Capítulo 1: Yo.

9 2 0
                                    

Con el dulce sonido de las olas por la mañana, me despierto.
Esta noche ha sido muy triste, ya que no había estrellas, no se veían, por lo que la mañana empieza también triste.
Supongo que para el resto de la gente no le importe demasiado la idea de que no haya estrellas, pero para mí es demasiado importante.
Desde muy pequeña, con mi nana, en la noche veíamos las estrellas hasta que consiguiera dormir.
Me decía que son guardianes que me protegían en la noche, y que veleban por nosotros. Por esa razón le contaba los sucesos que me habían ocurrido durante el día, le leía cuentos e incluso les cantaba, ya que pensaba que siempre solitarias en la oscura noche se debían de aburrir mucho. E incluso he de admitir que muchas noches, a pesar de mis 15 años, lo sigo haciendo.
Cuando las estrellas no se ven alguna noche, quiere decir que están tristes, y eso influye en mi estado de ánimo, ya que también me entristecen.
Las noches de lluvia, cuando no podíamos salir a ver las estrellas, mi nana y yo hacíamos una "cueva" con una sábana y luces en serie por fuera de esta, e imitábamos una noche estrellada. Allí, contábamos historias de fantasía, jugábamos y cantábamos a nuestras "estrellas".
Cuando venía mi querida abuela, era lo mejor. Muchas noches de verano hacíamos paseos nocturnos en la playa que hay en frente de casa, e incluso la mayoría de las veces venía también nana a acompañarnos. Cuando ya no podíamos caminar más, ya sea por frío o cansancio, en una toalla nos tumbábamos y mirábamos las estrellas. Y finalmente, entrábamos en casa, finalizando el día.

Gracias a mi abuela, a la que con mucho aprecio llamo ange, ángel en francés, tengo una gran admiración por el mundo del arte, e incluso me he animado a pintar algunos cuadros en lienzo. También me introdujo en el mundo de la música, llegando a tocar el piano desde muy pequeña y el arpa. Le agradezco mucho que me haya introducido en este genial mundo del arte, ya que gracias al piano y el arpa, he llegado a aprender tocar nuevos instrumentos, como la guitarra y el violín, y gracias al arte, me he introducido en el mundo de la fotografía, hace apenas siete meses, pero al que admiro también muchísimo. Y también a las historias de pequeña, me he aficionado a leer, de hecho tengo una gran estantería en mi cuarto, e incluso últimamente he estado escribiendo alguna que otra historia en el ordenador.
Digamos que las pequeñas cosas que hacía de pequeña, han perdurado en mí hasta hoy día.

Palacio De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora