Balas de plata, ¿dónde consigo balas de plata? Pensándolo mejor, ¿dónde consigo un arma? Mis preguntas no interrumpen mis circunstancias y es que tenía un lycano peligroso frente a mí. Lo más irónico que pueda ocurrir es que me contagie de licantropía pero no le dí más cuerda a la que puede arruinar las historias.
Más bien, el lycano no me dio más tiempo pues se abalanzó a atacarme y tuve que tirarme a un lado, cosa que no planifiqué bien, pues creo que hubiese preferido recibir su golpe. Fue entonces momento de aterrizar mi consciencia en ese instante. Había muchos árboles, lugar perfecto para él y sus dichosas acrobacias. Desde donde estaba podía venir de cualquier lado. Necesitaba espacio abierto y recordaba que anteriormente había caminado por una especie de plaza dentro del parque. Esperé su segundo intento de atacarme para evitarlo y correr hacia allá.
Algo curioso durante este incidente, no me he percatado de la incesante de sed. Debo pensar más su por qué pero sigamos buscando ventaja sobre nuestro canino compañero. Tras unos breves minutos ya había llegado a la plaza. Había mejor luz y el cielo estaba mucho más despejado. Algo no cuadra con lo que esta ocurriendo. Estoy en la plaza y el no da indicios de querer acercarse. Sabe que lo espero y su temor es mi ventaja. Pero el silencio fue nuevamente dueño de ese lugar y sí, estaba lentamente socavando mis ganas de enfrentarlo. ¿Un lycano es más peligroso que un nocturno?
Si bien muchas de sus víctimas terminan descuartizadas, cosa que nosotros también hacemos, a muchos le entregan su mal. En realidad nos parecemos muchísimos, ¿qué me diferencia a ese ser? Quiero que aparezca y que termine esta encomienda. ¿En serio? ¿Me va a hacer volver a los árboles?
Volví a tirarme a los árboles, hay algo que no cuadra, lo sé y ya no me importa. Mientras camino hago más ruido de lo común, quiero que aparezca. Por otro lado, ¿con qué lo contendría? Olvídalo ya sólo quiero que aparezca. Unos cuántos tramos y nada, pareciese que estuviese solo. Exacto, nunca lo estuve pues mi pesado colega tampoco estaba por ningún lado. Creo que ya lo estaba entendiendo. ¿Por qué lo hizo?
No dio tiempo de pensar más. El lycano pareció salir de la nada y atacarme. Solo me dio tiempo de protegerme con mis brazos. El impacto me lanzó contra un grueso y doloroso tronco. Ya lo logró, el coraje lo sentía por todo mi cuerpo y la sensación era excitante. Corrí hacia el lycano y no se resistió en recibir mi ataque. Estas criaturas no piensan mucho realmente pues mi golpe se dirigió directo a su abdomen y seguro que no lo esperaba venir. Así mismo rugió y apretó sus garras en mi brazo. Era fuerte el canino porque logró lacerar la carne. Debía doler pero solo había deseos de atacar.
Volví a golpearlo en el estómago y por desgracia soltó su grave aliento en mis rostro. Acto seguido le dirigí una patada en el rostro que logró alejarlo de mí. Mi instinto o lo que sea que fuese quería acabarlo. En mis manos sentía el cosquilleo mientras comenzaban a endurecerse como garras. Me estaba trasformando en un monstruo.
- Se acabó, lamento tu suerte- le dije determinado a acabarle su suerte.
El lycano se lanzó nuevamente a atacarme y ya lo estaba esperando. Creía saber su destino cuando un disparo cambio es desenlace de todo. La criatura cayó encima de mí brotando sangre de su rostro.
-Balas de plata, el único remedio de un lycano- dijo quien estuvo ausente durante todo este tiempo y llegó a arrebatar mi mérito.
Es entonces que tirado en el piso y en condiciones desafortunadas pude ver qué no cuadraba: la Luna.
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El Testimonio del Nocturno
МистикаLas noches se vuelven intensas con el deseo. Se incendía mi interior al pensar en devorar y saciar mi sed con mis víctimas... ¿O acaso la victima soy yo? Este es mi testimonio... La vida de un ser que en las noches tiene un deseo que por más que in...