5. Pies torpes

58 7 0
                                    

Hoy era el día. Estaba decidida en ser amiga de Scott McCall aunque sea lo más difícil. Me vestí lo más rápido que pude y me dirigí a la escuela. En el camino traté de idear un plan que funcionará para al menos ganarle un poco de su confianza pero en el camino choqué con alguien haciéndome caer. Me levanté algo adolorida con unos raspones que curarían en unos minutos mientras un chico balbuceaba y trataba de formular una oración coherente.

-Lo-lo lamento, llegaba tarde al colegio y...- al parecer era un chico algo tímido pero no tenía su tiempo, debía apresurarme para pensar bien qué haría con McCall.

-Bueno, yo también llego tarde así que adiós.- voltee a verlo mejor, era un chico de mi edad que probablemente cursa el mismo grado que yo, claramente era un humano. Tenía unos ojos azules tan profundos y cabello rubio.

-¡Hey, espera! Solo trataba de ser amable por algo que TÚ hiciste- dijo remarcando el tú, me había equivocado, este chico no era tímido.

-De verdad lo lamento, pero tengo algo muy importante que hacer y no tenía planeado chocar con un extraño en la calle. Además, no creo que haya sido únicamente mi culpa, tú también pudiste haber volteado ¿sabes?.

No esperé una respuesta y seguí por mi camino esta vez poniendo más atención pero más rápido. Cuando llegué a la entrada mis heridas habían sanado por completo así que dejé de preocuparme y me dirigí a mi salón. ¡Diablos! Aún no había solucionado el problema de los libros, supongo que un día más que esté trabajando con Hayden no afectará mucho. Entré al salón y observé que el chico con el que había chocado estaba sentado justo a mi lado izquierdo, no podía haber un peor día que este. Noté que estaba muy nervioso, no dejaba de retorcerse en su asiento mientras movía su pie rápidamente. Vaya que es energético. Me senté en mi lugar esperando que no me reconociera pero como todo en mi vida, no funcionó.
-¡Hey! ¡Tú eres la chica ciega que chocó conmigo!
-¿Disculpa? Creo que tú tampoco te fijabas en el camino "pies torpes".
-¡Estaba nervioso, ok! No tenía tiempo para predecir que una chica estúpida no iba a ver por donde iba.
-¡Qué! ¿Y yo si podía predecir que un idiota me iba a tirar al suelo?
-¡Pue...!
-¡Liam!, que bueno es verte, pensé que lo de estudiar en mi escuela era una broma.- dijo Mason acabando nuestra discusión- ¡Oh! Veo que se conocen.
-Lamentablemente sí.-dijo el chico idiota que al parecer se llamaba Liam.
-¿Si quiera sabes mi nombre?
-Tranquilos chicos.- interrumpió Mason- Se que se llevarán bien, es solo cuestión de tiempo.
-Sí, claro.-dijimos al mismo tiempo.
-¿Lo ven? ¡Son iguales!
Ignoré el molesto comentario de Mason y esperé a que el profesor llegara. La clase fue algo aburrida ya que Mason solo hablaba con Liam. No lo culpo, llevan siendo amigos desde hace tiempo y yo solo lo conozco de un día. Le pido a Mason una hoja y el me la da rápidamente para continuar su charla con Liam. Anoto la tarea y espero a que ese molesto chirrido suene. Me levanto de mi asiento y me dirijo a mi casillero para dejar la hoja en la que escribí la tarea junto con las demás, en realidad, solo quería perder el tiempo ya que no tenía nada más que dejar dentro de él. Las miradas del pasillo seguían siendo incómodas aunque habían disminuido un poco, supongo que me volvía menos interesante cada día. Escuché atrás de mi un corazón palpitando intensamente, volteé y vi que era el chico pálido de la otra vez, realmente se encontraba muy cerca de mi cara de una forma demasiado incómoda, probablemente por su sonrisa nerviosa. Me incliné para atrás.
-Ho-hola.- dijo el chico pálido, ¿será tartamudo?
-Em ¿Hola?
-Eh... venía a darte la bienvenida al e-equipo de Lacrosse y bu-buena suerte.
-Oh, tú eres del equipo de Lacrosse. Dime, ¿Eres amigo de un tal Scott McCall?
-Mejor amigo, si eso responde a tu pregunta...- hubo un silencio incómodo, olía a nervios y parecía no tener nada más que decir.- Si quieres, podrías sentarte con nosotros en el almuerzo, digo, estamos en el mismo equipo y... hay que llevarnos bien entre ¿todos? Si, eso.- no era mala idea, incluso eso me ayudaba demasiado en mi plan (el cual nunca pude hacer por el "pies torpes").
-Claro, de todas formas no tengo nada que hacer en el almuerzo.
-¡Genial! Digo, que bien. Emmm, adiós.
Que chico tan extraño.
(. . .)
Las siguientes clases fueron algo aburridas, solo compartía 3 con Hayden, 2 con Mason y las demás sola con el maldito Liam, ¿Por qué todo lo malo me tiene que pasar en mi? En fin, me dirigí a el comedor y me formé en una larga fila donde un chico rubio me dio lugar, creo que lo había visto antes...
-¡Hola! Mi nombre es Isaac, Isaac Lahey. Escuché que te unes al equipo de Lacrosse, ¿Cuál es tu nombre?
-Cass.
-Cass...
-Cass nada más, no me gusta mi apellido.
-Pero por...
-Es... algo que no me gusta mencionar, espero y no te ofenda o algo así, simplemente no me siento cómoda mencionándolo.
-¿Problemas familiares?, no te preocupes, lo entiendo más que nadie.- este chico me agradaba, su sonrisa me tranquilizaba de una forma extraña, ¿de verdad el podía entenderlo? No sentí ninguna alteración en sus latidos y no se escuchaba duda en su tono de voz, probablemente si no estuviera metida en esto de entregar a Scott podríamos ser buenos amigos.- Vamos, Stiles me dijo que ibas a estar con nosotros.
Lo seguí hasta una mesa en la que se encontraba Stiles, Scott, la chica pelirroja y una chica de cabello castaño quien se veía incómoda de estar ahí. Antes de llegar pude notar que me esperaban desde hace un rato.
-Siéntate, no seas tímida- dijo Isaac.- Supongo que ya conoces a Stiles, Scott va también en el equipo y ellas son Lydia y Allison.
-Un gusto.
-Bienvenida al equipo, es sorprendente lo bueno que eres en la cancha, Stiles no puede ni agarrar una pelota sin que se caiga al suelo 5 minutos después.- mencionó Scott.
-¡Hey! Yo he sido varias veces el punto decisivo del partido.
-Si, y esos son los partidos que pierden- dijo Lydia.
-Bueno, dejemos de hablar de nosotros, ¿De donde eres Cass?.
-En realidad, soy de aquí pero tuve que irme unos cuantos años.
-¿En serio? Tal vez y nos conocemos de antes.- dijo Isaac.
-No lo creo, mi tío era quien me "daba clases".
-¿Era?- preguntó Stiles.
-Si, mi tío murió con el resto de mi familia.- todos se quedaron callados y compartían miradas de sorpresa- No he ido a la escuela desde entonces pero tengo suerte de poder entender todo fácilmente así que ya estoy poniéndome al corriente.
-¿Y con quién has estado viviendo este tiempo?- preguntó Stiles.
-¡Stiles! ¿Cómo puedes preguntar algo tan delicado?
-No hay problema, ya lo superé. He vivido sola, por así decirlo. Aunque en este momento estoy viviendo con un amigo de mi familia.
-Bueno, lamentamos tu pérdida y que Stiles sea un metiche- dice Scott fulminando con la mirada a Stiles- espero que no te haya dado una mala impresión de nosotros y nos llevemos bien.
El timbre sonó indicando que la hora del almuerzo había acabado.
-Nos vemos en la práctica- se despidió Isaac.
-Llega a tiempo, al entrenador no le gusta la impuntualidad.-dijo Stiles
-¡Stiles!-dijo Scott dandole un golpe en la cabeza.
No pude evitar reír por cómo Stiles se quejaba con Scott. Hace tiempo que no me reía así, los únicos que me hacían reír están muertos. Mi sonrisa desapareció instantáneamente cuando recordé uno de esos momentos.

Tenía 8 años, estaba corriendo en el bosque mientras era perseguida por Derek. Tenía en mi mano la última galleta que quedaba y él quería quitármela. Me tropecé con la raíz de un árbol y la galleta salió rodando de mis manos. Derek fue corriendo por la galleta mientras yo intentaba levantarme. Cuando volteó a presumirme que por fin lo había logrado pudo ver como mis ojos se llenaban de lágrimas. Rápidamente se acercó a mi para ver lo que me había pasado, mi rodilla estaba raspada y me dolía mucho. Él puso sus manos sobre la herida y la hizo desaparecer, no entendía porque sus venas se volvían oscuras y hacías unas pequeñas muecas de dolor, ahora lo comprendo mejor. Al ver que deje de llorar, me sonrió y me dio la mitad de su galleta. ¿Cómo alguien así podría lastimarme en un futuro?

True Alfa «Teen Wolf»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora