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4.

Fuimos caminando penosamente encabezados por el señor Kruger hasta su despacho. Una vez dentro nos dispusimos en fila frente a él mientras nos examinaba atentamente.

Todos se mantenían firmes y miraban al frente, ¿por que mi maldito ojo no podía estarse quieto?. Estúpido tick nervioso.

Al ver que nadie decía nada decidí intervenir sutilmente.
-¿Qué misión y que guerra?
Ryan me miró de reojo y puso los ojos en blanco.

-Me gusta tu estilo Rogers-dijo el señor Kruger-vayamos sin rodeos no hay tiempo que perder. Desde hace años Estados Unidos ha sufrido diversos enfrentamientos contra el gobierno ruso. Hemos mantenido en secreto nuestra situación por el momento. En menos de dos semanas habrá una reunión en Moscú en la que las mayores autoridades de ambos paises firmarán un acuerdo de paz. Hemos sabido por nuestros agentes que una organización rusa pretende poner una bomba en el lugar de encuentro a través de un agente infiltrado en la reunion. Esto llevará a ambos paises a la guerra.

-¿Por que nosotros,por que no agentes profesionales?

-Mucho me temo que dicha organización conoce todos los movimientos y miembros del Ejército americano. Todos nuestros intentos para atraparles han acabado en fracaso. Vosotros sois una organización completamente secreta, nadie sospechara de vosotros.

Tras dejarme literalmente temblando nos ordenó volver a nuestras habitaciones,donde encontrariamos toda los detalles de la misión.

Me senté en la cama mirando fijamente la carpeta amarilla que se encontraba en mis manos. Linda me miraba apremiante. Cogí la información con las manos temblorosas y le resumi su contenido en pocas palabras.

La misión consistía en llegar a Moscú y descubrir la identidad del agente infiltrado que depositaria la bomba e impedir un altercado global.

Linda se quedo un buen rato observando los detalles de la misión mientras yo me dedicaba a tomar patatas fritas mirando un punto en la pared.

-¿Estas bien Jack?-dijo Linda sentándose a mi lado.
-¿Tu que crees?-dije arqueando una ceja-Llevo aquí sólo unas semanas y ya quieren llevarme a una misión de importancia global.

La siguiente semana nos entrenaron a mi y a mi equipo de forma intensiva. Tendríamos que llegar a Moscú con una semana de adelanto para cumplir nuestra misión.

El día antes de nuestra partida a Moscú decidí hablar con el señor Kruger y preguntarle por que me había escogido. Me escabulli del gimnasio donde mis compañeros esperaban al entrenador y fui rápidamente a su despacho.

Para mi sorpresa no había nadie. Me senté en la butaca en frente de su mesa donde me sentaba habitualmente a la espera del señor Kruger.

La pared estaba cubierta de diplomas,certificados y fotos de la guerra. Cansada de esperar me levanté y observé más de cerca las fotos. Había una más grande que las demás y enmarcada con un marco de oro. En ella salían el señor Kruger y un compañero suyo vestidos con el uniforme militar. En el marco estaba inscrito: Kruger y Rogers 1993.

-¿Qué haces aquí?.