Locura durmiente

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Alguna vez me pregunte que se sentiría perderse en el vacío, lo que era sentirse completamente solo y desorientado. Lo que los estudiosos llaman caer en la locura.

Durante mucho tiempo trate de sacar el mayor jugo a mi propio intelecto, probablemente fue en este punto en el que todo ocurrió, la vida se volvió interesante y aburrida a la vez. Dicen que cuando pasas mucho tiempo en este estado tiendes a sentir...cosas.

Un día empecé a jugar con fuego, me quedaba largas horas en silencio y estas parecían minutos, despues sentía un intenso dolor en mi cabeza. Pero eso era bueno, progresabamos cada día mas y mas.

Recuerdo, que en una ocasión me quede tanto tiempo que me desmayé. Mientras estaba inconsciente lo vi...me vi.

Eramos iguales.

                 -¿Qué te traé aqui? - me preguntó.

                -Conocimiento- le dije

Comenzó a reir.

               -Tu sabes que el conocimiento requiere sacrificio. ¿Cierto?- me dijo entre risas.

               -Es por eso que estoy aqui. Para jugarme el todo por el todo.- respondí.

              -¿Estas seguro de ello?- preguntó- No habrá vuelta atras despues de esto.

              -Muy seguro- dije confiado.

Volvió a sonreir.

              -Te mereces un reconocimiento. No muchos llegan hasta este punto vivos. Lastimosamente algunos son sorprendidos por él y terminan siendo castigados. Pero tu, amigo mío- dijo agitando su dedo hacía mi- tu te las arreglaste para llegar hasta mi. Y como recompensa- hizó una pausa- ¡Bienvenido a mi morada!

Cuando terminó. Desperté en mi cama. Todo fue un sueño me dije. Era imposible que por un simple desmayo alcanzará otro nivel de conocimiento.

Me puse las manos en el rostro mientras inhalaba aire profundamente.

Sangre.

Me senté en la cama de golpe y empecé a revisar mi cuerpo para ver si tenía alguna herida, quizás por un golpe al desmayarme. Pero no, estaba sano, no era mi sangre.

Me levanté de la cama y a medida que caminaba veía un rastro de sangre que se esparcía por toda la casa. Me acerqué a los cuartos y lo escuché.

                -Te gusta este cuadro- me preguntó desde el interior de mi cabeza.

                -¿Q-qué es todo esto?- le dije temblando.

Mi vista se nublaba. Sentía como las piernas me pesaban con cada paso mientras mi voz enmudecida llamaba a mis padres, a mi hermana.

              -Vamos, ¿no me digas que estas asustado?- dijo entre carcajadas.

              -¡¿Qué les hiciste?!- grité mientras caía de rodillas.

             -¿Yo?- rió- No amigo mio. Tu lo hiciste.

Abrí la primera puerta y me encontré con el primer cuadro, mis padres se encontraban en cama sin vida, al parecer alguien les hizo un corte en la garganta y dibujo con su propia sangre en la pared: EL CAMINO QUE ESCOGÍ.

           -Sabes. Tuviste mucho valor al llegar hasta mi. Yo, vivo en las personas y normalmente estas me ignoran y me encierran en una carcle dentro de sus pequeñas mentes. Mientras que otros sentimientos más dañinos crecen hacia el exterior.

           -¿Por qué?- le pregunte sollozando.

          -Aun no lo entiendes. Yo te lo advertí mi querido amigo. Pero quizás la siguiente puerta te  refresque la memoria.

Con las ultimas fuerzas que me quedaban corrí hacia el cuarto de mi hermana. El escenario que vi me dejo helado. Ella se encontraba en una esquina, parecía como si hubiera tratado de defenderse porque todo el cuarto estaba destrozado, ella estaba cubierta en sangre. Su mirada que antes reflejaba ternura solo se consumió en el miedo. Y sobre ella: SACRIFICIO.

No pude continuar viendo eso.

           -Amigo mío- dijo alegremente-  no hay que ponerse serios. La locura vive en todos, eliminamos los limites del cuerpo y hacemos que las personas hagan cosas que no haría  estando en un estado normal. Pero para eso, debes saber lo que es la desesperación y la soledad, sentirse desorientado para luego aprender cual es tu lugar. Esta hecho el sacrificio, permiteme tomar control para poder darte el conocimiento que tanto anhelas.

Sentía como mi lado cuerdo iba desapareciendo, lo sabía porque empezaba a notar que me agradaba aquel sangriento ambiente nocturno.

Entonces lo sentí.

Alguien me observaba, inmóvil desde las sombras.

Me dí la vuelta y mi mirada se encontró con la suya, ó eso creía ya que su rostro estaba totalmente cubierto, solo vestía un traje mortuorio y la oscuridad parecía emerger de él.

Se acercó a mi.

La locura empezó hablandolé a la muerte.

              -¡Alto!- le gritó y comenzo a reir- Tardaste en llegar. Cada vez eres más lento. Es hora de su castigo ¿verdad?. Que mal, me hubiera gustado disfrutarlo un poco más.

Sentía como mi cuerpo empezaba a evaporar un fuego de color rojo desde la mitad derecha, color sangre, sangre inocente.

Con una mirada suplicante, le pedí a la muerte que me castigará, que me quitará la vida que habia tomado.

Él, tan solo asintió, y con un susurro acompañado de un movimiento de su mano, silenció mi vida.

Ó eso pensé.

Desperté en algun lugar, sin decoración alguna y totalmente vació, vestido con una bata oscura en un ambiente que parecía una jaula, lo único que decoraba el lugar era el tono oxidado de las paredes y mis pensamientos.

Es un castigo justo para alguien como yo, ahora conozco la soledad, la desesperación, el sentirme perdido.

El último susurro de aquella nochd aún vive y vivirá por siempre.

"No te preocupes, encarcelaré a la locura de nuevo y me aseguraré que tu castigo sea digno"







         


DOCE: Antes De MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora