Capítulo 9

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-Princesa Amelia, ya es hora de despertarse.- escuché la voz de un hombre. Abrí lentamente mi ojo derecho y ví a un anciano en la puerta.

-¡Ahhhhhhhh!.- grité por el susto, no sabía quien demonios era. El señor abrió los ojos como platos y me miró al igual que yo a él.

-Princesa, no debe gritar así tan temprano. Soy Winston, su fiel mayordomo.- El anciano hizo una reverencia brebe y luego abrió las puertas, haciendo que pasaran tres chicas vestidas de ¿niñeras? O bueno, yo las veía como eso. 

-Buenos días princesa Amelia, somos sus mucamas y la ayudarémos en todo lo que sea posible.- las tres caminaron hacia el enorme armario en el cual habían demasiados vestidos, no quería ponerme ninguno, no estaba acostumbrada a eso. Así que me levanté y caminé hacia mi maleta, tomé unos jeans y una camiseta con una chompa de cuero y me fuí al baño para cambiarme, pero cuando salí en mi cama habían dejado un vestido rosado con unos zapatos dorados. Tomé la ropa y la guardé en el armario, ni loca me pondría eso. 

Salí y me encontré con mi primo, quien me tomó del brazo y me jaló hacia la salida. Hizo que me sentara en su carro y comenzó a manejar.

-¿Qué hiciste? ¿Por qué me trajíste?- pregunté mientras miraba a todas partes. 

-¡Llegarémos tarde! ¡Levantate temprano para la próxima! ¿De acuerdo?- lo regresé a ver y lo miré extrañada. ¿A dónde llegaríamos tarde?, no lo sabía, pero me dió igual y en pocos minutos llegamos a una enorme mansión en la cual entramos y subímos corriendo al segundo piso, ni si quiera tuve tiempo para saludar con las personas que estaban ahí.

Mi primo tocó la puerta de una habitación y cuando esta se abrió noté a un ¿maestro? y a varios chicos, bueno no varios, pero lo que más me impactó fue ver la perfecta cara de Theodor, el príncipe vanidoso. 

-Príncipe Alonzo, proceda por favor.- mi primo entró y se sentó en una banca que estaba al último. Noté la mirada del hombre fija en mi.- Princesa Amelia, es un placer y realmente un honor tenerla aquí, entre y colóquese en donde usted desee.- asentí con la cabeza y entré para toparme con chicas con vestidos cortos de flores y tacones altos, me miraban divertidas y comenzaron a rumorear. No les presté atención y me senté en una banca que estaba al lado de la ventana. 
Pasaron las horas y lo único en lo qué pensaba era en; ¿Cómo estará Oscar sin mi?. Todavía no había asimilado que Oscar era mi novio, y que lo tuve que abandonar gracias a la bendita nobleza que, extrañamente, me comenzó a caer realmente mal.
Era todo lo contrario a lo que pensaba. Todos los que me rodeaban me trataban como a un insecto raro.

De repente mi celular comenzó a vibrar sacandome de mis pensamientos. Vi la pantalla y se trataba de un mensaje de Felix.

》Felix: ¡Hola "princesa"! ¿Cómo le va a la nobleza hoy?

》Casey: No me molestes Felix, sabes que odio que utilices tu sarcasmo conmigo.

》Felix: Lo siento Casey, pero es algo tan loco... ¿Tú? ¿Princesa? Jamás me lo hubiera imaginado.

》Casey: Ni si quiera me lo esperaba yo, Felix. Bueno, aunque era mi sueño y es raro que se haya hecho realidad pero, realmente es raro. Solo puedo decir eso... es muy raro.

》Felix: Lo sé Casey. Oye si soy tu mejor amigo ¿No tengo un puesto en la realeza? No sé, Duque, Príncipe.

Me comencé a reir bajito para que no me escucharan.

》Casey: No Felix, solo eres "El amigo de la Princesa"

》Felix: Bueno, pero soy "EL AMIGO DE LA PRINCESA DE ARGATI"

》Casey: ¡FELIX NO ES ARGATI! ¡ES ARGATH! ¡NIÑO DOWN!

-Princesa Amelia, ¿Está poniendo atención?- me quedé helada viendo al maestro con una sonrisa nerviosa.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2017 ⏰

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¿Yo? ¿Princesa? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora