Tu eras...

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Tus ojos fueron, como aquella luz en mi ventana, que me alumbraba  desde afuera cuando no pensaba en nada.

Tu voz era , como aquella canción tan escuchada, que después de escucharla tanto se comenzó a quedar grabada.

Tus manos frías eran como el calor de una fogata , que al estar cerca de ellas yo podía sentir la calma.

Tus labios fueron, como aquel dulce que quería, que al no saber como obtenerlo se quedó como una idea vacía.

Tus besos fueron, como una dulce fantasía, que por obtener uno de ellos esperaba todo el día.

Pero...

La luz en mi ventana no es suficiente para poder ver, a través de oscuridad que cubría todo mi ser.

Tu voz no era tan fuerte para que la pudiera escuchar, a través de todo el ruido que me comenzaba a atormentar.

Tus manos frías como el hielo, al no querer sentir dolor preferí mi siquiera acercarme a ellas.

Tus labios eran mortales como un cuchillo, hermosos como un rubí y peligrosos como las espinas que hay en mi jardín.

Tus besos dulces como la miel y peligrosos como el veneno, por muy hermosos que fueron no los quise ni tocar.

Y tu personalidad era tan hermosa como un diamante, tan pura como un buen trago de mezcal, tan perfecta en mi mundo imperfecto, tan real en mi mundo de fantasía y tan angelical en mi mundo de infierno.

Diario De Una Mente Incomprendida ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora