I- El primer encuentro.

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EVANESCENTES

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SONIA MONTAVA MARÍN


A Miguel, quien me dio alas en este sueño 

y me acompañó página a página a través de él.



Una antigua leyenda habla de la magia de los "Atrapasueños".

Según esta, los buenos sueños son capturados en su malla, para deslizarse a través de ella y resbalar por las suaves plumas llegando hasta nosotros.

Los malos sueños son apresados en la red para siempre desaparecer.

–Proverbio Indio.






I– El primer encuentro

A través de los cristales únicamente divisaba oscuridad

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A través de los cristales únicamente divisaba oscuridad. El metro se deslizaba velozmente a través de las entrañas de Madrid.

Otro día más y allí estaba, sentada en el suelo del metro junto a las puertas del vagón desde donde podía divisar todo el panorama. Me encantaba observar a la gente durante el trayecto hasta la universidad.

Era un trayecto rutinario y conocía a la mayoría de la gente que me acompañaba en él. Aún así, únicamente tenía algo de contacto con Alberto, el mendigo que se había adueñado del vagón y que nos alegraba las mañanas con el sonido de su flauta. Un buen hombre consumido por la edad y por las circunstancias de una vida difícil.

Como todos los días, el anciano se acercó hasta mí y se sentó a mi lado.

­­—Buenos días, Leah —me susurró con una voz tosca y profunda.

—Buenos días, Alberto, ¿cómo se presenta la mañana?

—Pues como todas, hija, como todas... —suspiró y cerró los ojos con pesadumbre. Era un hombre capaz de despertar ternura en el más frío de los corazones.

Me acerqué más a él y le apreté la mano. Agradeció el gesto y me devolvió una sonrisa sincera. Los ojos, camuflados entre el pelo alborotado y aquella barba canosa y enmarañada, se le iluminaron

—Pero tengo una buena noticia para ti, verás... —Sacó la flauta de su funda y se la colocó en los labios—. Está escrita especialmente para ti, Leah, mi compañera de vagón. —Me guiñó el ojo mientras comenzaba a soplar suavemente a través del instrumento.

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