4. No me gustan los apellidos

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Me dirigí al campo de Lacrosse y vaya que era grande. El entrenador miraba su reloj mientras movía su pie con desesperación, realmente es todo un exagerado.

-Señorita... la cual extrañamente no recuerdo su apellido.
-Es porque nunca lo mencione entrenador, no me gustan los apellidos. Puede llamarme Cass.
-Bueno, supongo que tendremos que ser amigos si la tendré el resto del año limpiando los vestidores.
-Oh entrenador, no creo que esa sea la razón por la que este el resto del año aquí.
-Bien, ve con McCall, el te explicara lo que debes usar y como no romperte un hueso en el momento que agarres el bastón. No tardes demasiado, no soy un hombre de paciencia.

Los rumores no son falsos, es un idiota. Me dirigí hacia los vestidores haciendo que Scott fijara su atención en mi. Su mirada de duda seguía en su cara y podía casi prometer que si no cambiaba de expresión le rompería un brazo en tres segundos. Le arrebaté el equipo de Lacrosse de las manos y fui al vestidor de mujeres para cambiarme. Cuando salí noté a Scott hablando con el chico extraño que al parecer era un humano, no me interesé en escuchar su conversación y me concentré en lo que vine a hacer principalmente: probar al entrenador cuan equivocado estaba.

Esperé a que el entrenador me diera las indicaciones y una vez que entendí lo que debía hacer sopló su molesto silbato. Corrí esquivando a los jugadores y anotando más de una vez. Después de la doceava ocasión en la que tuve que anotar empecé a cansarme así que me di un respiro.

Volteé a ver la cara del entrenador y era realmente épica. No paraba de agarrar su poco cabello mientras observaba a todos sus jugadores rendidos en el suelo, ningún otro chico había logrado algo así. Inclusive Scott McCall, quién después de convertirse en lobo solo había logrado anotar siete veces seguidas, lo se porque Mason sabía de esto porque él quería entrar en el equipo.
Recuperé mi aliento y me dirigí con una sonrisa hacia el ahora asombrado entrenador.
-¿C-cómo?.
-Práctica.
-Debes enseñarlo eso a mis chicos, eres incluso diez veces mejor que Stilinski. Bienvenida al equipo chica, te espero aquí mañana para el entrenamiento. Llega a tiempo esta vez. Después hablaremos del uniforme.
(. . .)
La primera fase del plan capturar a McCall estaba lista, ahora debía esperar a que se acercará a mi y que me tomará confianza para llevarlo con Deucalion. Este chico tenía suerte si es que Deucalion lo necesitaba para algo siendo un alfa.

Antes de ir con Deucalion decidí ir a mi antigua casa y ver lo que quedaba de ella. El camino seguía justo como lo recordaba y era casi increíble ver los mismo árboles y marcas. Pude notar un olor conocido aunque no era reciente, mi memoria fallaba así que realmente no supe que era. Seguí mi camino hasta llegar a una casa demacrada, me inquietaba saber lo que había ocurrido en ese lugar y que alguna vez fue mi hogar. Me aseguré de que no hubiera nadie y entré.

Todo estaba hecho añicos. Cenizas por todos lados, madera quemada al punto de casi deshacerse, muebles deteriorados, polvo en los marcos quemados, garras marcadas en las paredes y ventanas rotas. Realmente me ponía los pelos de punta. Decidí subir a mi antigua cuarto que compartía con Cora y me realmente me entristeció lo que vi. Muñecas derretidas con el calor, camas con resortes salidos y libros casi incinerados. La poca infancia que me quedaba se había esfumado en el incendio con casi toda mi familia.

Me preguntaba si madre había logrado salir, o si el tío Peter hubiera sobrevivido como Derek lo hizo. Realmente tenía esperanza de que alguno de ellos estuvieran vivos o que al menos no hubieran sufrido una muerte tan dolorosa como morir quemado vivo. Otra pregunta vino a mi mente, ¿Acaso mi familia se enteró de lo que me sucedió? ¿Sabían quien me había asesinado o inclusive si estaba muerta? Si no hubiera sido así, ¿Me habrán buscado?. Realmente quería saberlo y esperaba que algún día mis dudas fueran respondidas y creo que se quien puede.

Me fui del lugar antes que alguien viniera y me dirigí al lugar donde Deucalion me había dicho para vernos ya que no viviría con ellos por la seguridad de todos. Entré al misterioso edificio y observé a Deucalion quien tomaba una taza de té , no entendía si quiera como estaba ciego si su miraba me intimidaba demasiado. Me indicó que me sentará y comenzó a hablar.
-¿Y bien Castalia? ¿Algún avance el día de hoy?.
-En realidad si, entré al equipo de Lacrosse.
-Cass... ¿Debo recordarte el por qué estas en esa escuela?- su voz se tornaba más oscura conforme apretaba la taza- Porque estoy seguro que no fue para que fueras una adolescente normal.
-L-lo se, pero entré por una razón.
-Oh querida, lo hubieras dicho antes de generar conflicto- su mano se relajó al igual que su voz mientras con una cuchara revolvía su té- Dime cual es el propósito.
-Acercarme a Scott McCall señor, haré que confíe en mi y después lo traeré con usted.
-Vaya, no pensaba que fueras una niña tan inteligente. Muy bien hecho Cass. Ahora, se que no querías tener ningún tipo de contacto con él pero...
-No por favor, le traeré a cualquier otro alfa, inclusive uno más poderoso que él. Pero por favor no me haga hablar con él.
-¡No es lo que decidas Castalia!- apretó más su taza casi rompiéndola- ¡Es lo que yo necesite! ¡Y necesito a tu hermano!- finalmente rompió su taza haciéndome saltar del susto y no querer hablar jamás- Trae algo para limpiar este desastre, después haremos un acuerdo con el tema de tu hermano.

True Alfa «Teen Wolf»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora