Hola :)
Bueno, esta historia la escribí creo que hace como dos años, participó y fue ganadora de un reto temático de halloween, por lo tanto han de entender que su género es un intento de terror xD
No me quedó tan terrorífico, pero si es una historia trágica de esta, otra de mis parejas favoritas, el sesshome.Sin más, gracias por leer ñ.ñ
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.HORAS DE ANGUSTIA
En un mundo sobre exigido, con la maldad y crueldad al extremo, nadie presta atención a las pequeñas cosas, hechos aislados aparentemente, actos atroces que nunca imaginaste ver… la muerte ya no es el fin.
Tan acostumbrados a la rutina, a nuestra gente, a nuestra vida… siempre ocupados y siempre de prisa… y aun así, todo está bien. O al menos hasta que somos frenados tan de repente, tanto, que no nos da tiempo a reaccionar.
Y ahí todo cambia… es el principio del fin.
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La tarde era tranquila, el sol todavía brillaba con sus últimos rayos… llegas a tu casa después de un largo y tedioso día de trabajo. Sonreíste apenas la viste. Ahí estaba, tan radiante como solo podía serlo ella, te vio y sonrió, preparaba la comida para ambos.
—¿Qué tal tu día?— la saludaste al recargarte en el marco de la puerta.
—Cansado, ¿qué tal el tuyo?— te pregunto y su sonrisa no se desvaneció.
—Igual— fuiste corto en tu respuesta como siempre. Se acercó y la besaste, al dejarla te perdiste en sus ojos, tan vivos y expresivos como siempre.
La televisión estaba prendida haciéndole compañía en tu ausencia, las noticias corrían e informaban del gran número de muertos a causa del temido virus del ébola, anteriormente contenido en África Occidental… a nadie le interesaba ya cómo había escapado del olvidado continente… una vez afuera la propagación se hizo mundial, ni las grandes potencias occidentales lograron frenarlo cuando comenzó a matar a su población. Todo el mundo lo sabía y aun así, la vida tenía que seguir… más países siguieron anunciando su presencia entre sus habitantes. Japón no fue la excepción. Y tú temías por ella, la razón de tu vida, la mujer que amabas.
Habían aprendido a vivir con ello y ambos, como la gran mayoría de las personas, habían recibido ya una vacuna experimental que era la que habían creado las farmacéuticas más prestigiadas del mundo. Todo esta bien… te esfuerzas en creerlo.
—Inuyasha ha enviado esto— te dice mostrándote su celular, soportas la molestia que te causa que ellos sigan teniendo contacto después de la relación que mantuvieron antes de ti.
—¿Otra tontería?— preguntas con tu característica frialdad.
—No. Es algo extraño realmente.— te dice y reproduce el video.
Frunces el ceño… puedes ver un par de camillas metálicas y sábanas blancas cubriendo lo que deben ser cadáveres, la cámara no es estable y aun así, logra enfocar uno de los cuerpos… un ligero movimiento se aprecia… segundos después la morada y ennegrecida mano resbala… se escuchan las voces de las personas detrás de la cámara… la pierna del mortuorio cuerpo se sacude y las voces aumentan... los gritos surgen.
—¿Qué clase de estupidez?— preguntas y tus ojos van a ella, Kagome se lleva la mano a la boca y abre los ojos sorprendida, a pesar que no es la primera vez que lo ve.
—Creo que ese muerto se levantó…— te dice consternada sin dejar de ver la pantalla del móvil.
Niegas en silencio —esas cosas no pasan… creo que vez mucha televisión y él lo sabe… solo está asustándote— le dices convencido.
—Inuyasha no haría eso— lo defiende y te molestas.
—Solo es un vago sin nada que hacer, seguro encontró eso en la web y está divirtiéndose asustando ingenuos— le dices y te giras... caminas al comedor y ella te sigue despacio.
—No es un vago… tiene un trabajo— te dice y notas diversión en sus palabras —¿comemos?— te pregunta, esforzándose por olvidar el tema.
Media sonrisa adorna tus labios… sí, si piensas en comer… pero en la cama… la tomas desprevenida y te adueñas de su cintura, después de sus labios… minutos más tarde, de todo su cuerpo. La noche cayó paulatinamente y en su habitación eran un solo ser. El cuerpo ardiente de tu joven esposa nunca lo había estado tanto… fue algo que debiste notar. Te arrepentirías por ello después.
O.O.O.O.O.O.O.O
Una noticia consternaría pronto al mundo entero, el temido virus mortal estaba mutando… contra la naturaleza eran nulos los esfuerzos… y en el respetable y centrado mundo médico las dudas surgían, con lo que estaba pasando, cualquier teoría podía ser posible… nadie sabía si se había saboteado un porcentaje de las vacunas… los síntomas y las consecuencias de los mismos variaban de persona a persona…¿sería un experimento?... ¿otro cambio en la epidemia?... o… ¿un castigo divino?, después de todo, en algún lugar está escrito que los muertos se levantarían.
Las horas pasan y los estragos se hacen presentes…
O.O.O.O.O.O.O.O
—¿Te sientes bien?— le preguntas al verla caminar tambaleante hacia la cama, la obscuridad de la noche los envolvía y ella casi no había dormido, pudiste sentirla.
—Solo estoy algo mareada— te dice y sonríe, te sientas a su lado y acaricias su cabello.
—Últimamente has dejado de alimentarte bien— le recuerdas y en un acto que consideras infantil, ella se abraza a ti.
—Me ha resultado inevitable— te confiesa y aunque no la ves, sabes que sonríe.
—Intenta dormir… por la mañana veremos al médico— le dices y la incitas a hacerlo.
Una vez que la sabes dormida, te unes a ella en ese mundo de quietud del que todos necesitan, descansas… ella no.
Kagome frunce el ceño, aprieta con poca fuerza las blancas y delgadas sábanas que la cubren, su cuerpo sufre… estás a su lado y no lo notas, tu día ha sido agotador. Siente su cuerpo arder y su corazón latir acelerado… aun así, no es capaz de despertar. En su cabeza escenas atroces se dibujan, sangre, rabia, ira… muerte. Algo en ella está despertando… lentamente despertando.
Te giras y la abrazas… nada mejora, pero ha dejado de moverse.
O.O.O.O.O.O.O.O
Poco a poco el rumor se esparce… el gobierno intentó mantenerlo en secreto pues la noticia sería el acabose de la economía mundial… pero está vez ya no era dinero el que se perdería. Esto era el fin.
Continuará...
