-Princesa Amelia, ya es hora de despertarse.- escuché la voz de un hombre. Abrí lentamente mi ojo derecho y ví a un anciano en la puerta.
-¡Ahhhhhhhh!.- grité por el susto, no sabía quien demonios era. El señor abrió los ojos como platos y me miró al igual que yo a él.
-Princesa, no debe gritar así tan temprano. Soy Winston, su fiel mayordomo.- El anciano hizo una reverencia brebe y luego abrió las puertas, haciendo que pasaran tres chicas vestidas de ¿niñeras? O bueno, yo las veía como eso.
-Buenos días princesa Amelia, somos sus mucamas y la ayudarémos en todo lo que sea posible.- las tres caminaron hacia el enorme armario en el cual habían demasiados vestidos, no quería ponerme ninguno, no estaba acostumbrada a eso. Así que me levanté y caminé hacia mi maleta, tomé unos jeans y una camiseta con una chompa de cuero y me fuí al baño para cambiarme, pero cuando salí en mi cama habían dejado un vestido rosado con unos zapatos dorados. Tomé la ropa y la guardé en el armario, ni loca me pondría eso.
Salí y me encontré con mi primo, quien me tomó del brazo y me jaló hacia la salida. Hizo que me sentara en su carro y comenzó a manejar.
-¿Qué hiciste? ¿Por qué me trajíste?- pregunté mientras miraba a todas partes.
-¡Llegarémos tarde! ¡Levantate temprano para la próxima! ¿De acuerdo?- lo regresé a ver y lo miré extrañada. ¿A dónde llegaríamos tarde?, no lo sabía, pero me dió igual y en pocos minutos llegamos a una enorme mansión en la cual entramos y subímos corriendo al segundo piso, ni si quiera tuve tiempo para saludar con las personas que estaban ahí.
Mi primo tocó la puerta de una habitación y cuando esta se abrió noté a un ¿maestro? y a varios chicos, bueno no varios, pero lo que más me impactó fue ver la perfecta cara de Theodor, el príncipe vanidoso.
-Príncipe Alonzo, proceda por favor.- mi primo entró y se sentó en una banca que estaba al último. Noté la mirada del hombre fija en mi.- Princesa Amelia, es un placer y realmente un honor tenerla aquí, entre y colóquese en donde usted desee.- asentí con la cabeza y entré para toparme con chicas con vestidos cortos de flores y tacones altos, me miraban divertidas y comenzaron a rumorear. No les presté atención y me senté en una banca que estaba al lado de la ventana.
Pasaron las horas y lo único en lo qué pensaba era en; ¿Cómo estará Oscar sin mi?. Todavía no había asimilado que Oscar era mi novio, y que lo tuve que abandonar gracias a la bendita nobleza que, extrañamente, me comenzó a caer realmente mal.
Era todo lo contrario a lo que pensaba. Todos los que me rodeaban me trataban como a un insecto raro.De repente mi celular comenzó a vibrar sacandome de mis pensamientos. Vi la pantalla y se trataba de un mensaje de Felix.
》Felix: ¡Hola "princesa"! ¿Cómo le va a la nobleza hoy?
》Casey: No me molestes Felix, sabes que odio que utilices tu sarcasmo conmigo.
》Felix: Lo siento Casey, pero es algo tan loco... ¿Tú? ¿Princesa? Jamás me lo hubiera imaginado.
》Casey: Ni si quiera me lo esperaba yo, Felix. Bueno, aunque era mi sueño y es raro que se haya hecho realidad pero, realmente es raro. Solo puedo decir eso... es muy raro.
》Felix: Lo sé Casey. Oye si soy tu mejor amigo ¿No tengo un puesto en la realeza? No sé, Duque, Príncipe.
Me comencé a reir bajito para que no me escucharan.
》Casey: No Felix, solo eres "El amigo de la Princesa"
》Felix: Bueno, pero soy "EL AMIGO DE LA PRINCESA DE ARGATI"
》Casey: ¡FELIX NO ES ARGATI! ¡ES ARGATH! ¡NIÑO DOWN!
-Princesa Amelia, ¿Está poniendo atención?- me quedé helada viendo al maestro con una sonrisa nerviosa.
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¿Yo? ¿Princesa? [EDITANDO]
FantasíaEl principe Theodor Cippriano necesita casarse para convertirse en rey, lo que no es mucho problema para él, ya que su abuelo arregló eso hace algunos años, incluso antes de que él naciera. Lo que le preocupa es que la chica no es una princesa, y te...