Cuando Lucifer llegó a lo que llamaban infierno, las sombras se esparcieron asustadas, no reconocían a Satán, y era aun mejor puesto que lo consideraban un traidor. Satán hablo.
-Queridos míos, fui engañado por nuestro viejo amigo, Jehová, pues me a convencido de ir con el a base de falsas promesas, así cómo a todos ustedes, a mi también me traicionó yo he venido a liberarlos a todos ustedes, confíen en mi, y juntos cambiaremos el universo.
Todos los presentes lo miraban asustados, pues no reconocían su aspecto. Belfegor rompió el silencio que los inundaba.
-¡¿Quien eres tú y como sabes de nosotros?! Mencionó enojado.
Entonces Satán bajo desde lo alto y lo miro a los ojos. Con la fría esperanza de que así lo reconocería.
-Yo soy su viejo amigo, Satanás, Jehová hizo un cambio en mi, y gracias a eso he podido ver el daño que les hemos causado, yo no tenía idea de este lugar ni de lo que habitaba aquí, Belfegor...amigo, te lo ruego, perdonadme.
Belfegor lo miro con ternura, pues sabía que era su amigo, Satán había regresado, y tenía la pequeña esperanza de que efectivamente, los liberaria.
-Te perdono Satan, te hemos echado de menos. Dijo en voz baja mirando a su amigo. Y entonces exclamó
-¡Amigos, Satán a llegado a casa! ¡Nos dará la libertad!
Todos gritaron con fuerza, sintiendo en sus entrañas gotas de felicidad y esperanza.
Así Satán se convirtió en su nuevo líder.
Por el otro lado Jehová ya había creado a todo tipo de animales, y a unos seres parecidos a sus Ángeles , sólo que sin poder y mucho más normales, los llamó mortales, humanos, seres delicados y débiles. Creo un paraíso para ellos. Evitando que tuvieran el conocimiento divino les prohibió comer del fruto más bonito que crecía en el Edén. Y allí fue cuando la traición se convirtió en venganza. Satán los había observado por varios días, pero obviamente no podría entrar así como así al paraíso pues los Ángeles lo descubrirían, así que tomó el cuerpo de una serpiente que estaba posada en una rama.
Eva que estaba en el río se percató de que dicha serpiente la observaba, la serpiente actuó rápido y persuadio a Eva para comer del fruto y así se diera cuenta de la verdad, y así fue, tanto como la serpiente persuadio a Eva, Eva persuadio a su esposo Adán, ambos comieron del fruto, cuando Jehová se enteró de su traición los expulsó del Edén y les dio dolorosos castigos, así como a la serpiente la obligó a arrastrarse sobre la tierra y así sería por los siglos de los siglos. Pasaron los años Jehová era considerado un traidor por las sombras a las que renombraron demonios, Satán se convirtió en el líder más fuerte del infierno, también comenzó a crear singulares seres con poderes fascinantes, Hadas, Gnomos, Duendes, Diablillos, Salamandras y Sirenas. Todos esos seres eran bellísimos pero hubo uno en particular que sobresalía de todos ellos, seres de gran tamaño con poder infinito, ojos penetrantes y piel escamosa, su color dependía de su clasificación de poder, tenían colas largas y brillantes, eran perfectos, los llamó Dragones. Con el paso de los años los humanos fueron creyendo en Jehová, su dios, y repudiaron a los demonios ya que creian que eran seres malignos...Satán quería subir a la tierra para observar a los humanos de cerca y ver sus nuevas costumbres y creencias, así que se acercó a un jardín que estaba cerca de un lago. Pero lo que encontró fue algo más que un simple humano, una joven con increíble belleza que observaba las flores con suma delicadeza, cuando Satán decidió salir de su escondite para presentarse con aquella joven, ella se percató de que no era la única en ese lugar y se levantó a mirar a Satán, cada detalle de su rostro le parecía divino y bello. Sus ojos color esmeralda, su cabello rojizo, sus labios rojo carmesí...y su delicada voz, Satán era un hombre fuerte, pero ella, se había convertido en tan sólo 3 segundos en su debilidad más grande. Satán estaba cautivado por la belleza de Zeita, su cabello café, largo y hermoso, sus ojos claros como el atardecer, todo en su rostro congeniaba a la perfección y vaya que el conocía lo perfecto, pero jamás nadie le había parecido tan hermosa. Las sombras, los demonios e incluso los Ángeles no sentían amor alguno, o no lo habían descubierto, en ese momento Satán se había enamorado de una mortal, una mortal con una belleza imposible de ignorar, Satán por primera vez, sintió calor en su vacío corazón. Cuando Satán salio a su encuentro, ella no se asustó, parecía sorprendida, si, pero sentia en su interior que Satán tenía magia en todo su ser, es por ello que, también se enamoró de el.
Satán le contó de donde provenía y quien era, ella no se asustó ni tampoco intento huir de el, lo aceptó y lo amo conforme pasaron los dias, Satán se había enamorado de una humana y sabía lo peligroso que era, así que lo mantuvo en secreto, escapando de las paredes del infierno todas las noches para poder verla, la amaba tanto que no podía soportar la idea de que algo le sucediera a causa de el, pues ella corría peligro por haberse enamorado de un demonio. Un amor que sin duda sería doloroso. No paso mucho tiempo cuando Zeita quedó embarazada, ambos estaban muy felices...meses después dio a luz a una bella y sana bebé. Pero no todo era felicidad pues los enemigos de Satán se enteraron de su esposa humana y su pequeña bebé. Así que hicieron todo lo posible por dañarla, querían que Satán sufriera y lo harían pagar a toda costa. Zeita y Satán se percataron del peligro que corrían así que se escondieron con su pequeña, en un lugar donde nadie sabría de su existencia, o eso creían. Pasaron los días y todo iba perfectamente, Zeita y la pequeña princesa demonio estaban a salvo, mientras que Satán gobernaba felizmente en el infierno. La primera victoria de Satán fue liberar a las sombras de su dolor, pues se propuso a darles años y años de gozo. Y claramente...sin contar como victoria pero si motivó de su felicidad, Zeita lo amaba. Y estaba dispuesta a darlo todo por el, pese a que era un demonio y un ángel a la vez, ella sólo lo veía como Satán, un joven maravilloso.
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Zuand
FantasyBasada en la realidad, en lo que posiblemente no vayas a creer. Pero que no lo hagas no significa que este mintiendo. Sin más que decir, bienvenido.