Cap. 1

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Estoy harto de todos mis problemas; Trabajos en la empresa mal hechos, mi ex BabyGirl me engañó y ahora estoy más sólo que perro de callejón.

- Animos Bro! Vámos a por unos tragos para distraerte.- Me alentaba mi mejor amigo Alex. Venía insistiendo desde que llegó.

- Bieeen iremos.- Mordi lo último que me quedaba de mi manzana.

Ya pasada una hora, eran las 11 de la noche, Subí a mi cuarto cambie mi camiseta, ya que la que traia puesta tenía manchas de helado por todas partes es como mi remera para la depresión, me coloque una negra y cogí mi chaqueta de cuero negra. Baje y Alex ya estaba en la puerta esperándome por último cogí mis llaves y salimos.

Cuando había cerrado la puerta me acordé que no le había avisado a mis empleados/amigo que saldría.- Escuchen!! Me iré con Alex, llegaré tarde. Ustedes cenen y se duermen. Adiós!

Nos subimos a mi auto (El suyo quedaría aquí para no hacer tanto drama al estacionar), conduci hasta mi cantina favorita. Bajamos y empezamos a caminar a la entrada, ya el estrés empezaba a abandonar mi cuerpo.

Algo bueno esta por venir- Me decía mi conciencia.

(...)

Ya habian pasado un poco mas de dos horas y todavía no había tomado nada fuerte quería disfrutar un poco, en cambio Alex lo había perdido hace rato cuando lo ebrio le sobraba de su cuerpo.

Tomé de un sopeton mi chupito, giré en mi asiento para ver a toda la gente, unos bailaban, otros fumaban, otros se drogaban y varias parejas estaban casi teniendo sexo sin importarles que hay más de cincuenta personas a su alrededor.

Camine hacia un pequeño patio que tenia este lugar, saqué mi cajetilla, cogí un cigarro, lo encendí y luego lo lleve a mi boca dándole la primera pitada. Mirando a la gente que se encontraba aquí, una chica llamó mi atencion; Cabello Castaño, ojos verdes, estatura mediana (pero a mi lado es bajita), cuerpo perfecto y asombroso.

No se cuanto tiempo estuve mirándola que se había dado cuenta y me lanzaba miradas curiosas con una de sus cejas levantada. Decidido comencé a caminar hacia ella.

- Hola.- Le saludé amablemente.

- Hola guapo.- Me sonrió para después morderse el labio, me encantaría ser yo quien lo estuviese mordiendo.... Que estoy pensando?

- Como te llamas, Preciosa?- Me acerqué más a ella no le molestó mi cercanía.

- Anabella Ruiz y tu?

- Justin Bierber. Vienes acompañada?

- Si vine con mi amiga pero la perdí.- Su dedo índice construía un camino imaginario por todo mi pecho y abdomen. Nadie se había atrevido a tocarme sin consultarme primero.

- Ok. Y porque estas aquí no allá adentro dirvirtiendote?

- Creo que lo mismo que tu, me aburría.- Me contestó indiferente.

- Vale pues para no aburrirnos más, te invito a ir a la pista y bailar un rato.

Sin decir nada asintió con la cabeza, no dijimos nada en el camino hacia la puerta.

- Oye primero vamos por unos tragos, si?- Iso un puchero después de hablar, no se pero con sólo esa acción me éxito. Sólo hice un movimiento estúpido con la cabeza porque sabía que si hablaba se me escaparia un gemido.

Fuimos a donde el barman a pedir nuestros tragos.

- Ey Leo sirvenos de lo más fuerte que tengas, Porfavor.- Le sonrió tiernamente.

- Pequeña An, estas más hermosa desde la ultima vez que nos vimos.- Los ojos del tal Leo brillaron y sonreía jugueton.- Ya les traigo sus tragos.

Iré directo al punto.

- Sois amigo?

- Mmm algo parecido. Nos conocimos una vez que había venido por segunda vez estaba algo borracha, le había pedido tener sexo conmigo y con un chico con el que bailaba, suerte la mía que cuando sabíamos por las escaleras el alcohol abandonaba mis venas y pude disfrutar de un excelente trío. Fue genial y excitante.- Me lo contó como si fuera algo super normal y como si fueramos amigos desde hace años.

- A mi me pareció más gracioso que excitante.- Hablo en barman entregandonos los vasos con un líquido entre violeta y marrón.

- Eres un idiota.

- Amigo te doy un Consejo, ten cuidado con An es algo... Inquieta.

- Cállate. Mejor vallamos a bailar.

Cogió mi mano con fuerza, literal, y nos arrastró a ambos hacia la pista, por un momento quede tieso tratando de sincronizar con la música, y luego de un momento a otro tenía mis manos en la cadera de An. Era mi pecho contra su espalda, mejor dicho su trasero pegado a mi pene que empezaba a crecer con cada movimiento suyo, iba de lado a lado, cada vez se pegaba más a mi, mi respiración era agitada ya que sus movimientos pasaron de ir junto con la música ahora eran sensuales y lentos, es como una tortura.

Hice que girará en su lugar, sus ojos brillaban, mis manos hicieron presión (sin llegar a lastimarla) en su caderas.

- Eso fu...-

- Silencio, sólo besame.- Sonreí hacia su pedido. La pegue más a mi, miré detalladamente sus labios y los atrape con mis dientes, mordi delicadamente el inferior luego la bese sin preocupación, nuestras lenguas tenían una guerra de saliva. Cuando termine de jugar con su lengua volví a morderle el labio.

La noche acababa de comenzar.

Excitada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora