8 Un peón

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Al parecer mis hermanos fueron a diferentes partes, los encontraré, pero no conozco la zona, no sé como llegar.La tristeza me invadió. Muchas preguntas atacaron mi mente, la duda no tardó en llegar, se me hizo un nudo en la garganta, me paré, en el único lugar donde podría conseguir mas información sería la ciudad. Debería haber una forma de volver, tendría que ser otra persona, pero no creo poder hacerlo todo yo sola.

-¿Recuerdas a Sara?- Dijo esa misma vos.

-Si pero ella ya está en un lugar mejor - Dije sarcástica.

-Necesitamos un peón, como lo era ella- Sonaba muy segura

-Pero...-

-No hay ningún pero, nada es imposible, Meli, ya está decidido, partiremos mañana en la mañana. Además, no estás sola recuerda que también estoy yo ,y no me iré nunca- Dijo firme.

-Entonces debemos comer y descansar - Dije entre un bostezo.

Mañana iría a ese lugar, me alimenté y me recostada bajo el mismo árbol y con el calor de aquella gatita entre mis pies terminé en un placentero sueño.

Ya estaba lista para irnos, me bañé en aquel mismo arrollo, mientras me vestía sentí que había alguien, sin dudarlo tomé una rama e inexplicablemente la lancé sobre un arbusto, a unos tres metros de diferencia de mi ubicación. Un muchacho se presentó con el brazo lastimado lo miré sorprendida.

- ¿Que haces aquí?¿Quien eres?- Dije seria.

-Ahh...me perdí, me llamo Laid- Dijo con la mirada hacia el suelo.

-¿Me espiaba?- Dije molesta.

-No, nunca haría eso, sólo pasaba y me pareció ver algo, me escondí por temor y terminé siendo golpeado- Dijo con sinceridad.

Un peón era lo que necesitaba, de pronto ,cambié mi rostro de seriedad por una falsa sonrisa.

-Lo lamento, es que he vivido aquí desde que recuerdo, con mi difunta abuela, de la nada te lancé aquella rama, también por temor, podrías perdonarme, ya sé, cómo muestra de mi disculpa dejadme desinfectar su herida- Dije con simpatía y timidez falsa , ese muchacho era muy inocente.
El chico se puso rojo, eso fue muy raro, debe de estar enfermo, que importa, mientras me sirva. Arranqué de una de mis mantas un pedazo de tela y envolví la abertura de su piel, la sangre era tan espesa, muy linda.
Lo llevé a la casa del sendero diciendo que vivo, ahí con mi gatita a la cual llamé Luci ,en el camino le dije como era mi nombre, le pregunté si estaba enfermo y me dijo que no. Al llegar a mi supuesto hogar el chico se sorprendió.

-¿Vives aquí? Creí que está casa estaba abandonada- Dijo confundido.

- Si, lo que sucede es que estuve un tiempo explorando el bosque ,y me había quedado en lo de una amiga de la ciudad por un tiempo, cuando estuve por volver me enteré de que la habían asesinado ,y me había ido nuevamente por el funeral- Dije con una expresión de lamento, le volví a mentir, aún así, se sentía bien.

-¿Por qué preguntas?- Dije simpática, otra vez.

- Hace unos días dormí en tu habitación, en verdad lo siento- Dijo suspirando.

-No te preocupes yo también haría lo mismo- Dije con una sonrisa.

-Gracias...- Dijo nervioso, se veía patético.

Luego de eso me puse a limpiar, le pedí que me ayude a cortar el pasto, cuando se fue con el machete, al patio, saqué mi ropa la guardé y escondí la que estaba manchada con sangre, la casa era pequeña fue muy rápido limpiarla y ordenarla.
Se hizo tarde, saqué de mi bolso unas cuantas cosas que me había traído de el departamento, cuando escondí las hojas entre mi ropa, encontré una caja que me llamó la atención, en el armario de la dueña de la casa, la abrí y en esta estaban unos cuantos billetes nunca había visto uno de cerca. Recuerdo que una vez Sara me había enseñado uno, aún así no me había dejado tocarlo, me explicó para que se usaba y como. Tomé aquella caja y la guardé junto a mi bolso. El muchacho volvió, recordé que cerca de aquí había un pozo le dije que podía sacar agua de allí y que le prestaba el baño, le di una toalla y me agradeció antes y después de haberse bañado.
Luego de eso tomé una de las cuantas cosas que había traído, una de ellas eran sobres que se llamaban "Sopa instantánea", cuando terminé de leer las instrucciones me puse a preparar la tal "Sopa instantánea", cuando terminé invité aquel muchacho que se llamaba Laid. Terminamos de almorzar ,insistió en lavar los platos y me negué, para convencerlo de que soy una buena niña del campo criada por una cariñosa anciana ,la cual nunca conocí y nunca recibí cariño.

-Nunca había estado tan cerca de una mujer que no sea mi madre- Dijo algo nervioso, quizás trataba de iniciar una conversación.

- Y yo nunca había visto a un chico que no sea en fotografías- Dije, está ves decía la verdad.
El muchacho me sonrió y largó una risa.

-¿Cual es la gracia?- Dije algo sería.

-¿Nunca has ido a un colegio o algo así?- Dijo con una tonta sonrisa en su rostro.

- No, fui educada por mi abuela- Dije algo confusa.

- ¿Y tus padres?- Preguntó algo serio y a la ves tonto.

-Mi abuela me encontró en su puerta, cuando ella tenía unos cincuenta y tres años- Dije seria pareció que era verdad.

-Lo siento, yo- Lo interrumpí, odio cuando vuelve a mirarme con esa patética expresión.

-No te preocupes, lo he superado. Cambiando de tema ¿Como te perdiste?- Dije con amabilidad.

- Unos amigos me habían invitado acampar, pero me dejaron solo, los busqué, no los encontré y decidí irme. Luego recordé aquel sendero, y me encontré esta casa justo cuando la noche hizo aparición. No tenía agua ,esos malditos me dejaron una botella vacía me adentré a bosque me perdí pero seguí buscando, luego vi un arrollo tomé agua escuché un ruido y me escondí detrás de un arbusto y terminé por conocerte...- Dijo algo serio, pero decía la verdad.

-Sabes, nunca me he hecho el registro civil ,y no conozco a nadie de la ciudad hasta ahora ¿Quieres acompañarme y enseñármela un poco? Además conozco un atajo de entrar sin que nadie nos vea- Dije para seguir con mi verdadero objetivo.

- De acuerdo ¿Cuando partiremos?- Dijo entusiasta.

-Mañana en la mañana ¿Que te parece?- Dije con una leve sonrisa al parecer sonreír era como obligarle a creerme y el se la creía. Que patético, pero muy útil.
Asintió, luego me contó sobre el, vive con su madre y es hijo único.
Cenamos juntos. Le di unas cuantas sábanas y durmió en el suelo mientras que yo caí en aquella suave cama.

Mañana iremos a la ciudad.

Número 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora