·cuatro·

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"Harper, te presento a Portland  Community College..."

La miré fatal.

¿Desde cuando se presenta el infierno como si fuera una persona?


"... ¿Qué te parece?"


Una jodida mierda.


"Grande" suspiré.


El instituto era más grande que el palacio de Buckingham.


"¿Grande? ¿Solo eso?" preguntó. ¿Qué más quería que dijera del instituto? "Harper, no sabes los hilos que he tenido que mover para que me digas que es <<grande>>" imitó de una manera muy vulgar mi voz. Por favor, mi voz no era de un vagabundo que anteriormente había sido un camionero pecho lobo.


"Danielle..."

Se acercó a nosotras una mujer fatigada... ¿A caso esa familia no podía estar alejada de la mía?

"Candice, querida" se dieron dos besos en la mejilla.

La pelirroja teñida se acercó a mis mofletes. Mis ojos se abrieron como platos y me eché para atrás. Tal vez demasiado para atrás.

"Mi culo" susurré mientras me tocaba esa parte del cuerpo en concreto.

Las mujeres me miraban extrañadas.

"Nunca le han gustado los besos".

Y menos de esa arpía.

Me apoye en el césped para levantarme, ya que para ambas era invisible.

"¿Qué hacéis aquí?" preguntó Candice.

"Ver el instituto. Harper entrará a estudiar aquí en septiembre".

Esa era la parte de no mencionar septiembre en verano que mi madre había entendido.

"Si quieres puedo llamar a Axel para que te venga a enseñar el instituto un día de estos" sonrió educadamente.

Todos sabíamos que esa sonrisa era falsa.

"Sería estupendo, ¿tú que opinas Harper?"


Por fin volvía a ser visible.


"Prefiero que un guía me lo enseñe. Pero gracias"


Una perfecta sonrisa fingida apareció en la cara de mi madre. Ella quería que el niñato perfecto me enseñara el instituto. Pues iba a ser que no.


"Ahora empieza una visita. Puedes ir" esa frase tenía algo de venganza y de odio.


"Claro" ahora yo también sonreí falsamente y me aleje de ellas. Seguramente estuviera mucho mejor recorriendo el palacio de Buckingham con un montón de desconocidos.


Me acoplé al grupo.


El guía estaba muy bueno

El guía me estaba mirando.

El guía se estaba acercando a mí.


"Soy Cameron, encantado" estiró la mano y yo babeé.


Cameron Dallas acababa de bajar un puesto en la lista de <<Chicos guapos que se llaman Cameron>>.


"Harper" sonreí mientras en mi cabeza sonaba un mix de canciones cantadas por Taylor Swift.


"¿Cuando empezamos con la visita?" llegó una rubia con pinta de estar irritada. Su voz no era para nada irritable y su carácter parecía fuerte. En ese momento tenía a la primera rubia diferente delante. "No tengo toda la vida, Cameron".


La miré mal.


Acababa de hablar mal a la primera persona que superaba a Cameron Dallas y al futuro padre de mis hijos.


"Kira, tiene que venir Bruce" no me pregunté mucho quién era Bruce, porque 1) estaba allí de acoplada y 2) solo <<conocía>> a dos personas.


"Ese gordinflón..." Cameron tenía cara de granada apunto de explotar.


Cameron era Hazel Grace Lancaster.

Imposible.

Cameron era mucho más guapo que Hazel Grace Lancaster, no tenía cáncer, ni novio que murió por cáncer y además era un chico.

"Ahí viene" sonrió el chico mientras se mordía el labio.

Esa mirada era la de mi madre al ver a Axel.

El chico de gran tamaño se acercó al chico que a partir de ese día ocuparía mis sueños y le abrazo.


Tal vez fueran hermanos, primos o amigos, porque el abrazo que se estaban dando eran bastante tiernos.


"Ahora es cuando viene el beso..." oí un susurro a mi lado izquierdo.

Miré a la rubia sin entender nada, ella rió y volvió a susurrar.


"Mira".


Y miré.


Era horrible.


Simplemente la peor cosa que me había pasado.


Quise golpearme contra el muro hasta llegar al traumatismo craneoencefálico.


Bruce abrazaba a Cameron, como si este fuera una princesa, Cameron tocaba el culo de Bruce y, los labios de ambos estaban tan juntos como lapas.


Quería llorar.


Bruce tenía que ser yo.


"Son hermanos, ¿no?" hice la pregunta más estúpida que jamás había hecho.

Si oía a Kira decir que estaban juntos montaría un pollo.


"Están juntos" me tumbé en el césped e hice la croqueta.


"Estúpida, levanta" ordenó la rubia sin que le temblara la voz.


Paré por un segundo para mostrar mi dedo índice y volví a lo que estaba haciendo.


"A ver, cielo. Todo el mundo pasea a sus perros en este césped así que deja de hacer el ridículo".


Antes lo dijo, antes la cago.


Mi mano tocó algo blandito y marrón.


El mismo día que oía septiembre, tenía que ver a Candice, descubrir que el ex futuro padre de mis hijos tenía novio y, por si fuera poco, tocar una mierda con la mano.


 


 


 


 


 


 


 

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⏰ Última actualización: Jul 26, 2016 ⏰

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