No quiero usar las flechas

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Ya habían pasado unos cuantos meses y el caos comenzaba a ser el dueño del mundo, los ataques terroristas cada vez eran mas frecuentes, cada vez había mas disputas y mas odio.
Hades comenzaba a ser el dueño de los corazones de los mortales.
Margo comenzaba tener cambios , cambios extraños en su ser, al mirar a las personas le parecía ver corazones, de colores que iban destiñéndose, incluido el de sus padres, no comprendía que le estaba pasando, pero quería creer que todo era parte de su imaginación y su subconsciente, intentaba apartar todo pensamiento acerca del amor o de Cupido, aunque todo eso le era extremadamente difícil al entrar en su cuarto y ver apoyadas en la pared las flechas, el arco y el carcaj.
Le agobiaba tanto el tema del amor que cada vez que pasaba frente al televisor y veía a su madre enganchada a una novela mexicana apagaba la televisión con desden y tiraba el mando allí donde pudiera romperse, no le gustaba ver la tele y mucho menos si hablaban de su tabú.
Era tan grande la frustración que sentía que necesitaba contárselo a alguien, pero, ¿A quien?, ¿a quien le contaba que había sido ella quien mató al bebe? ¿a quien le diría que ese bebe era nada mas y nada menos que el mismísimo dios griego del amor?. Que idiota, nadie le creería, nadie le apoyaría; quizás Lucas, pero...como la miraría después de saber que era una asesina, porque aunque ella aun no lo creyera era una asesina.
Los llantos en la noche comenzaron a ser diarios, y pensaba "cuan misterioso es el mundo de las lágrimas", son palabras que se deslizan en forma liquida desde las mejillas hasta el suelo, palabras que la boca no quería pronunciar, palabras que el corazón callaba y la mente ocultaba, cuan misterioso es el mundo de las lágrimas.
A pesar de todo aquello que sentía, durante el día procuraba estar alegre para Lucas, el no merecía estar mal por que ella tuviera un cruel secreto.
Así que como cada mañana Margo se vistió y camino junto a su vecino hacia la escuela. El instituto ya no era un infierno para Lucas, pues nadie se atrevía a decirle nada, su nueva amiga se había ocupado de que todos y todas los respetaran y el se sentía mejor que nunca.
En clase, Margo no podía dejar de pensar en decírselo a alguien, miraba a Lucas pero no se decidía a contarle nada, temía perderlo, llevaban muy poco tiempo siendo amigos y quizás se asustara. En un despiste de la profesora, saco el móvil y abrió el grupo de whatssapp que tenia con sus tres amigas, ellas conocían la idea que Margo tenia en mente, pero desconocían si lo había llevado a cabo. Seguro que ellas la ayudarían y escucharían.
Así fue, Nayu creyó que su amiga tenia un gran poder en sus manos para hacer del mundo un lugar mejor, Cami se asusto por ella pues no quería verla convertida en asesina y Jacky no hacia mas que preguntar sobre como lo había logrado y como funcionaban las flechas.
No pudo explicar mucho, pues Lucia se dio cuenta de que la joven no atendía y la envío fuera de la clase; otra vez.
Lucas comenzaba a preocuparse por ella, sabia que algo le sucedía y que no quería contar con el. Le dolía el alma pensaba que a lo mejor no eran tan amigos como el creía, que solo era una distracción para ella.
De modo que en la tarde, volviendo a casa le pregunto.
-Margo, ¿Somos amigos?
-Si, claro, ¿por que? - Se sorprendió ella
-Porque se que te pasa algo y no me lo quieres contar.- Lucas agacho la cabeza con miedo a que su amiga se cabreara.
Margo agacho la cabeza y suspiro.
- Tengo que contarte algo Lucas, pero no quiero que te asustes...-Balbuceo.
-¿Que pasa?- Lucas se sentía locamente intrigado y a la vez algo temeroso.
- Vamos a mi casa, todo esto es secreto, no puedes contárselo a nadie, ¿Puedo confiar en ti?- Pregunto Margo con un gesto de dolor en la cara.
-Por Supuesto, soy una tumba, soy tu amigo, te prometo que no diré nada. -Sonrió para calmar el ambiente aunque por dentro estuviera mas tenso que nunca.
Margo agarro a Lucas de la mano y corrió lo mas rápido posible a su casa, ella no podía correr mucho pues sus dañadas rodillas no la sujetaban, pero aquello era una emergencia.
Entraron en la casa, con el corazón en la boca, apenas sin respirar, Zero se abalanzo contra su dueña tirándola al suelo con inocencia para saludarla.
-Zero cariño, no tengo tiempo.-Río Margo quitándoselo de encima. - Corre Lucas, vamos a mi cuarto antes de que...
De la nada apareció su madre, algo cabreada pero simulando estar feliz.
-Anda ¿Este es Lucas?, Encantada, mi hija nos ha hablado mucho de ti.
-Encantado señora.- Lucas se veía algo cortado por la situación y mas aun por el saber que una chica hablaba bien de el.
-¿Queréis algo de beber o comer?-Dijo mama queriendo ser encantadora.
-¡No ma, nos vamos a mi cuarto!- Refunfuñó Margo.
Mientras subían las pocas escaleras que había hasta el piso de arriba, se escucho de nuevo a la madre gritando.
- Vale, pero.. ¡Poneros protección y no hagáis mucho ruido!
De un portazo Margo avergonzada cerro la puerta.
-¿Que ha querido decir con eso?- Mustio Lucas atónito.
-La muy imbécil cree que nos vamos a acostar.- Suspiro ella molesta.
Lucas se paro a mirar detenidamente el cuarto de su amiga, tenía señales de trafico y matriculas de coches por las paredes, postes gores y varias fotos con sus amigas. Le pareció muy curioso, no parecía el cuarto de una chica, estaba pintada de azul y en una de las paredes había un papel simulando ser ladrillos y un reloj antiguo decorando la zona.
A sus pies, descubrió algo que le llamo aun mas la atención, estaba medio escondido tras la cama, de modo que aprovechó que Margo estuviera distraída para sacarlo. "No puede ser..."-pensó. Un carcaj con tres flechas distintas y un enorme arco plateado.
-¡Lucas no lo to...!- Grito Margo inútilmente,pues su amigo ya había tocado la punta de una de las flechas. Cuando lo hizo, un enorme pinchazo sacudió la espalda de la joven con fuerza.
Lucas comenzó a sentir un tremendo cosquilleo en el pecho, sus mejillas se ruborizaron , su corazón dio un brinco y sus ojos se tornaron a medio caer al mirar a Margo, la cual lo observaba intrigada y alterada, sentada en su silla de escritorio.
-Lo que me faltaba... ¿cual has tocado? -Pregunto con desden y amargura.
-No,...no lo se...- Respondió el en tono suave.
- Bueno, por lo menos así no te iras asustado.-Suspiro.- mira lo que pasa es que...
Margo contó todo lo que había hecho, como había matado a Cupido y su manera de ver el amor de ese dichoso "Dios".
-Entonces... ¿Tu eras esa silueta que vi en lo alto de las nubes? -Lucas había quedado perplejo ante la explicación, pero no estaba asustado, para el, todo lo que ella hiciera o dijera era perfecto en ese momento, es mas, ella en si era perfecta para el.
-Si, era yo... Y necesito que me acompañes a mi antigua ciudad.
-Vale- Sonrió el.
-¿No me vas a preguntar porque o te vas a preocupar por lo que te digan tus padres? -Extrañada a Margo comenzaba a gustarle la nueva actitud de Lucas que negaba con la cabeza.- Vale, pues vamos.
Margo escondió el arco y las flechas tras ella, volvió a cogerle el monedero a su padre y se dispuso a ir a la estación de tren.
Lucas, no dejaba de mirarla con ternura, no hablaba, solo sonreía tímidamente, eso cansaba muchísimo a la joven, odiaba el amor, pero, había sido culpa suya y por ahora le venia bien tener a Lucas en el bote, mientras no intentara besarla todo iría bien.
Para distraerse y evitar cabrearse con la conducta de su amigo, Margo miraba por la ventana, como pasaban los pueblos y los campos mientras se preguntaba cuantos corazones habría roto Cupido en ese entorno, cuanto se hubiera divertido viendo sufrir a esas pobres personas que tan solo querían amar y ser amadas. Mas que como a un Dios, Margo tenia a Cupido como un diablo.
Una vez en la ciudad Margo se sintió en casa, pero a la vez le agobiaba el estar de nuevo allí.
Caminaron rápidamente por las innumerables calles, buscando a alguien... Ese alguien a quien Margo aun amaba, su ex Mario.
Lo encontró, en un parque cercano a su casa, contento, con sus amigos, riendo.
Margo se escondió tras una esquina, el corazón le iba a cien, nunca había amado a nadie tanto como a el, su amor en un principio fue prohibido, recordaba ser Julieta para su Romeo. El, a escondidas iba a verla a buscarla, siempre con una tremenda sonrisa en la boca y ahora... Al mirarlo no conseguía verse en aquella alegría que parecía tener Mario.
Lo miraba a lo lejos, seguía enamorada de esos ojos color café, de esa cara de niño rebelde, de esa perilla cerrada, de cada uno de los poros de su piel, recordaba esos tiernos labios rozando los suyos, esos brazos llevándola a cuestas, esas manos haciéndole cosquillas... El... Tan bueno, tan dulce, tan serio, tan alegre, tan inteligente...el...lo era todo, absolutamente todo para ella.
Su corazón se contradecía a si mismo, una parte le decía que el amor existía y que era bueno porque era lo que habían vivido juntos , pero por otra parte seguía odiándolo porque ya no estaba a su lado, ese sentimiento no tendría que ser tan efímero.
Con una lágrima asomándose en sus grises ojos Margo cogió una flecha roja y apunto a Mario, lo tenia en el blanco, era suyo pero...no pudo hacerlo, en el ultimo momento Margo bajo el arma, la tiro al suelo y rompió desconsoladamente a llorar, agacho su dulce cara y la oculto entre sus brazos. Ella lo amaba pero, quería que el lo amara sin hechizos, sin trampas, sin flechas, quería que la amara por como era ella, sin mas, si no el amor no era valido, no era puro, no era amor, solo un juego, un mal encantamiento engañoso.
Lucas se agacho junto a ella, no sabia que hacer, que decir, ni siquiera sabia porque había apuntado a aquel joven.
-¿No quieres ser Cupido?- Pregunto Lucas con un nudo en la garganta.
-¡Cupido no existe, Cupido ha muerto!¡¡Esta muerto!!.Ese maldito hijo de puta...-Gritaba Margo desconsolada mientras llamaba a una de sus amigas.
-¿Margo, que pasa Cariño?-Saludo Jacky alegre por la llamada
-No puedo, no quiero...-Sollozaba nuestra protagonista.- ...el...¡No quiero engañarme!
-Pero Margo ¿Que te pasa, porque lloras?- Se preocupo su amiga.
De pronto la loca voz de Nayu sonó en el teléfono, le quito el móvil a Jacky para hablar ella.
-¿Por que lloras?¡¿A quien hay que matar?!- Chillo Nayu.
-Estoy en el parque de los olivos...-Suspiro Margo temblando.
-Muy bien, ahorita mismo vamos.-Dijo la voz de Cami.
Mario se fue sin tener la mínima idea de que Margo lo observaba. Cuando desapareció de su vista la joven arremetió contra la pared, golpeando sus nudillos con fuerza haciéndoles sangrar sin importarle el dolor que podía sentir. Lucas intento calmarla, agarrarla para que dejara de auto lesionarse pero en cuanto la cogió, Margo le dio un fuerte puñetazo en la nariz casi rompiéndose la.
-¡No me toqueees!- Gritaba desesperada casi sin voz.
En ese mismo instante sus tres amigas aparecieron abrazándola para que dejara de golpear. Con ella cayeron al suelo para consolarla, Margo apenas podía respirar, su cara estaba tan roja como la sangre que cubría sus nudillos y las lágrimas ya caían como cascadas entre sus mejillas.
-Tranquila Margo cariño...-Susurraba Cami mientras le acariciaba el pelo.
-¿Porque no le has flechado?- Pregunto Nayu.- Si yo tuviera ese poder iría fechando a todos los tíos buenos que encontrara.
-No quiero usar las flechas...el no me quiere...no voy a forzarlo...yo solo lo amo a el...- Lloraba.
-Loquita esto lo cura el tiempo, no estarás sola toda la vida , encontraras a alguien mejor que te quiera de verdad. ¡Ese es tonto si no te quiere!- Consoló Jacky.
Lucas, escuchando todo aquello sintió celos, tantos celos que le ardía el pecho, que nublaba su mente y apretaba sus nudillos, pero no dijo nada, no quería perder a Margo.
Nayu se levanto y se encaro con Lucas.
-¿Y este quien es?¿Te esta molestando?- Pregunto cabreada mirándolo fijamente a los ojos.
-No...el es mi amigo Lucas. -El orgullo no dejo que se disculpara con el, no cualquiera podía tocarla, odiaba el contacto con otras personas.
-Mira cielo, ¿Sabes que vamos a hacer? -Sonrió Cami-¡Nos vamos de fiesta a beber a olvidar!
-Voy a beber hasta las copas de los arboles.-Río Margo levantándose.
Efectivamente, aquella noche se prepararon para salir.
-Muy bien chicas a ponerse divas.-Dijo Jacky una vez en su casa.
Cada un se vistió con un vestido diferente, se pusieron los tacones mas bonitos que tenían, se maquillaron y una vez perfectas marcharon a la calle con el pobre Lucas detrás.
Una vez en los bares y ya bebidas las cuatro amigas reían y disfrutaban.
-¡Lucas anima te !-Grito Nayu
Pero Lucas no era un joven movido, nunca había bebido, ni había estado en ninguna fiesta, es mas, jamas estuvo con mas de una chica, estaba cohibido, tímido, pensando solo en cuanto amaba a Margo y lo bonita que estaba aquella noche, aun le dolía la nariz pero ya no le importaba, era feliz al verla feliz.
-¡Tía, tía deja me el arco, vamos a divertirnos!- Sonrió Jacky.
-No, solo lo puedo usar yo.-Contesto Margo con dificultad.
-Venga no seas tonta dejamelo.- Riño quitándole el arco y las flechas. Al rozar el hilo con las manos, la joven se quemo.
-¡Auuuch joder como quema!-Chillo soplándose los dedos.
-No quema tia, mira...- Margo, borracha olvidándose de por que no quería usarlas disparo y disparo a diestro y siniestro y por cada flecha acertada ese enorme pinchazo volvía a azotarle la espalda, no entendía el por que.
-Chicas, tengo marihuana. ¿Os apetece?-Dijo pícaramente Cami conociendo su si por respuesta.
Escondidas en un recoveco frío y húmedo de la ciudad fumaban aquel elixir de la alegría. Margo ya no lloraba, ya no estaba ni triste ni amargada, al contrario.
-¡ Camila tia buena...Jacky te como guapa...Margo, si fueras un helado...te lamería entera!- Carcajeó Nayu con voz traviesa.
Todos reían eso era lo que todas necesitaban, reír y disfrutar, juntas de nuevo, sin ese cruel sufrimiento

La Realidad Procaz De Cupido❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora