I hate u, I love u

I hate U

"No te olvides de mí" recordaba que Afuro le había dicho eso antes de darle un beso y subir a ese avión que separaría sus caminos para siempre. Afuro y él se conocían desde muy pequeños, habían sido grandes amigos y, con el tiempo, grandes amantes pero, eso era todo lo que eran. Amantes. No había lazos de amor entre ellos, sólo dos chicos que querían pasarla bien.

- Hermano, ¿no vas hoy a tomar algunas fotos?

Suzuno miró hacia la puerta de su habitación. Su hermana melliza lo miraba con una pequeña sonrisa y los ojos llenos de preocupación. Sabía que su hermano no era muy expresivo y temía que la marcha de Afuro lo estuviera matando por dentro. Aunque no fuese así.

El albino se levantó pausadamente, cogió la cámara que su hermana sostenía entre sus pálidas manos y le dio el mejor intento de sonrisa que pudo. No solía ser muy afectivo con la gente y, no solía demostrar lo que sentía pero, él haría cualquier cosa por su hermana.

- Volveré en un rato - le dijo antes de salir, a lo que ella asintió.

Vivían en una pequeña casa en un barrio bastante desagradable. La gente no vivía bien, la mitad de los vecinos discutían, se drogaban y no tenían trabajo pero aquella no era su situación. Él era un hijo de un mafioso por lo cual, su familia no sólo tenía sobrenombre sino que también una cantidad de dinero impresionante de la que no le gustaba fardar.

Es verdad que quizás no fueran la familia más sana. Su hermana y él siempre iban de fiesta y no les importaba drogarse, beber o fumar, incluso practicar sexo con extraños, pero ellos sí que iban a una buena preparatoria, y luego a una buena universidad. Tenían todo lo que querían.

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Tomaba las últimas fotos del día. Los vecinos comenzaban a salir para trabajar, aquellos que tenían trabajo y, algunas personas llegaban de las fiestas a las que habían ido la noche anterior. Entre esas personas, estaban la chica y el chico que ocupaban gran parte de sus fotografías.

Los hermanos Nagumo siempre llegaban muy tarde cuando salían de fiesta. Sus ropas siempre estaban desgarradas y el maquillaje de la chica siempre corrido, como si hubiese llorado. Él, sin embargo, parecía igual sólo que sus labios siempre volvían más hinchados y, como no, sus ojos ámbar no tardaron en encontrarse con los del albino.

- Entra en casa, tengo que ir a hablar con el maricón ese - le dijo a su hermana.

Se remangó las mangas de la camisa blanca que llevaba y se acercó a dónde estaba el joven de ojos azulados.

- ¿Volviendo a hacerme fotos, maldito acosador? - dijo al llegar al lado de él - ¿Qué pasa que necesitas fotos mías para poder masturbarte bien? Das asco. Tú y tu rollo homosexual, no sé cómo eres capaz de salir a la calle.

El albino ni siquiera se dignó a mirarlo. Lo ignoraba mientras continuaba haciendo sus últimas fotos para poder volver a su casa tranquilamente, como hacía siempre. Tenía que prepararse para la fiesta de esta noche, iba a ser algo grande.

Nagumo, se puso de los nervios al ver que el otro no le hacía caso así que, le quitó la cámara de las manos.

- ¿Tendrás aquí fotos de tu novio? - dijo mientras que se iba a la galería y comenzaba a ver las fotos - Son horribles, ¿no te da vergüenza salir con una cámara para hacer esto? Los gays no servís para nada.

Se quedó callado al llegar a las fotos que quería. Sin embargo, no eran fotos de Afuro lo que encontró sino que eran del propio Suzuno echas por otra persona mientras dormía. Iba a decir algo nuevo pero notó como unas manos hacían presión contra él.