- Un vaso de agua, sirviente.- Ordenó el ojiverde tecleando y mirando a la pantalla del ordenador.
Ashton suspiró levantándose.
- Ya voy, West... - Murmuró cansado.
- ¡Eh! - Le llamó antes de que saliera por la puerta. - ¿Cómo te he dicho que me llamaras?
Rodó los ojos y le miró.
- Sr. West... - Bufó y salió hacia la cocina.
Sonríe y sigue buscando por internet.
Llega con el vaso de agua y West lo bebe, lo deja a un lado y Ashton se sienta.
- ¿Qué buscas? - Miró la pantalla y frunció el ceño. - ¿¡Por qué estas buscando disfraces de sirvienta!?
West siguió serio sin despegar la vista del ordenador.
- Para que te lo pongas la próxima vez que te gane. - Se encogió de hombros.
Ashton no se creía lo que le acababa de decir.
- No habrá una próxima vez. - Resopla. - Y no me voy a poner eso.
Tararea y sonríe un poco apartando la página.
- Que pena... - Se encogió de hombros. - Te hubiera follado contra la mesa si llevaras ese traje.
Al ojiazul le dio un vuelco al corazón.
¿Había dicho eso?
Tragó en seco y le miró.
"No, lo habrá dicho en broma. Para ponérmelo y después reírse de mi." pensó.
- ¡Me da igual! ¡No lo llevaré! - Frunce el ceño y aprieta los labios mirándole.
West se ríe internamente y niega.
- Entonces bésame. - Le mira serio.
Ashton sentía como si el corazón dejase de latir. Veía a West tan tranquilo y tan inexpresivo como siempre. Pero esta vez sus labios estaban más cerca.
- ¿C-cómo? - Era lo único que podía pronunciar.
El ojiaverde suspiró.
- Que me beses. - Ordenó de nuevo.
El castaño estuvo mirando sus labios por unos segundos y luego negó.
- ¡No! ¡No así! - Dijo y se levantó.
Caminó hacia la habitación de West y se encerró ahí.
El otro chico bufó.
- ¿Qué he hecho mal ahora?
***
Ashton negó no muy seguro.
- Pero sigue siendo peligroso... - Murmuró y bajó la vista.
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Ocean Eyes
RomanceAzul océano brillante y cristalino. Así describe West los ojos de Ashton, que son la razón por la que deja su miedo a un lado y desvela sus secretos.