1.14 h
Cross y Gutts llegan con el coche. La Locura no está con ellos. Salen del vehículo con apariencia de estar decepcionados por algo. Parece que todo ha acabado.
— La madre que lo/la parió. Me costará quitarme esa imagen de la cabeza —dice Cross.
— ¿Y qué querías? Esto ha acabado tan de repente como empezó.
— Pero todo ha sido demasiado fuerte para mi mente. Para mí que el autor de esto nos ha enviado a la Locura para torturarnos mentalmente.
— Venga, va, no exagere.
— ¿Pero usted ha visto cómo se la ha cargado?
— Sí. Se ha lanzado contra la chica, le ha abierto las piernas, se ha metido dentro de ella a través de la vagina y la ha hecho explotar. Intento no pensar demasiado en la imagen. Tampoco me imaginaba que la chica cayera tan rápido. Supongo que la pobre no se lo esperaba.
— Lo peor ha sido lo de después.
— ¿Ah sí? ¿Cuándo?
— Justo antes de que yo saliera corriendo de allí, cuando la Locura se ha estirado en el suelo con las piernas apuntando hacia mí y las ha abierto diciendo "Ahora te toca a ti, Cross". Lo peor es que le salían ojos y dientes de la vulva. Aquello sí que me ha traumatizado.
— Ah, eso. Es que cuando comenzaba a estirarse yo ya estaba mirando hacia otro lado. Me alegro de no haberlo visto.
— Bien, cambiando de tema... Ahora ya sólo queda la sede de la Protolocura Management, de la que se encargará el autor de esto. ¿Qué hará por la mañana, Gutts? Mañana... Quiero decir, hoy, que es sábado.
— Iré a ver qué ha pasado con la chica y, al volver, me pasaré todo el día descansando.
— Pues hala, buenas noches.
— Buenas noches —finaliza Gutts.
Ambos personajes entran en sus casas.
12.43 h
Cross pasa el rato apoyado en la barandilla del balconcito. Bebe un refresco mientras espera a Gutts. A su lado y sobre la barandilla hay una lata de cerveza. El inspector no tarda en volver a casa de la chica. Baja el coche, sube la escalera y se apoya en la barandilla del balconcillo al mismo tiempo que coge la lata.
— ¿Cómo ha ido, Gutts?
— La casa está ahora mismo en venta. Parece que tanto la madre como la hija han desaparecido. He llamado al propietario de la casa y me ha dicho que siempre ha estado vacía. Todo me lleva a pensar que la familia entera era una invención de la Protofamilier Management.
— Ya me lo pensaba. Por cierto, la sede de la empresa todavía está ahí. No sé a qué espera el autor de esto.
— No se preocupe, Cross. Nosotros ya hemos cumplido.
De repente, las nubes que tapan la ciudad se abren y un gran relámpago rojo se estrella contra el edificio más alto que corona el horizonte, el cual acaba derrumbándose en pocos minutos.
— ¡La madre que lo matriculó! ¡Eso sí que es un espectáculo! —exclama Cross.
— Joder, tú, no ha tenido piedad.
Ambos personajes brindan con alegría.
— Ahora que ya ha acabado todo, ¿qué hará, Gutts?
— Pues volveré a la rutina de siempre hasta que el autor de esto tenga ganas de meterme en algún otro lío con usted. ¿Y qué hará usted, Cross?
ESTÁS LEYENDO
Los destrozos dialogados del KCPG: LocuCross
HumorKyle Cross, un detective privado de 34 años, casado y con una hija, obsesionado con los tampones y que vive separado de su mujer por haberle pegado una bofetada durante una pelea. Peter Gutts, viudo y sin hijos, su vecino y el inspector de policía m...