Capítulo 3

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— Entonces ¿crees que para mañana ya lo pueda pasar a buscar?... ¿Enserio?... ¡Qué buena noticia! Te veo más tarde entonces — terminó la llamada.

Al fin el auto de Hyuk saldría del taller esa misma tarde. Estaba emocionado ya que, por fin podría hacer sus comprar, y de paso llevaría a pasear a Rovix.

Las jornadas de trabajo eran bastante amenas para Hyuk y el resto de sus compañeros. Entraban a trabajar a las nueve y salían a las cinco. Dejando para medio día su hora de descanso, en la cual siempre todos se colaboraban para pagar lo consumido.

— ¿Entonces te vas conmigo? — le preguntó Ken.

— No, olvide decirte, hable al taller y me dijeron que ya puedo pasar por mi coche.

— ¡Qué bien! Entonces si quieres te dejo ahí.

— Ok, nada más déjame terminar de cerrar todo y ahorita te alcanzo.

Hyuk entró al taller después de despedirse de Ken. Pagó los servicios que le habían realizado a su auto y salió directo para su casa.

Como todos los días Rovix ya lo esperaba enfrente de la puerta. Hyuk lo saludó como siempre y después de alimentarlo y de que él se preparara la cena, salió de nuevo al supermercado con Rovix como su copiloto, ya que primero lo llevaría al parque.

Hyuk no era amante de hacer ejercicio pero le gustaba verse bien, así que siempre corría a lado de Rovix. Cerca de una hora después de hidratarse bien, se subió al auto y condujo hasta el supermercado. Dejó a Rovix en una estética canina para que lo cuidaran mientras él, hacía sus compras.

Llevaba cerca de diez minutos dando vueltas por todo el supermercado porque no encontraba la comida favorita de Rovix, debido a que recientemente había cambiado los estantes de todo el lugar.

— Disculpe ¿Sabe dónde se encuentra la comida para perro? — le preguntó Hyuk a un empleado de la tienda.

— Si están en el pasillo 7, de este lado por la derecha.

— Gracias.

Retomó su camino hacia donde le había indicado el muchacho. Cuando por fin había encontrado la comida de Rovix continuó con sus compras, increíblemente se había tardó más de lo debido.

Cuando estaba terminando de pagar por sus compras, al mismo supermercado entró Hongbin. Estaba tomando un carrito del súper cuando lo vio pagando, entonces pensó en saludarlo, pero luego lo pensó mejor cuando se percató que Hyuk estaba por contestar una llamada. Además de que no sabía cómo abordarlo. Si ya de por sí era bastante raro que llegara y le preguntara cómo le había ido con lo que había comprado en la sex shop, decidió dejarlo pasar. Si el destino los quería juntos lo volvería a ver.

Hyuk salió al estacionamiento a dejar sus comprar, cuando recordó que no había pasado por Rovix así que no tuvo más remedio que regresar por él. En cuanto los dos estuvieron fuera de la estética, estaba terminando de colocarle la correa a Rovix cuando por la puerta principal, estaba saliendo Hongbin con solo una bolsa del súper. Intrigado lo observó desde la lejanía.

Y como si el destino estuviera dándoles un empujoncito, Rovix comenzó a ladrarle a una señora que llevaba un pequeño perro chihuahua entre sus brazos.

— ¡Ya basta Rovix! ¡Compórtate! — le dijo Hyuk mirando algo apenado a la señora que solo pasó de largo y entró a la estética con su perro.

Por el alboroto de los ladridos de Rovix, Hongbin giró y vio a Hyuk que llevaba con una correa a su perro. Entonces vio su oportunidad, ahora sí tendría que abordarlo. Se apresuró a llegar a donde estaba Hyuk y le habló.

Taste Me [HYUKBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora