Sipnosis:
¿Qué pasaría si los vagos de todo el instituto se juntan? Descubrelo en este book lleno de travesuras juveniles, tres chicas y un chico serán los encargados de hacerte reír con sus peculiares ocurrencias, todo esto en la gran New York, fie...
La campana sonó para comenzar la última clase del día. Me dirigí a mi salón de clases mientras revisaba y contestaba algunos mensajes por el celular, saque un paquete de goma de mascar y me metí un chicle a la boca, seguí mi camino hasta llegar a mi salón, ahí me quede parada en la puerta hasta que decidí entrar, levanté la mirada de mi celular y me senté, en donde siempre me sentaba.
5 minutos después la profesora llegó y comenzó a hablar de cosas relacionadas con la clase; mientras tanto yo seguía revisando mi teléfono y escuchando música con los audífonos puestos hasta que sentí algo que me arrancaba los audífonos.
-¡HEY! - Grité y mire hacia la persona que tenía mis auriculares en la mano.
-Sí, de hecho si me está molestando e interrumpiendo. ¿Qué no ve que están escuchando música pacíficamente?
-Pues disculpe la molestia pero me gustaría que prestara atención a la clase
- ¿Para qué? – Le pregunté muy amargada.
- Para que pueda hacer algo de su rara y molesta vida, así que Victoria Dawson por favor siéntese bien y ¡PONGA ATENCIÓN Y HAGA EL TRABAJO QUE ESTÁ EN LA PIZARRA!
Quito mis pies de la mesa y lanzó mis audífonos a mi regazo y de mala me senté "bien" mientras volteaba los ojos, ella se dio la media vuelta y camino de nuevo hacia su escritorio.
- Perra – Dije en voz baja.
La anciana se detuvo en seco y me miró
- ¿Cómo me llamó? – Me pregunto muy enojada.
Le lancé mi goma de mascar a la cara y le saqué la lengua.
**
Lo que pasó después fue que la anciana me mandó a detención.
Así que al terminar la clase fui a mi casillero, guarde todas mis cosas y sólo con mi mochila me encaminé al elevador.
Seguí las instrucciones que venían en el papel y baje al primer nivel del sótano donde se supone que se encuentra el salón de detención. Al salir del elevador tuve que pasar por un pasillo lleno de cosas viejas y en el tercer salón ahí se encontraba mi castigo del día. Suspiré y abrí la puerta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
