Corrí ansioso a la habitación de Lay.
-Hola- mencione con entusiasmo
-Hola- dijo respondiendome con una sonrisa.
-Sabes me he enamorado
-Oh, ¿en serio?- repuso con una sonrisa- me alegra que por fin hayas encontrado a tu rosa.
Logre notar como su mirada se entristesia mientras desviaba su mirada a la ventana.
-¿Te sucede algo?
-Nada, es solo que todos quieren curar mi corazón, quieren colocar un parche en el y decir que todo se ha resuelto, ¿es en verdad tan fácil?
-No te preocupes por la operación, todo estara bien- dije tomando su rostro en mis manos
-Así es como las personas grandes creen que funcionan pero yo se que no, yo se que nadie puede curarlo.
Le miré triste, sentia tantas ganas de protegerlo.
Le di un abrazo corto, "un abrazo que dura poco pero que reconstruyen el alma entera."
Este se sonrojo, me miró tierno.
-Gracias. Pero dime, ¿le has dicho?
-Justo pleneaba decirle hoy.
-Me alegra, ¿qué le dirás?.
-Le diré que cuando lo veo siento que nada más existe, que nunca más quiero irme de su lado, que justo ahora se que las estrellas sonrien, que no es necesario esperar al amanecer cuando puedo verlo cuando quiera en sus ojos. Que me enamoré perdidamente, como loco, como un niño, que me enamore como un principito de su rosa.
-Se que la persona a la que amas será la más afortunada de este mundo, pero prometeme que vendrás a platicarme su respuesta
-Eso no será necesario, ya le he dicho
-Oh, ¿enserio? Y ¿qué te ha dicho?
-Me ha dicho que será la persona más afortunada de este mundo.
Me miro por un momento y después dibujo una sonrisa en su rostro.
-Crei que mi corazón no sería visto
-Lo vi desde el primer momento, tal como tu lo hiciste conmigo
-Tù has sido como una brisa refrescante para mi.
-Quiero pedirte algo, ¿Lay serias mi...
-Siempre seré tu rosa.
Besé sus labios y acaricie su rsotro.
-Gracias.
Sali de aquel hospital con una gran sonrisa que se veria anulada al escuchar la discución de los médicos.
-Tenemos que operarlo, colocar un desfrivilador.
-No podemos, sufre de hemofilia
-Ya no podemos tenerlo más con medicamentos es hora de actuar
-Sabes que morira, ¿no?
-Sí, pero podemos decir que murió en una intervención y no postrado en una cama sin atención.
Mi mente se nublo, yo tenia la respuesta a todo ello, una intervención por medio de una especie de cateterismo y una gran dosis de cuagulantes, pero se me veia negago el acceso.
-Buenos días señorita Kim Soo, ¿ha visto al paciente de la habitación 102?, no le he visto hoy por el jardín.
-Dr.Suho, anoche salio a ver las estrellas y calló al suelo debido a lo de su muerte súbita, justo ahora será internado de emergencia.
Recuerdo haber corrido como loco, a traves del vidrio del quirófano logre verlo sedado en la camilla, baje cautelosamente y sin pensarlo encerré al doctor Han en los vestidores, me coloque el uniforme y me dispuse a entrar.
Acarice con mis manos su cabello mientras decia su nombre en un intento de despertarle.
-D.r Suho, debe de salir de aquí, usted esta suspendido.
-Eso no me importa, este es mi paciente y yo lo salvare
-¿Suho?-dijo Lay con débil voz mientras quitaba la mascarilla de oxígeno de su rostro
-Estoy aquì tranquilo
-Por favor, salvame
-Lo haré, es una promesa
-Yo quiero quedarme en casa.
Su última frase me hizo recordar la escena final , aquella boa inyectando su veneno en su tobillo, una promesa falsa que llevaria al principito a su hogar.
Pero esta vez, yo lo salvaria.
La operación inició, el tiempo pasaba y de momento Lay se iba.
-Vamos Lay responde- pedí mientras miraba la pantalla después de colocar el desfrivilador.
Todos observabamos la pantalla, la líena recta permanecia, mi desesperación crecia y de momento los picos comenzarón a aparecer desapareciendo el atirdidor sonido.
Este abrió los ojos y me miró, sonrió a traves de la mascarilla de oxígeno y entrelazo su mano con la mía.
-Lo he prometido, nunca me iré de tu lado y jamás permitiré que tu te vayas del mio.
Había encontrado a mi Principito y nunca dejaría que este se fuera de mi lado.
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Principito. -SULAY-
De Todo-"Por favor... dibujame un cordero", aquella frase vino a mi inconsciente haciendo que moviera mi mano en busca de papel y lápiz.