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Imagina...
—Adiós mamá. Adiós papá. Los veré en dos semanas. Cuídense mucho. Los amo— dices dándoles un fuerte abrazo. Tu vuelo a Nueva Orleans saldrá en cualquier momento. Tienes que apresurarte. Tomás tu maleta y subes al avión. Ya que habías ahorrado lo suficiente, te diste el lujo de comprar en primera clase.
Eres de las primeras pasajeras en abordar. Tu fila es la tercera. Acomodas tu maleta y te sientas. Miras por la venta. Extrañarás tu ciudad el tiempo que estarás fuera. Aunque es poco, sabes que la extrañarás. ¿Pero qué podías hacer ahora? Ya estás dentro del avión. Además, has anhelado estas vacaciones desde siempre.
Los pasajeros siguen abordando. Los miras atenta, preguntándote cuál de todas las personas que cruzan por la puerta será tu compañera por el resto del vuelo.
La fila de personas se detuvo, no entran más pasajeros por un largo rato, y sigues sin tener un compañero. La azafata comienza a cerrar la puerta. Pero justo unos cuarenta centímetros antes de cerrarse, una mano viniendo desde afuera la detiene. —Espere por favor—suplica la persona. La chica abre de nuevo la puerta.
Por la cual, cruzó un chico alto, de piel clara y pelo oscuro. Sus ojos miran el boleto y luego se dirigen hacia los asientos, una y otra vez mientras avanza lentamente buscando su lugar.
Al fin, su mirada se detiene a tu lado, después, los ojos se dirigen a ti. El chico se encamina hacia tu fila, y después de un minuto, ya se encuentra sentado a tu lado. Su cara es tan familiar. Sientes que ya lo has visto antes. Lo sabes. —Disculpa, ¿nos hemos visto antes?—por fin dejas escapar.
Él te mira —no lo creo. ¿Por qué?— preguntó sonriente.
—No lo sé...te me haces...familiar.
—Tal vez me conoces por los Magcon Boys.
Confundida, añades—los ma..¿que? Lo siento, no entiendo.
—¿Magcon Boys? ¿No nos conoces?
—Mmm...no, lo siento.
—Bien, no te preocupes. Soy Aaron Carpenter. Sabes, deberías buscarnos cuando puedas, sé que te agradaremos— lanzó un guiño que hizo sentirte sonrojada, y en seguida lo recordaste.
—Por supuesto, claro. Aaron Carpenter. Creí que no nos volveríamos a ver. Ha pasado mucho tiempo.
Él lucia confundido. Al parecer no lucias nada familiar para él.
—Soy y/n. De séptimo. La clase de la señorita Cavanaugh. Estuvimos en secundaria juntos. Salimos una vez y derramaste refresco por toda mi blusa— dejaste escapar una risa al recordar el momento.
—Claro, y/n. Sí, sí. Cómo olvidar ese momento— él rió junto a ti.
No pudieron guardar silencio en todo el vuelo. Hablaron como si se conocieran de siempre.
Al bajar del avión. Llegó la hora de despedirse. Se dan un largo abrazo.
—Fue bueno verte de nuevo. Cuídate— le dices.
Él extiende su mano, con una nota en ella. Es su número de teléfono.
—Llámame— guiñó su ojo por última vez. Y lo observas darse media vuelta y alejarse. No podías esperar a llamarlo y oír su voz una vez más.
