El Ángel de la Muerte del CCG 💫 Juuzou Suzuya

💫 Capítulo 10

– El CCG –dijo Reiko, frunciendo el ceño y bebiendo su café.

– Están aquí –dijo Tn esperanzada.

– Sí...Ya es el momento.

– ¿Ah?

La ghoul bajó de la ventana, se colocó su chaqueta y miró a la humana

– ¿Terminaste tu café?

Tn asintió, Reiko terminó el suyo y dejó ambas tazas sobre la mesa, luego esposó a la contraria y tomó un bolso el cual colgó en su hombro.

– Antes de salir... –la miró.– No me interesa comerte, ni tampoco me importas tú, a quienes quiero son a tus padres.

– ¿Qué?

– Mataron a mi hermano. Te traje aquí como una advertencia para ellos. No voy a matarte ahora...pero nada me impide hacerlo; así que dile a tus padres que anden con cuidado –advirtió.

– Enfréntate a mi padre si tu problema es con él. A él no le importo, así que no importa si me matas o no.

– Claro –sonrió de lado.– Tn...tus padres te han ocultado cosas, la familia Washuu y Arima también...Debes descubrir que es aquello porque yo no puedo decírtelo.

– ¿Ocultaron? ¿A qué te refieres?

– Nuestra diversión terminó aquí, debemos irnos.

Reiko tomó a Tn de la muñeca y comenzó a correr. Cuando estuvieron en plata baja se encerraron en una habitación y la ghoul soltó a la humana.

– Hasta aquí llegamos.

– ¿Es todo?

– Sí. Ellos no sólo vienen a desmantelar Aogiri, también te buscan...así que vete.

– ¿Y tú?

– Debo unirme a mi camaradas, no permitiré que me lleven de nuevo al Kokuria. Estaré bien, tú también, ahora –abrió la puerta.– Corre.

Tn dudó un momento, pero finalmente tomó aire y comenzó a correr.

Corrió rápidamente hasta una salida. Estaba confundida por lo que había pasado, aún no lograba entender a la ghoul, sus intereses e intenciones. Al ver a un par de investigadores, sonrió y aumentó la velocidad de sus pasos.

– ¡Shinohara-san! –gritó mientras corría hasta él.

El hombre giró y, al ver a la joven, sonrió ampliamente y con alivio.

– ¡Tn! –gritó, abrazándola.– ¿Estás bien? ¿No te hicieron nada?

– No, no, estoy bien –sonrió.

–Tn –llamó alguien.

La joven se separó del mayor y giró, viendo a un hombre de semblante serio.

– ¿Padre...? –preguntó algo sorprendida.

– Ten –le entregó una bolsa negra.

Tn tomó la bolsa y la abrió, dentro estaban sus dagas quinque, ella las tomó y las acomodó en su saco rápidamente; su padre le entregó un maletín negro, era su otra quinque, ella la tomó y agradeció.

– Ahora largo –dijo serio.

– ¿Qué?

– No te quiero estorbando, vete con Maru.

– ...Sí, padre –asintió cabizbaja.

Tn se dirigió hasta donde estaba Marude. No discutiría con su padre por quedarse y participar en la batalla pues sabía que era inútil, cuando él decidía algo nada lo haría cambiar de opinión. Al llegar con Marude este la saludó y le preguntó si se encontraba bien; ella se sentó junto a él.

– Ya que estás aquí, ayúdame –dijo entregándole un micrófono.

La joven asintió, tomó el micrófono y miró a las pantallas que mostraban la activadas de los grupos.

– Habla Tn Mikami-Washu, investigadora Nivel 3 bajo el cargo de Arima. Logré salir a salvo y me encuentro ahora con el Clase Especial Marude. Desde ahora también seguirán mis ordenes –avisó la chica a los demás por el micrófono.

– Recibido, Nivel 3 Mikami-Washu –dijeron algunos al otro lado de la línea.

Al otro lado de la línea, Juuzou, quien oyó aquello, sonrió.

– Azúcar... –murmuró.

Mientras los investigadores avanzaban, Marude y Tn daban las ordenes.

– El Primer Escuadrón de las Fuerzas Principales se encontrará con el grupo avanzado del Edificio 2 –informó Tn por el micrófono.

– El "Segundo Escuadrón" marchará al Edificio 5 –informó Marude por el micrófono.

– ¡Exterminen a todo ghoul que encuentren! ...Y tráiganme a Doll con vida, la quiero en el Kokuria de nuevo –ordenó ella. El mayor la miró.

– Bien niña, podrías trabajar conmigo en la División II –sonrió, revolviéndole el cabello.

– Gracias Marude-san –sonrió y miró a las pantallas.

– Ese Amon los está exterminando a todos –rió.

– Muestren las imágenes del grupo de avanzada también –pidió.

– ¡Alguien dígame dónde está Suzuya! –gritó por el micrófono.

– Perdí de vista a Suzuya –informó Shinohara del otro lado.

– ¡Pues búsquenlo, no dejen que muera, no hasta que me pague mi motocicleta!

– ¿Motocicleta? –preguntó ella.

– Sí, el mocoso robó mis llaves y usó mi moto para saltar y adentrarse al edificio. Mató a los francotiradores, ¡Pero destruyó mi moto!

– Ay Jūzō... –murmuró y suspiró.

[Dentro del Edificio]

– Ahí estás –dijo Ayato al ver a Reiko.

– Tranquilo, estoy bien –se colocó su túnica negra.– ¿Dónde está Yamori?

– No sé, debe estar por ahí si es que no lo mataron ya –se colocó su máscara.– Vámonos.

– Sí –asintió, colocándose su máscara.

Ayato, Reiko y los hermanos Bin comenzaron a correr por el edificio.