- ¿Te puedes creer que nos conocimos en ese mismo lugar? - Murmuró Ashton señalando la cafetería. Miró a West y sonrió.
West sonrió y miró a Ashton.
- Al principio te detestaba. ¿Lo sabías? - Murmuró observando sus ojos azules.
Ashton rió y se pasó la mano por el pelo.
- A mi siempre me has gustado, West...- Empezó diciendo con una sonrisa y sus mejillas algo rosadas. -Quizá suene a estupidez pero... - Murmuró sin atreverse a mirarle.- Pensaba todo el día en ti.
West suspiró por sus palabras y dejó de caminar.
Ashton vio que se paraba y miró en su dirección.
- ¿No es bonita la luna? - Murmuró y sonrió. Ashton al verle sonrió de inmediato también.
- Lo es... - Susurró observando a West sin que este se diera cuenta.
- Se ve tan brillante, allí a lo lejos...- Murmuró el ojiverde mirando a la luna y el castaño asintió.
West lo miró de vuelta y sonrió.
Ashton nunca le había visto regalarle una sonrisa tan sincera.
Con la leve luz de la noche, sus ojos eran incluso más verdes y brillantes, en su mandíbula se hacía una línea blanca, reflejo de la luna. Sus labios se volvián de un rosa algo más pálido, que Ashton no podía evitar imaginar en los suyos. Y poder hacer una danza enredando los dedos en su blanco cabello.
West habló sacándolo de sus pensamientos.
- Supongo que ahora es demasiado tarde para disculparme por lo que te hice y dije...- Murmuró mirando a la noche, escuchando las olas deslizarse por la arena y suspiró.
El ojiazul le miró e hizo una mueca.
- No tienes que disculparte por eso...
El ojiverde se acercó al castaño, cada vez más cerca.
- Entonces si no tengo que disculparme, quizá debamos... - Sonrió y se acercó a sus labios.
Ashton tenía la sangre helada. No podía creerse que le iba a besar.
Este era el momento perfecto.
Miró sus labios acercarse, cada vez más.
West se acercó a sus labios para luego agacharse y coger la tabla de surf.
Ashton suspiró y miró a West.
¿Por qué le ilusionaba de esa manera?
- No hay nadie en la playa a estas horas, quizá podría enseñarte a surfear. - Dijo con una sonrisa y le miró.
Los bonitos ojos azules del chico se posaron sobre el agua. Estaba bastante revuelta. Y se sentía inseguro.
Le miró de nuevo con algo de nervios y suspiró.
- Pero está oscuro... - Dijo algo bajo y suspiró. - Y me da miedo.
Miró de nuevo el agua e hizo una mueca.
- Si pasa algo... -Empezó diciendo. - Siempre está el faro- Dijo y se encogió de hombros.
Ashton negó no muy seguro.
- Pero sigue siendo peligroso... - Murmuró y bajó la vista.
- Ven, vamos. - Tomó su mano delicadamente y le regaló una sonrisa más brillante que el faro que alumbraba a lo lejos.
Ashton apretó suave, juntando sus dedos con los del ojiverde. Sintiendo seguridad, como si nada malo pudiera pasarle en aquel momento. Solo por él.
Se metieron al agua poco a poco, tomados de la mano y con el suave brillo de la luna enfocándolos solo a ellos.
Ya dentro del agua, West se subió a la tabla y le miró.
- Te haré una demostración y luego tú harás lo mismo. - Sonrió y antes de poder impulsar la tabla hacia el mar adentro, el ojiazul le tomó del brazo para observarle.
- ¿Algún día podremos ir a la playa Vaadhoo... Juntos?- Murmuró y apretó los labios nervioso.
West sonrió.
- Pues claro que sí. Te lo prometo.- Dijo seguro y nadó lejos.
Ashton sonrió y se alejó un poco para poder verle llegar.
Pero no llegó.
Los brillantes ojos azules de Ashton buscaron desde la arena de la playa alguna señal de vida.
Pero no lo encontró.
La tabla de West llegó hasta la orilla, arrastrada por las olas. Con una gran mordedura a un lado de ella.
Ashton esperó toda la noche sentado en la arena a que apareciera junto a su tabla y escuchando sólamente el aterrador sonido de las olas.
Pero no apareció.
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Ocean Eyes
RomanceAzul océano brillante y cristalino. Así describe West los ojos de Ashton, que son la razón por la que deja su miedo a un lado y desvela sus secretos.