ahogarse por su cuenta ¡dos veces seguidas! —tosió un par de veces mas antes de recuperar la compostura— No eres una sirena, pensé que eso había quedado claro ¡desde los 8 años!

¿Cómo no enamorarse? (Changes #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora