Es Hallowen. Y como cada noche, mis colegas y yo nos reunimos en el piso de Alberto para ver pelis de terror.
Es una tradición que llevamos a cabo desde hace 8 años. Desde que el padre de Alberto nos puso Viernes 13. Éramos pequeños, y acabamos aterrorizados con el film, pero nos encantó la sensación de pánico en medio de la oscuridad durante el visionado y ver a los otros gritar tan espantados era muy divertido. Sus reacciones al ver al asesino detrás de su víctima, listo para darle matarile, tronchantes. Como digo, una sensación tan agobiante, pero a la vez tan divertida que decidimos que cada Hallowen, visionaríamos una peli de terror para disfrutarlas. Y así vamos a hacer esta noche.
Tres fueron las peliculas elegidas: La Cosa de John Carpenter, un clásico del terror con escenas bastante inquietantes y mucha intriga. Tras eso, You´re Next, una reciente pero muy buena, empezando como una slasher mas para luego dar un inesperado giro. Y por último, Braindead, conocida aquí con el rimbombante título de “Tu madre se ha comido a mi perro”, dirigida por nada menos que Peter Jackson. Mucha sangre y vísceras, pero muy divertida, con un memorable final. Como digo, tres filmes, con las dosis justas de terror, sangre y tensión para divertirnos toda la noche.
Ya eran las 04:00 de la madrugada y era hora de volver a casa. Me despedí de mis colegas y puse rumbo a mi hogar que se encontraba en el centro, así que me esperaba una larga caminata. Las calles estaban ya desiertas. Más temprano todo era un alboroto. Niños disfrazados de toda clase de cosas yendo de un lado para otro, pidiendo caramelos o simplemente montando alboroto, mientras sus padres les perseguían para evitar que se hiciesen daño. Otros, de mi edad, también llevaban disfraces, pero no iban a pedir caramelos, sino más bien a emborracharse y follar. Yo pasaba de eso. Tenía mi tradición y para mi, era lo más sagrado. Sorprendía el contraste de paz que reinaba ahora frente al alboroto inicial. Ya ni siquiera pasaban coches. Todo tan tranquilo que me empecé a inquietar. Uno no sabe lo que se puede encontrar por las calles.
Un amigo me contó una leyenda que tuvo lugar en nuestra ciudad. Dice que hace muchos años una joven chica muy hermosa pero bastante tímida cayó enamorada de un hombre. La chica era incapaz de acercarse a él, vivía recluida en su casa. Solo podía verlo desde la ventana y aunque anhelaba estar con él y que se fijara en ella, nada podía hacer. Entonces, hizo un pacto con el Diablo, para que su amado se fijara en ella. Ella, inquieta por el trato, le preguntó qué era lo que le debía de entregar a cambio. El demonio no le dijo que era, solo le explicó, que su día más feliz aparecería para recibir lo que ella le debía. Así, a la mañana siguiente la chica recibió la visita del muchacho. Enseguida él se enamoró de ella y comenzaron a salir. La chica fue muy feliz durante todo ese tiempo, y casi se moría al enterarse de que él quería casarse. El día de la boda, la chica se sentía radiante. Pronto contraería nupcias con el hombre al que tanto había amado. La ceremonia empezó y todo fue muy bien. Y justo cuando iban a darse el sí quiero, un círculo de fuego apareció en mitad de la gran sala del monasterio. De el surgió el demonio, que venía para zanjar el trato. Sin mediar palabra, el horrible ser se acerco al muchacho y hundió sus garras en su pecho, extrayendo de él su corazón, que aun palpitaba. Ante todos, el demonio devoró el corazón, mientras la chica vio horrorizada como su amado moría y maldijo a la bestia. Esta, con todo el desprecio del mundo le espetó que su trato no se zanjaría nunca y tras esto, desapareció. De la pena que tenia, la chica murió al cabo de las semanas. Pero el dolor de perder a su amado, la ancló en nuestro mundo y se dice, que cada noche de los muertos (o sea Hallowen), esa mujer vaga con su traje de boda, llorando por la perdida de su ser querido. Dicen, que quien escucha esos sollozos y sigue a esa mujer, desaparece sin dejar ni rastro. Se la conoce como la Dama de Blanco.
Yo, por supuesto, no me creo esas historias. Pero en una noche tan solitaria y extraña como esta, cualquiera se fía. De repente, comenzó a llover. Un autentico aguacero, que me obligaba a cubrirme en donde podía, pero tenía que llegar a casa, así que no me quedaba más remedio que mojarme. Iba caminando mientras la lluvia caía por todo mi cuerpo, cuando escuché algo. Un grito. O más bien, un llanto. Un llanto quebrado, agudo, uno de esos llantos que te hielan la sangre. Parecía desgraciado y dolorido, como si la persona hubiese pasado por una terrible experiencia y ahora fuera la más triste del mundo. Una mala sensación recorría mi cuerpo. Solo escuchaba el sonido de la lluvia cayendo, pero enseguida volví a oír el lamento. Y esta vez más cerca.

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Noche de Halloween
HorrorNo vayas solo de noche, sobre todo si es Halloween. Portada de pompon59.