"¿Por que?"

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P. O. V Lysandro.

  Ya va una semana desde que aquella chica manda cartas. Debo admitir que... Cada vez que llegan un gran sentimiento de felicidad cubre mi cuerpo. Su escritura era perfecta, y el estilo de tipografía era hermosa. Cuando una de las cartas trajo consigo unas magdalenas me sorprendió, no creía lo increíble de su sabor; la textura suave pero a la vez crujiente que se disolvía en tu boca, el sabor a lima que aumentaba su exquisito sabor a cada mordida y el ligero toque a vainilla. De alguna forma, aquel sabor se me hacía tan familiar. Y aquel dibujo perfectamente detallado y pintado, parecía salir del papel. ¿Por que no llegaba a recordarla? ¿Por que todo se me hacía tan familiar?

—¿Por que no podre recordarla?—. Susurré para mi mismo.

—¿Ocurre algo, Lys?—. La voz de Rosalya, seguida de la puerta siendo cerrada, me lograron sacar de mis pensamientos.

—Mm, no, nada—. Le mentí. Sabía que eso no estaba bien, mentir no es un acto de respeto.

—Sabes que si tienes algún problema puedes contarme—. Rosalya se sentó en la silla frente de mí, dándome una cálida sonrisa.

—... ¿Como es Sucrette?—. Solté, tapándome la boca en cuanto me di cuenta de mis palabras.

—Oh, vaya. Hum, ¿Como te lo digo?—. Dudo antes de comenzar a hablar. Colocó su mentón en la palma se su mano y comenzó a hablar. —Es una chica muy alegre y amistosa, siempre preocupada por las demás personas antes que ella. Es valiente y muy torpe a la vez. Pero no importa el problema ella esta ahí para dar todo de si. ¡Ah! Y increíblemente hermosa—.

  Sentía un cosquilleo por cada palabra que soltaba. Rosalya hablaba como si de alguien importante se tratase. Al pronunciar lo ultimo no pude evitar el sonrojarme Rosalya, por Dios! Ella es algo incluso más que hermosa... Alto, ¿En que estoy pensando?"

—Mm... —. Antes de que volviera a hablar su teléfono sonó, avisándole la entrada de un mensaje. —Ya me tengo que ir. Adiós, Lys. Cuídate—.

—Mjm, adiós—. Ella salio a paso calmado. Ya en la puerta agitó su mano en señal de despedida y se marcho.

—Aunque mi corazón se descontrole al ver las cartas. Aunque su sabor se sienta tan familiar. Y aunque su belleza no la pueda comparar... ¿Por que no la puedo recordar?—. Junte mis manos y las apreté fuertemente.

—¿Por que...? —.

Cartas A Lysandro. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora